Creía que sería fácil llevar a cabo mis funciones como protectora de la Tierra. Pero los enemigos de Atenea reviven una vez más para llevar a cabo sus malvados planes y someter a la humanidad a un mundo lleno de de dolor y oscuridad.
Empiezan las ba...
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Después de haber sido salvado por Ikki, Hyoga continúo hasta otro pilar donde se topó con alguien muy conocido que no veía desde hace años: Su amigo y compañero de la infancia, Isaac. Pero el Isaac que ahora estaba parado frente a él, era totalmente diferente al que había conocido hace años. Ahora había dejado aquellos propósitos y sueños que tenía cuando era niño.
Desde que se conocieron entrenaban juntos, a pesar de que solo uno de ellos obtendría la armadura del Cisne, se apoyaban mutuamente para convertirse en grandes caballeros. Isaac quería hacer el bien y traer justicia al mundo, pero Hyoga tenía un motivo más personal.
—Por favor Isaac, dime que es lo que tienes en el ojo. —le había llamado la atención aquella cicatriz en su rostro y el parche que cubría uno de sus ojos. —¿Fue por ese día?
—Así es, fue por tratar de salvarte la vida. —responde como si nunca quisiera haberlo hecho. —En ese entonces hubiera muerto por ti sin dudarlo, pero ahora me arrepiento mucho.
—Isaac, sé que estás en todo tu derecho de estar enojado así que... quítame la vista y después puedes acabar conmigo, así podrás vengar tu dolor amigo.
—Lo haré con gusto... ¡Prepárate Hyoga! —con un solo golpe directo a su ojo, Isaac logró que esa zona comenzara sangrar mucho.
—Isaac, solo destruiste mi párpado. —llevó su mano a la zona herida.
—Eso no importa, ya que pronto acabaré contigo.
—No importar si lo intentas, pero solo dime: ¿Por qué te convertiste en un general al servicio de Poseidón? ¡¿Por qué lo hiciste?!
—¿Quieres saber por qué? —miró a su ex compañero y al verlo decidido, decidió continuar. —Bien, te daré gusto, ¿recuerdas aquella leyenda sobre el Kraken que te contaba cuando éramos jóvenes?
Aquella historia decía que el Kraken atacaba a los barcos de piratas que se dedicaban a robar, en otras palabras, según la leyenda, se decía que el Kraken solo atacaba a los barcos con tripulantes malos que habían participado en robos o asesinatos.
Isaac sentía admiración por el Kraken y la misteriosa armadura que algún día, él deseaba tener esa armadura para traer paz al mundo.
—Sabía que ambos queríamos cambiar al mundo, a pesar de que competíamos por la armadura del Cisne, siempre te consideré un guerrero... ¡Pero tus ideales eran otros!
Cuando Hyoga le confesó que él quería obtener la armadura para salvar a su madre del barco, Isaac se enfureció y atacó a Hyoga diciéndole que los caballeros debían luchar por motivos más importantes. Uno de los ataques poderosos de Isaac llegó hasta uno de los muros de hielo y lo atravesó dejando Hyoga sorprendido.
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