19 Capítulo

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Hacia aproximadamente un mes atrás, Luzu había cumplido uno de sus grandes sueños frustrados... ser parte de un clan sin ser juzgado por sus acciones; sintiendo su cuerpo recorrer todo aquel nuevo poder, había mandado a traer a los otros dos miembros de la hermandad los cuales el sabía que eran parte de los héroes de Karmaland. Sin embargo, en su espera pudo escuchar por parte de sus súbditos que Lolito se presentaría en el pueblo para presentar los nuevos avances que se tenían e incluso algunas nuevas, a lo que este sonriendo de oreja a oreja pudo divisar a su primera víctima; a lo que ordeno traer una de las capas menos usadas por la hermandad, a lo que accedieron mientras Luzu volvía a aquella forma humana. Luzu con tranquilidad, se atinó a caminar por el pueblo con aquella capa que cubría sus cuernos e incluso su cola que serpenteaba de vez en cuando; divisando a lo lejos a Lolito, el cual mostraba nuevos proyectos y otros tantos con otros pueblos. Para su mala suerte, este podía escuchar a grandes distancias por lo que no era un problema saber cuándo iba a atacar; incluso para sus adentros comenzaba a formular imágenes cada vez más aterradoras que la anterior. De un momento a otro, todo cayó en su cabeza como un balde de agua fría... agua helada que comenzaba a escurrir y causarle más inconformidad; había revelado quienes serían parte de su equipo, entre ellos: Auron.

Para su infortunio, un gran estruendo y una risa repleta de malicia se escucharon llamando la atención de todos; así notando ante la profundidad una criatura alta, no contaba con un rostro característico que pudiera encontrar Lolito. Sus alas se extendieron ante todos, al igual su cola y cuernos, el cual con un salto hizo retumbar la tierra y causar una ráfaga de viento entre todos los presentes; Luzu con aquella mirada vacía y completa de ira, señalo a Lolito como el principal culpable.

- El traerá la desgracia a Karmaland, pueblo yo soy quien vengo a desafiarlo; soy el rey de todo lo que ven, y pronto idiota todo esto será mío... incluso tu pareja será mía. –al escuchar esto, Lolito oculto a Mangel detrás de este-Recuerda mis palabras, alcalde... Pronto regresare con más fuerza, y espero que estés preparado que te quitare absolutamente todo... así como tú me lo quitaste...

- Largo de aquí, que no sabes que soy uno de los héroes de Karmaland... te derrotare si es posible –rio como un psicópata ante la amenaza que le había causado, sin embargo Luzu se atrevió a tomarlo entre sus manos y cargarlo hasta su cara-

- Que te quede claro, ya no gobiernas más... yo soy tu rey -comenzó a apretarlo con fuerza, escuchando un quejido- Entre tú y yo de demonios, tu rango es el más pobre y si no quieres que te devore junto a tu pareja te recomiendo correr del pueblo –veía como Lolito lentamente comenzaba a bajar la cabeza hasta buscar a Mangel- Te doy una semana, si aún sigues aquí te prometo que no descansare hasta encontrarte y devorarte... alcalde Lolito.

Luzu con cuidado lo dejaba en el suelo, para lanzar una risa al aire notando como Lolito caminaba con mirada perdida por lo que había sucedido; mientras tanto, el contrario chasqueo sus dedos para desparecer enfrente de todos y volver a traer serenidad en el pueblo... como si todo hubiera sido una ilusión... un completo sueño.

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Rubius por el contrario, se encontraba en una celda caminando de lado a lado sintiendo dolor en su cuerpo; de vez en cuando se sentaba en el piso viendo al techo, solo para tratar de recordar a su chico: Vegetta. Soltando una sonrisa e incluso un suspiro, la noche anterior habían tenido un encuentro carnal de varias sesiones; causando incluso un sonrojo notable en sus mejillas, y tocar sus labios de manera involuntaria. Aquel chico era un sueño, y no entendía como Willy lo había dejado por Fargan; el solo recordarlo, había causado que por algún momento se olvidara del lugar donde se encontraba actualmente. Podía recordar la escena tal cual, una cama amplia para ambos y se habían saltado la hora de cenar para pasar a un postre que duro toda la noche; aun recordaba la calidez de su cuerpo y como algunas gotas podían escurrir de su cuerpo marcado... solo en su cabeza salía una palabra: semental. Había soñado con ese momento, aunque no dejaba de recriminarse que aunque el sexo con Mangel no era malo adoraba ser el pasivo solo por el chico de ojos morados; adoraba verlo encima de este, rodeándolo con sus brazos y suplicando como un cachorro por otra sesión.

