02 Capítulo

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Después de que Auron ayudo a Rubius de su trágico accidente, no supo nada más de él; muy por el contrario, el ojimorado se había dado a la tarea de cuidarlo en lo que estuviera lastimado. Mientras Luzu se había lanzado a la candidatura para alcaldía... de hecho, era el único que estaba emocionado y el único que estaba postulado por el momento. Para su mala o buena suerte, Mangel decidió ayudarle con la campaña política... porque no, eran amigos ¿cierto?

No paso mucho antes de que Mangel decidiera dejarlo por su propia cuenta, era un cabrón... después de pasar mucho tiempo con Luzu ya sabía sus propuestas, como iba a ayudar al pueblo de algún desastre, entre otras cosas más. Luzu solamente suspiro y no le dio tanta importancia, por el momento solamente le importaba él y solo él; era su momento, aunque tenía demasiado trabajo de por medio. A lo que a Auron no le agrado del todo... muy simple, era su destinado y no podía verlo el tiempo que quería verlo. Por lo que se había armado de valor para ir a la casa del contrario, el cual no se encontraba en casa; casi cabreado, lanzaba unas rosas que traía en sus manos. De hecho estaba a punto, hasta que se escuchó una pequeña y sutil voz debajo de las escaleras... era Luzu....

- Bien, vayan a pegar estos cartelones por todo Karmaland. Si necesitan más ayuda díganme, yo iré a dejar mis propuestas de una vez con los habitantes; así podremos ganarle tiempo al tiempo, y no estar a las carreras –esbozaba una sonrisa a uno de sus ayudantes, dándole unos cartelones- Una vez acabando vengan a mi casa, les ofreceré un festín

- ¡LUZU! –grito emocionado Auron, casi cayéndose por las escaleras de roca-

- Auron... -menciono el contrario, tomando un ligero color carmesí en sus mejillas- ¿Qué haces por aquí? Pensé que tenías algunas visitas a los pueblos cercanos, con eso que has estado ocupado...

- Se han retrasado las visitas, han existido algunos percances. Me lo pudieras creer, no me quieren pagar los viáticos... malditos calvos. –menciono casi indignado, sacándole una risa al contrario- El caso es... eh venido a verte...

- ¿A mí? –miraba las rosas con ternura y algo de tristeza- Supongo que es para tu enamorada secreta, creo que se emocionara al verlas –se acomodaba uno de sus mechones que caían sobre su pelo-

- En realidad no –sonreía de manera nerviosa- Son para ti, me he acordado que te gustan mucho los tulipanes... más los rojos, los conseguí solo por ti.

Mencionando esto último, saco una suave sonrisa del menor y un suave sonrojo por sus mejillas; tomando firmemente los libros con sus propuestas, decidió tomarlas con ternura. Ambos chicos se quedaron callados, no sabían que más decirse después de todo solamente eran compañeros de travesuras o de mina; Auron sin más pateo una pequeña piedrita, en donde Luzu notaba algo de tensión en el ambiente.

- Bueno, creo que iré yéndome... estas propuestas no se entregaran solas –mencionando esto último, por descuido tiro tres libros al piso; por lo que Auron se apuró, y decidió recogerlos por su propia cuenta-

- Vamos, no creo que con las flores y unos 10 libros vayas a poder tu solo –sonreía cálidamente para mostrar un leve sonrojo- Déjame ser tu cargador oficial, así podrás ir más tranquilo... mientras podremos hablar de lo que propondrás, muy pronto será la rueda de prensa y las elecciones.

El menor por arte de magia podía sentir su cara completamente roja, asintiendo suavemente bajo su cabeza pensando en la suerte que tenía; por loco que pareciera, Luzu estaba completamente enamorado de Auron. Tanto así que él lo había ayudado incontables veces, y prácticamente ayudarle en la construcción de su casa; no sabía en qué momento había ocurrido, pero paso lo inimaginable... su amor por Auron era fuerte y era su destinado. Para fortuna de Luzu era también correspondido por su destinado... pero ninguno tenía las agallas suficientes para decírselo, eran lo suficientemente cobardes para pensar en decirlo. ¿Y si se rechazaban mutuamente? Era una estúpida pregunta, pero circulaba en su cabeza por más de 1 vez al día en la cabeza de ambos.

