Creía que sería fácil llevar a cabo mis funciones como protectora de la Tierra. Pero los enemigos de Atenea reviven una vez más para llevar a cabo sus malvados planes y someter a la humanidad a un mundo lleno de de dolor y oscuridad.
Empiezan las ba...
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Estuve algunos días en el Santuario al cuidado de los caballeros dorados en caso de que alguien intentara secuestrarme otra vez. Me quitaron la venda que rodeaba la parte superior de mi cabeza y pude volver a mis actividades de siempre, en los que estuve revisando si había alguna anomalía, pero sorprendentemente, ya todo volvió a la normalidad, no más inundaciones y tampoco lluvias en exceso.
Ya que había estado unos días sin ver a mis amigos y que no veía el mar debido a las prevenciones que debíamos tomar, decidí organizar una salida con los chicos e incluso invité a los caballeros dorados, pero ellos preferían proteger el Santuario.
—¿Alguna noticia del centro de operaciones?
—Ninguna, como hace días. —responde Akiyama.
—Es bueno oír eso. Recuerdo que cuando hablé con mis amigos de Japón, ellos dijeron que posiblemente era el fin del mundo.
—La gente en su desesperación puede decir cosas que no son ciertas.
—Por lo menos todos están bien. ¿Alguna señal de Ikki? Sería bueno que viniera a visitarnos.
—No, nada de nada.
—De acuerdo, me reuniré con los chicos en la playa tal y como habíamos quedado, estaba planeando esto desde que habíamos regresado de Asgard, pero la situación lo impidió, así que por lo menos tendremos un descanso cerca de aquí. —miro a Akiyama quien estaba leyendo unos informes. —Ven con nosotros.
—Tatsumi querrá ayuda en manejar esto.
—Anda sí... Puedes quedarte en la orilla, no te estoy pidiendo que entres al mar.
Estaba algo dudoso, pero luego asiente con una sonrisa.
Ambos salimos de la mansión y en el trayecto a la playa vemos a muchos niños corriendo por la arena, grupos de amigos y algunas parejas. Cuando llegamos al lugar acordado, mis amigos estaban riendo entre ellos junto a Kiki.
—Hola chicos. —saludo. —Logré con vencer a Akiyama, ¿por qué esas risas?
—A Kiki casi se lo lleva el mar. —responde Seiya riendo. —Pero la alegría de Shun tiene otro motivo: Logró comunicarse con su hermano y vendrá a reunirse con nosotros, al menos un rato, pero estoy seguro que es suficiente.
—Es bueno oír eso. Me alegro por ti Shun.
—Gracias _________. —dice Shun.
Les dije a los chicos que mientras esperábamos a Ikki podían jugar un partido mientras Akiyama hacía de árbitro como en los viejos tiempos como cuando éramos niños y no sabíamos cómo seguir las reglas del juego.
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__________ no estaba muy lejos de sus amigos y se quedó mirando al horizonte, hacía días que no podía acercarse a la playa por seguridad y sin contar los días que tuvo que quedarse en el Santuario por precaución. Sonrió al ver a sus amigos jugar, se podía sentir la tranquilidad después de muchos días en los que tuvieron que ser precavidos.