- Vegetta, como te extraño –se mordía el labio, mientras volvía a levantarse del suelo- Maldita la hora en que decidí venir –suspirando, pudo escuchar como uno de los guardias abría la puerta y traía a alguien el cual gritaba-

- Entra aquí rata, pronto vendrá tu rey –abriendo la jaula en donde se encontraba Rubius vio como Fargan entraba amarrado de sus brazos-

- ¡Sácame de aquí rata! –gritaba, mientras le cerraban la puerta en su cara- Todos son unas escorias, cuando salga de aquí... se las verán conmigo

- ¿Fargan? –llamo el rubio, acercándose lentamente- ¿Qué haces aquí? –le miraba con preocupación- Ósea si sé qué haces aquí, pero ¿Por qué estás aquí?

- Tú me llamaste idiota –volteaba con furia, para ver la cara del contrario- Tu no me llamaste, ¿cierto? –veía como el contrario negaba, mientras se acercaba a quitarle la soga en sus manos-

- Hasta ahorita llegaste a esa conclusión –retirando la soga, se alejó un poco de este- No sé cuánto llevo encerrado, pero lo que sé es que no te gustara saber quién es el "rey"

- ¿Ese idiota? Vamos Rubius, nosotros no deshicimos de los Rapitori, e incluso de otros enemigos muchos más grandes... no creo que el valga la pena, ni mucho menos que estemos encerrados. –comentaba mientras pegaba a la puerta

- Es Luzu –le miraba cruzado de brazos en medio del cuarto-

- ¿Luzu? Luzu te encerró y a mi –soltó una risa incontrolable, notando como algunas lágrimas salían de sus ojos de la risa-

- El ya no es Luzu –miraba a otro lado, soltando un suspiro y recargarse en una de las paredes- Entrego su alma para decidir su rango –volteaba a ver a Fargan sorprendido- Yo solo venia por unas cosas, y cuando menos me lo espere el entrego todo decidiendo herir a todo el que se presente.

- ¿Pero de que hablas, chaval? Siendo demonio o ángel, por más que queramos herir al otro eso no se puede... bien sabemos que únicamente los que pueden hacerlo son los Dioses, o incluso otros enemigos –le miraba asustado-

- Él es un demonio... como tú o como yo, pero es como uno de los dioses –le miraba intranquilo- el ya no es un héroe o un ser presente como tú o como yo, Luzu ha muerto. Luzu ya no es lo que nosotros conocemos –desviaba la mirada-

Antes que Fargan pudiera alegar respecto a la situación, se sintió un estruendo por aquel lugar el cual hizo que lo tirara al piso con fuerza; este una vez tratando de reincorporarse, veía a Rubius cubriendo su rostro. Causándole ternura aquella escena, se acercó gateando hasta su lado y suspirar con pesadez; sabía exactamente en el problema que se habían metido, pero principalmente sabía que aún estaba Willy y a pesar que mintió acerca de su paradero, sabrían pronto donde se encontraría. En un santiamén, varios guardias entraron al cuarto para golpearlos a ambos en la cara y poder colocar su respectiva mascara de la Hermandad Oscura; cargándolos como si fueran un costal de papas, los guardias comenzaron a emprender el camino hacia la sala mayor en donde se encontraba su actual rey y tres sillas que daban enfrente al contrario. Lentamente los colocaron y amarraron para que no hicieran algún movimiento brusco que pudiera ocasionar que estos salieran corriendo o incluso herirlo; sin embargo, Luzu estaba impaciente después de lo que había hecho a lo que ordeno despertarlos lo más pronto posible. Estos no tardaron mucho en reaccionar notando la presencia de aquel ser, Luzu los miraba anonados y con una sonrisa de oreja a oreja; Rubius por aquella situación no hizo por desatarse o gritar, lo cual era lo que Fargan hacia y que lentamente el más alto de los 3 golpeara con su mano en uno de los reposas brazos de su silla causando movimiento debajo de ambas sillas ocupadas.

- Fargan, me quieres decir ¿Dónde demonios esta Willy? –le miraba con tranquilidad- o necesito sacártelo a golpes. Mejor aún, colocare una bomba en tu casa y en la casa de Willy, a ver si la pequeña sopa de veneno decide salir –con una suave sonrisa ladina, capto la atención del búho que yacía con preocupación en sus ojos-

Fargan sabía que estaban completamente jodidos con lo que estaba viendo, y ahora entendía perfectamente a lo que se refería Rubius... el ya no era más Luzu...

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