No tardaron mucho en entregar todas las propuestas, de hecho tenían el tiempo justo; se habían puesto hablar en repetidas ocasiones que el tiempo se les iba volando de las manos, dándose como margen de 3 horas para entregar paso a ser todo el día. Una vez terminando, Auron acompaño a Luzu a su casa; sabía que de noche era peligroso... más con un omega demasiado lindo que hacia su corazón saltar con fuerza, estos con tranquilidad se despidieron en la puerta. Auron había tomado la decisión durante toda la noche de dar un paso más a su amistad, por lo que al momento de despedirse dejo un pequeño beso en la mejilla del menor; llamando la atención de este, y casi por inercia hacer que este corriera adentro de su casa con la cara completamente roja.

Mientras ambos se pegaban en la puerta, pensaban en el grandioso día que habían pasado; Luzu casi saltando de alegría y volviendo a oler sus flores suspirando enamorado, Auron solo recordaba las caras que había hecho toda la tarde. Era una de sus cosas favoritas, o una de las tantas que había tomado como favoritas; sin más y pensando en el menor, emprendió su camino a casa bajando las escaleras tarareando feliz.

- Vaya, sí que te has aventurado Auron –sonaba una voz en la oscuridad, mientras el otro se detenía en seco sacando su arco- Calma vaquero, que soy Lolito –mencionaba el maniático con una sonrisa de oreja a oreja-

- Pensé que eras uno de los cabrones que me había reventado la casa –suspiro el contrario molesto- ¿Y qué haces afuera tan noche? No te has enterado que hay ladrones cerca

- Si me entere –mencionaba el otro tranquilo observando su pequeña daga en la mano- De hecho también me entere que Luzu será alcalde, que patético chaval

- ¿Pero qué dices? Luzu será el mejor candidato para Karmaland, tu eres lo suficiente cobarde para hacerlo... él es el más apto para este trabajo –mencionaba casi rechinando los dientes-

- En eso tienes razón, y tengo más razón en decir que tu solo lo apoyas porque lo amas –menciono sin más, haciendo al otro tragar- No por nada Mangel dejo de seguir su candidatura, me ha contado todas las estupideces que él quiere hacer

- Lolito deja en paz a Luzu, solamente quiere tener un poco más de responsabilidades; por si no lo sabes, el aún no ha sido posible escoger el tipo de legado. A diferencia tuya, rata rastrera...

- Cuidado con lo que dices Auron –mencionaba el otro acercándose peligrosamente, colocando la daga en su cuello sacaba sus alas de demonio para someter al ángel- Ten mucho cuidado con lo que dices, no porque sea de menor rango de mi linaje significa que me tienes que menospreciar –sonreía de manera sádica- Mangel estaba harto de Luzu, se iba a postular de alcalde... pero me ha dado una mejor idea...

- ¿Qué planeas hacer, Lolito? –le miraba nervioso, casi sintiendo que la daga entraría a su cuello-

- Seré el nuevo alcalde de Karmaland, y tu pequeño Luzu será una piedra en el zapato –se alejó un poco- Adivina quién le ha explotado la casa unos días atrás

- Maldito calvo toxico –desvió la mirada- ¿Qué quieres de él para que lo dejes en paz?

- ¿De él? Creo que te equivocas... te ocupo a ti, nada fuera del otro mundo; solo ocupo que seas mi aliado, confía en mi... soy más visionario que Luzu, el encontrara otro hobbie

Mencionó por último el contrario, este le ofrecía una de sus manos como una alianza fuerte; tenía dos maneras de verlo Auron: la primera era que si menospreciaba a Lolito, probablemente le haría la vida imposible a su amado... lo cual no quería, sabía que este era demasiado indefenso; en segunda, si la tomaba... estaría lastimando dándole la espalda a su amado. Recordaba toda la tarde con el menor, tragando saliva al ver como Lolito se elevaba un poco por los cielos con sus alas aun extendiendo su mano; Auron sin más saco sus alas de ángel triste y de manera amarga, sin más le tomo de la mano con fuerza cerrando el trato.

Lamentablemente había algo que no sabía Auron, todo se podía volver como un efecto domino... el cual posiblemente traería la desgracia a más de uno en el pueblo de Karmaland.

Queen of MeanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora