00 Prólogo

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Esta historia ocurrió hace ya mas de 100 años, no recuerdo en que momento todo comenzó a volverse más oscuro, más atormentador... simplemente más doloroso. Nueve Guerreros habían llegado a unas tierras lejanas para proteger a un poblado, habitado por monstruos y otra clase de eventos desafortunados; sin embargo, uno de ellos cometería el mayor de los pecados... un pecado, que solamente se puede pagar con la soledad misma.

En un poblado no muy lejano a Karmaland, nueve de los guerreros más poderosos habían sido asignados en cuidar esas tierras; los cuales tendrían que hacer sus propias casas, sus propias decisiones, sus propios vínculos... pero para esto había un problema, no eran guerreros normales. Algunos de estos tenían sangre de demonio, otros sangre de ángel... pero solamente uno tenía sangre de ambos; para su mala o buena suerte, los otros guerreros podían cambiar a su antojo sus actitudes tanto de demonio como de ángel, pero esa persona no lo podría hacer... el solamente podía ser uno, y nunca lo hizo por temor a perderlo todo. Una vez siendo de la sangre de demonio o de ángel, no habría vuelta atrás y ocasionaría ya sea un gran infortunio, pesadez y tristeza o tranquilidad y paz al pueblo de Karmaland.

Nuestros héroes ya instalados ocultaban un secreto más, estos eran alfas y omegas; causando que solamente en su vida tuvieran a un único destinado, ese destinado que le haría un bien a su pareja. Rubius, Lolito, Fargan y WillyRex pertenecían a la sangre de demonio más baja ya que esperaban a aquel dios que gobernaría la hermandad oscura siendo que Rubius y WillyRex fueran omegas, tanto Lolito como Fargan un posible pretendiente al ser alfas; por el otro lado, Vegetta, Alexby, Màngel y Auron pertenecían a la sangre de los ángeles, por un lado Alex siendo un beta ya marcado por su pareja fallecida, Màngel como un omega de baja categoría y por ultimo Auron y Vegetta como alfas potenciales. Como se podrán dar cuenta, el último de los guerreros era Luzu... el cual no pertenecía a ninguna clase, siendo un omega debilucho hasta que no decidiera su destino.

Todo empezó de maravilla, hasta que un día todo comenzó a ser diferente... todo se volvió traición, malentendidos, y una venganza concurrente en el más puro de los nueve guerreros. La hermandad oscura había sido creada con un mismo propósito, encontrar a aquel que despertara sus instintos para matar, tener venganza en su corazón y lentamente morir con ellos hasta el final de los tiempos.

Existen muchas leyendas, pero debo decir que todas son ciertas... todas las leyendas de como uno de los nueve guerreros cayo en las manos de estos, en como la traición entre ellos fue tan verdadera que acabo con más de una amistad. A diferencia de Luzu, los demás podían cambiar con sus acciones a ángeles o demonios independientemente de la sangre con la que hayan nacido... ya que se decía, que el destinado y alfa que marcara al omega podría sellar el destino de su pareja como ser un demonio o ángel. Pero Luzu no quería eso, simplemente quería ser alguien en un punto medio; creía que siendo un punto intermedio, todo estaría perfecto... grave error...

Karmaland se formó hace ya más de 500 años, ha visto pasar muchos héroes, muchas tragedias... pero esta fue diferente, fue tan dolorosa que más de uno de los pueblerinos y actuales héroes terminaron lastimados tanto física como mentalmente. No es difícil de entender la leyenda, uno de los nueve seria arrastrado hasta lo más profundo... posiblemente regresaría a su esencia original, pero esto último aún sigue siendo un misterio.

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Un misterio, que ni los mismos dioses aun saben explicar...

- Hace mucho que no veo a Willy, ¿Qué estará haciendo ese chaval? – comentaba Vegetta en su casa, yendo rumbo a la casa de su novio con uno de los nuevos looks que habían traído algunos habitantes de Karmaland – Espero le guste, las cosas nuevas siempre son lo suyo...

Con pasos tranquilos, se arreglaba su pelo viendo como su pareja caminaba fuera de su casa; sintiendo un dolor extraño en su pecho, ¿presentimiento? Tal vez... con pasos más lentos fue adentrándose al bosque, no tardó mucho en notar una figura y ver como su novio se abalanzaba a ella con un beso. Uno de sus mejores amigos, Fargan, besaba con pasión a este sin soltarlo; apoderándose de este, sin notar la presencia del contrario. Vegetta en un intento por razonar, salió corriendo del lugar tirando un ramo de flores y unos lentes de paso; su corazón le pedía a gritos que hiciera alguna maldad en contra de Willy, ¿destrozar su casa? ¿Matar a sus mascotas? O algo mejor...

- ¡Maldito seas! –gritaba Vegetta corriendo entre los árboles, no viendo hacia donde caminaba y hacia qué destino se disponía a correr – Te odio... te odio Willy, todos estos años... -amenazaba en lágrimas agrias, sin darse cuenta que caminaba a un barranco profundo-

Uno de los guerreros como era su tarea, había salido a cazar algo de comida para una de las familias; siendo que llevaba a su perro fiel, Ricardo, olfateaba que algo no estaba bien... desde hacía ya unos 5 km lo sentía y llevaba a su amo hasta aquel rincón.

- ¿Qué hueles Ricardo? ¿Una vaca acaso? –el perro le ladro en respuesta, moviendo su cola y saliendo a correr de nueva cuenta, este en una sonrisa salió corriendo a su búsqueda de manera feliz- Hoy comerán muy bien, gracias a ti Ricar... -a lo lejos diviso una figura, destrozada y sin notar a destino que iba- ¿Vegetta?

No lo podía escuchar, no lo escuchaba, y no lo haría... sin más, este salto al barranco esperando su fatídico final. Rubius al ver esto, salió corriendo con temor a perder a uno de sus mejores amigos; este no lo pensó más de dos veces, salto con el anterior tomándole de la camiseta para pegarlo a este a su pecho.

- ¡¿RUBEN?! –grito molesto el peli morado y con algo de tristeza en sus ojos, busco la mirada del contrario- ¡¿QUE DEMONIOS HACES?! DEJAME MORIR...

- Sobre mi cadáver Vegetta –este miraba el fondo del barranco cada vez más cerca, cerrando los ojos volteo al contrario en una sonrisa lastimosa; beso su mejilla, y lo empujo para que emprendiera sus alas-

Vegetta abrió los ojos cuando sintió sus alas salir, en lágrimas veía al otro caer con tranquilidad al fondo de este barranco; Rubius cerró los ojos, esperando su próxima caída y posiblemente perder todo contacto con la realidad...

- ¡RUBEN! –grito con fuerza y lastimosamente aquel chico que tenía sus alas de ángel-

Solamente un sonido de choque sonó, uno tan fuerte que podría destrozar a una persona ordinaria en mil pedazos con una muerte brutal; en el fondo yacía aquel chico con su sudadera de oso correspondiente y unas alas negras que lentamente en algunos costados tenían blanco por haber salvado al contrario. Un grito ensordecedor se escuchó por el peli morado, no teniendo ninguna respuesta... todo había sucedido tan rápido, y así fue como comenzó nuestra leyenda... la leyenda del rey de la maldad más oscura en toda Karmaland...

Queen of MeanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora