- Ni se te ocurra –menciono Vegetta molesto, acercándose a paso firme- No dejare que des un paso más...
- ¿En serio, no me dejaras irme? –musitaba en forma de burla el contrario, sacando una de sus bombas de humo como si fuera ya una costumbre-
Rubius volteo una vez más, veía al contrario con molestia por querer huir del lugar y que este no le dejara; por otro lado Lobo Nocturno no lo dejaría ir tan rápido, prefería ocasionar una pelea en aquel lugar antes de dejarlo ir a la casa del contrario. Rubius al verlo de pies a cabeza, lanzo un chasquido de lo más tranquilo al contrario; antes de lanzar la bomba, y causar una bola de humo que cubría un poco más de 3 metros a la redonda. Rubius sabía que era su oportunidad de escapar, rápidamente comenzó a correr en dirección a sus vías del tren; las conocía como la palma de su mano, él las había creado y conocía los bordes por los cuales daban a una caída de aproximadamente 6 metros de profundidad o incluso al agua en el mejor de los casos. Lo que no sabía, es que Lobo Nocturno contaba con las habilidades para ver en la oscuridad, por lo que el mismo humo no afectaba en nada para localizarlo; una vez fue descubierto, este se atrevió a sacar su arco para comenzar a tirar flechas al contrario. No le importaba si lo hería, sabía que proteger a su compañero y futura pareja era más importante; el oso solamente atino a esquivar algunas antes de que una le rasgara su chamarra negra, haciendo un ligero corte en su piel. Este volteo molesto, antes de poder sacar su espada y correr a este para lastimarle aunque sea un poco; molesto se atrevió a blindar su espada en la piel del contrario, recibiendo una mordida por uno de sus lobos. Con coraje y con el perro aun entre su mano, se a quitarse su máscara para mostrar unos colmillos afilados; el lobo sin miedo, se atrevió a morder aún más la mano del contrario. Sin más Rubius se atrevió a golpear en su hocico hasta escuchar un chillido por parte de otro, este tomados la mano no se había percatado que había perdido de vista al contrario; aterrado, sujetaba aún más fuerte la espada como si su vida dependiera de eso, tragaba saliva y trataba de escuchar a los alrededores. Lobo Nocturno por el contrario, ayudaba a su lobo herido; acariciando su hocico podía ver una pequeña contusión en su cabeza y su oreja sangraba un poco, con ira iba a paso fuerte por aquellas vías que había construido su amado. No teniendo mucho cuidado, piso una rama alertando al contrario y envainando su espada para lastimarlo; Vegetta tomo la espada en seco con sus manos, con su fuerza no tardó mucho en romperla causando un asombro por parte del otro. Vegetta se limitó a proporcionarle una patada en su estómago y después en su cabeza, dejando a Rubius en el piso lastimado y adolorido; tragaba saliva y trataba de buscar ayuda, si bien sabían en la hermandad que él no era el más fuerte... él tenía las ideas más descabelladas para salirse con la suya en momentos de tensión y más aún para causar heridas o incluso muertes. Se arrastraba con lentitud, buscando una manera de cómo salir; no pudiendo llegar más lejos, miraba que estaban cerca del agua que conectaba a la casa de su hermano Willy y claro un riachuelo pequeño que llevaba a su casa. Este con valentía, se atrevió a colocar una bomba activada por un aparato a larga distancia; se levantaba con dolor, encarando al más fuerte el cual salía de la bomba de humo que no había podido ayudarle esta vez.
- En verdad que si eres fuerte, eres tal y como me comentaron mis hermanos –sonreía con malicia debajo de su máscara-
- Eso quiere decir que hay más de uno, dame sus nombres. –musito sin más, antes de verle con frialdad recibiendo una carcajada por el contrario- ¡DIME SUS NOMBRES!
- Estás loco –reía un poco más suave y con tono de burla- Entre hermanos nos debemos de proteger, incrédulo.
- Entonces tendré que sacarte los nombres a golpes o tal vez llevarte a un sitio de tortura para que me los digas –gruñía con fuerza-
- Eso no va a ser posible, Lobo Nocturno –sonreía, mientras apretaba el interruptor creando una explosión en medio de estos dos- ¡No será la última vez que sepas de mí!
Aquella estructura comenzaba a romperse por secciones, causando el colapso de estos dos directamente al rio debajo de estos; Rubius aun herido, comenzaba a nadar por este visualizando que ya no lo siguiera el contrario. Un poco más alejado, se retiró sus ropas con tranquilidad y notaba las heridas que le habían causado con anterioridad; unos golpes y una mano que tendría que vendarse por tiempo indeterminado... tenía la mejor cuartada, se había lastimado tratando de talar un árbol; no era la primera vez que le pasaba, y tanto sus guantes como vendas harían que las heridas no se notaran tanto.
-.-.-.-
Vegetta visualizaba a las otras dos figuras negras, las cuales teniendo su ropa y su máscara concordaban con la ropa de su actual pareja; este sin más se atrevió a sacar su espada, causando que Fargan sacara unas cuantas flechas. Willy sabía perfectamente lo que estaba pasando y estaban totalmente desprotegidos, este solamente atino a levantar sus manos y acercarse al contrario.
- No debes porque enojarte, solo hemos venido a ver qué ha pasado. Hemos escuchado unos quejidos, y supongo que es debido a nuestro hermano caído –mencionaba con tranquilidad y neutralidad ante la situación- ¿Puedes guardar el secreto?
- No confiaría en ustedes ni en un millón de situaciones –escuchaba los gruñidos del otro quejarse- ¿Rubius forma parte de su equipo?
- Si, estábamos teniendo una reunión y salió a tomar aire; solo mantén el secreto, juramos no lastimarte... a ti, o a tu pareja –esbozo una suave sonrisa- Es tu decisión, Samuel De Luque... -comentando lo anterior, se atrevió a dirigirse con Fargan para mencionarle que debían salir de aquel lugar-
Rubius le había contado tiempo atrás la situación con Vegetta, y este en su actual estado no era lo más óptimo; por lo cual ambos decidieron retirarse a regañadientes. Odiaban irse sin una buena pelea, pero sabían la situación delicada y que posiblemente no se encontraban tan solos como lo pensaban. Aquellos ojos rojos, se atrevieron a desaparecer en la oscuridad una vez que la situación había cesado por completo; mientras tanto, Vegetta se atrevía a retirar la daga que yacía muy profunda. Rubius se quejaba únicamente, aun inconsciente podía reconocer el aroma del contrario haciendo sonrisas en algunas ocasiones.
Habían pasado ya algunas horas, Rubius lentamente abría sus ojos notando la luz morada calarle; causando que se quejara un poco e intentara levantarse de la cama, con cuidado podía notar como su brazo estaba vendado y atado de tal forma que no lo pudiera mover. Le dolía en ciertas ocasiones, pero podía notar que permanecía en los pantalones que eran de la hermandad causando la preocupación de quien era el que lo estaba ayudando. No tardó mucho en darse cuenta quien era, un pequeño lobo que tenía lastimada su oreja y cojeaba aparecía entre la puerta junto a su amo: Vegetta. El lobo al verlo, con timidez se acercaba y olfateaba al otro para acurrucarse a su lado, aun le daba miedo pero sabía que si su amo lo había traído era para curarlo; Vegetta al verlo ya despierto, solamente atino a desviar la mirada.
- Vegetta, mírame... no soy quien tú crees –mencionaba, acariciando a su compañero-
- ¿Desde cuando eres de la hermandad? –volteo a verle, tratando de pensar en lo que sucedería después de la pregunta- Quiero la verdad, Rubén.
- La verdad... -musito bajando la cabeza, antes de ver al lobo ya dormido a su lado- pertenezco a la Hermandad Oscura, a partir de que llegamos si acaso unos meses después empecé a ser parte de ellos. Como puedes darte cuenta, no soy el más fuerte pero en cuestión de escapes soy el mejor –reía sutilmente, mientras escuchaba algunos pasos acercarse-
- ¿Quién te lastimo? Se supone que no tienen enemigos –menciono el peli morado, estando más cerca de la cama-
- No lo sé, solamente recuerdo la daga y unas personas encapuchadas... pensé que eran de la hermandad, y después no recuerdo mucho –suspiro, alzando la mirada topándose con la del contrario-
- Cabezón, casi te mato aquella noche –menciono el contrario, abrazándolo con fuerza- No más secretos a partir de hoy, ¿sí?
El contrario asintió, después de todo su identidad ya había sido descubierta y el otro conocía quien era Lobo Nocturno; por lo tanto, no habría gran problema en ocultar sus identidades... solamente que aún existía aun la pregunta en su interior, ¿Quiénes eran aquellas personas que lo habían herido?
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Queen of Mean
FanfictionDespués de que Karmaland fue creada hace mas de 500 años, 9 guerreros bajan a ayudar a este pequeño pueblo. Lamentablemente existe una leyenda de una hermandad oscura, que traerá a uno de nuestros guerreros mas puros a los brazos del mal... una vez...