Era aproximadamente la 5ta vez que iban a visitarlo, estaba completamente cansado y confundido por la situación; a pesar de que conocía los síntomas por Willy, había algo que le hacía negar en su cabeza. Cabe remarcar que se encontraba en medio de la celda, pensando una y otra vez en voz alta; habían ido a sacarle un poco de sangre y se la iban a evaluar, pero el para sus adentros pensaba que era una mala jugada de su cuerpo. Este se enfermaba muy rápido, y negaba en cierta forma que esperaba una cría de Vegetta.
- ¿Rubius? –hablaba Fargan por entre las paredes- ¿Estas bien?
- Que te hace pensar que lo estoy –tosió un poco para levantarse- Acaban de sacarme sangre, me siento débil y con más ganas de vomitar... Sabes qué fue lo que me trajeron de desayunar, una galleta... ¡UNA MALDITA GALLETA! –grito con fuerza, viendo aquella galleta aun en la charola con cierto odio-
- Sabes que no puedes alterarte –reía el contrario- Cómela, te hará mucho bien
- Maldita sea la hora en que accedí a que me hicieran esa prueba –mordía la galleta con fuerza, para masticarla-
- Pero no te quejabas con Vegetta, ¿o sí? –comentaba el búho, ocasionando un sonrojo en el oso- Nada más dime, ¿Fue una buena sesión?
- ¡FARGAN! –grito con fuerza sonrojado para irse a su cama, escuchando una risa por las paredes-
Debía aceptarlo, aun podía recordar a Vegetta; y vaya que se divirtieron esa noche, nada salió como lo había planeado el de ojos morados. Vegetta había arreglado una cena romántica para su oso hacia una semana atrás, pero por cosas del destino este había quedado mal herido y por consecuente en su casa bajo sus cuidados; aunque le frustraba un poco sus planes, Vegetta en cierta manera ya había arreglado el asunto: Cena en la cama. Aunque sonaba más romántico un desayuno en la cama, debía de compensarlo de alguna manera; ya que después de todo el oso se había lastimado, y le era casi imposible levantarse.
Rubius por el contrario, había escuchado de forma secreta la cena que le preparaba; a lo que este con cuidado se había encaminado a buscar un pantalón y alguna camiseta, quejándose había levantado a uno de los lobos guardianes de Vegetta. Ocasionando de cierta manera que fuera descubierto, haciendo que el lobo jalara de los pantalones semi cerrados y de una camisa a medio cerrar; Vegetta entro con tranquilidad, notando la escena y soltando una suave risa al ver como el lobo lo jalaba con esmero hasta la cama y su oso simplemente se negaba. Corrigiéndose la voz, atrajo la atención de ambos ocasionando que el oso prácticamente fuera a sentarse a la cama con media ropa cerrada; Vegetta dejando la comida en la cama, se acercó a este acariciando su mejilla completamente sonrojado.
- ¿Desde cuándo lo sabes? –mencionaba el ojimorado en una sonrisa-
- Solamente unos 2 o 3 días atrás –reía el oso mientas admiraba al contrario- No me gustaría una cita con un oso fachoso, herido o incluso a medio vestir –se señaló causando la risa del contrario-
- No debiste molestarte, después de todo yo no pensé que saldrías mal herido y menos en mi cama –le miraba con tranquilidad- ¿es la 5ta vez o la 7ma?
- Creo que he perdido la cuenta –sonreía el oso, mientras se acercaba a sus labios- Después de ver que caías por ese barranco no recuerdo, solamente quería volverte a ver una vez más...
El ojimorado a poca distancia de los labios del contrario, se acercó a estos uniéndose en un beso largo y cálido; ocasionando que este se colocara encima del contrario, acercándolo cada vez más por sus mejillas y el oso por su cintura. Aquellos besos comenzaron a subir de tono, pasando al cuello de su oso en el cual dejaba algunas marcas; que para colmo, Vegetta gruñía como un lobo para causarle escalofríos al contrario haciendo que lo deseara cada vez más. Rubius por su contrario, bajaba sus orejas de oso y mostraba su rostro completamente sonrojado; lentamente se atrevía a quitar la camisa a Vegetta el cual no tardo en corresponder, y por consecuente este medio desnudo quitaba la ropa al contrario.
Una cosa llevo a la otra, ropa fue despojada con desespero y pronto unieron sus cuerpos; viéndose completamente desnudos, y asimilando que finalmente estaban unidos como estos querían desde hacía bastante tiempo. Vegetta no tardo en moverse y dejarle unos cuantos besos por todo su cuerpo, mientras que el oso simplemente se atrevía a gemir en su oreja suplicando por más; de vez en cuando dejaba enterradas sus uñas, las cuales se volvían rasguños una vez que sentía como Vegetta se acercaba a aquel punto dulce. Una tras otra, habían perdido la cuenta y solamente se podía escuchar los gemidos de ambos por toda la habitación; que de cierta manera, los lobos ya hartos decidieron salir del cuarto y disponerse a irse a la guarida a dormir después de todo el alboroto. En algunos momentos, ambos jugaban a que Rubius había sido atrapado pro Lobo Nocturno y ahora le castigaba; en un punto Rubius quiso ponerse arriba para dominarlo, ocasionando solamente que volviera a quedar debajo de su amada pareja una vez más.
A las pocas horas, Rubius estaba recostado en el pecho de Vegetta cubierto de chupetones y gotas de sudor; por el contrario, el otro se encontraba con gotas de sudor y rasguños por algunas zonas de su cuerpo. Ambos se voltearon a ver con amor y calidez, dándose un último beso y caer dormidos en los brazos del contrario; olvidándose Rubius de comentarle a Vegetta que al dia siguiente debería ir a la hermandad por algunos juguetes que le prestaría a Vegetta, pero tal vez sería a la mañana siguiente. Amaba el olor que ahora tenían ambos, para este era totalmente embriagador lo cual hacia que esbozara una sonrisa a lo que estaba viviendo en aquel momento; pero actualmente, estaba solo en un cuarto de celda esperando a que el ojimorado cruzara la puerta y fuera a buscarlo... lo cual sabía que era imposible, él nunca se atrevió a decirle donde se encontraba la Hermandad Oscura.
- ¿Joven Rubius? –hablaba una de las enfermeras detrás de la puerta, causando en algún punto que saliera de su trance y se acercara a la puerta- Sus resultados y un mejor desayuno.
- Gracias... supongo –mencionaba el otro, mientras lo tomaba y se alejaba-
- ¿Qué te dieron Rubius? A mí me dieron pan duro, y no me quejo... pero no porque lleve mascara de Búho significa que me gusta el pan así, aunque sea debieron de haberme puesto mantequilla –se quejaba Fargan, el cual estaba completamente frustrado-
Rubius dejo por un momento el desayuno a un lado, tomando el sobre con los resultados; lentamente se atrevió a abrirlo, y por un momento no quería saber la respuesta... temía por su vida. Sacando la hoja únicamente se atrevió a buscar aquella palabra, omitiendo cualquier otra palabra básica; apretó fuertemente aquel papel, mandando una mano a su estómago entre lágrimas.
- Positivo... Fargan.... Es positivo –apretando la carta, se atrevió a llorar a todo pulmón en una suave sonrisa pensando en todo lo que estaba pasando en aquel momento-
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Queen of Mean
Fiksi PenggemarDespués de que Karmaland fue creada hace mas de 500 años, 9 guerreros bajan a ayudar a este pequeño pueblo. Lamentablemente existe una leyenda de una hermandad oscura, que traerá a uno de nuestros guerreros mas puros a los brazos del mal... una vez...