Creía que sería fácil llevar a cabo mis funciones como protectora de la Tierra. Pero los enemigos de Atenea reviven una vez más para llevar a cabo sus malvados planes y someter a la humanidad a un mundo lleno de de dolor y oscuridad.
Empiezan las ba...
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Era el último día en el que los jóvenes aspirantes a caballeros estarían en el Santuario. Finalizados los combates, volverían a sus hogares por un tiempo hasta que todo esté en orden. Con la esperanza de que Atenea y sus caballeros salgan victoriosos, empezaría una nueva era y ya no habría más peligros de los cuales preocuparse.
Eso quiere creer la joven ___________.
Seiya, Shun, Hyoga y Shiryu no sabían nada de lo que la joven estaba haciendo a sus espaldas. Todos estaban reunidos en el coliseo del Santuario viendo los últimos enfrentamientos de los pocos candidatos que quedaban ya que a lo largo del entrenamiento se fueron descartando a algunos. Una vez terminado todo, cada uno iría a diferentes lugares por unos días. Shiryu visitaría a su maestro, Hyoga iría a ver a su madre y Seiya planeaba ir con Mino y los niños del orfanato. Shun era el único que se quedaría en la mansión por ahora, mientras ____________ estaría en el Santuario preparada para enfrentar a Hades.
Era un alivio para ___________ saber que sus amigos se irían lejos, pero de todas maneras había tomado las medidas necesarias en caso de que regresaran. Pero por ahora, ____________ quería disfrutar del tiempo de paz con sus amigos y los caballeros. No sabía lo que podría pasar más adelante, así que evitaría pensar en que se acerca una guerra.
—¿Ese no era el más joven de todos? —pregunta Seiya señalando a uno de los combatientes, Shiryu asiente ante la pregunta de su amigo. —Se ve que tiene potencial, quisiera enfrentarlo en algún momento cuando se vuelva un caballero.
—Tendrás que esperar a que ___________ le entregue la armadura. —responde Shiryu y la mencionada ríe. —Además, aún no sabemos si él logrará obtener la armadura, hay otros que lograron llegar hasta aquí y se decidirá al final un combate. Recuerda que los combates los organiza Atenea con los maestros.
—¿En serio tú haces eso __________? —pregunta Seiya.
—Pues sí. Yo fui quien escogió a los maestros para ellos. —señala a un grupo de jóvenes con traje de combate. —Luego, a medida que pasa el entrenamiento, aquellos que no son aptos para luchar para la armadura se retiran. Con los que queda, se organiza un combate de práctica entre diferentes grupos para ver el progreso. Aquí estamos viendo eso, solo uno podrá portar la armadura.
—Sí que tienes mucho trabajo. —comenta Hyoga.
—No es tan complicado, también tengo otros deberes aquí, pero estoy algo acostumbrada ya que hacía casi lo mismo con la Fundación, tengo que estar al tanto de todas las sedes que tenemos en el mundo. Pero al menos tengo a Akiyama y a Tatsumi.
Dejaron de hablar cuando se escucharon los gritos de apoyo hacia uno de los combatientes. Atenea los miró con orgullo al ver que estaban apoyando a su compañero a pesar de que no lograron llegar hasta esos combates. El Santuario y el modo de enseñanza de cada caballero cambió para bien así debe mantenerse para siempre.
—Miren eso, los caballeros dorados llegaron. —dijo Shun.
Los caballeros dorados no estaban con las armaduras de siempre, usaban un traje similar al de combate. Cuando caminaron por las gradas, algunos de los guardias y jóvenes mantenían la distancia y algunos incluso los miraban con miedo.
