25 Capítulo

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Tanto como Vegetta, Alex y Auron habían salido a la búsqueda de aquel lugar; aunque les era muy conocido, quedaba muy ambigua una cueva... a la redonda había aproximadamente entre 4 o 5 cuevas, ya fueran subterráneas o visibles entre las montañas. El ojimorado se sentía aun preocupado por la condición de su amigo Willy, sabía que la situación la cual vivía ahorita era dura y dejarlo solo era más probable que se sintiera solo; no estando Fargan, o incluso que no pudiera acompañarlos era algo que en su cabeza comenzaba a atormentarlo. Alex por otro lado, se atrevía a hacer el camino más ameno recolectando algo de comida en el camino para los tres; en donde el más pequeño de los tres, notaba como los otros dos "mastodontes", como solía llamarles, estaban completamente distraídos. Por un momento decidió separarse del grupo en busca de algunas bayas, no sabía si le ponían alguna atención a lo que su iniciativa por alejarse se volvía más peligrosa; en donde a la lejanía podía ver a dos figuras caminando, una completamente cansada y siendo ayudada por la otra. Notaba que llevaban una ropa muy particular de la hermandad oscura, a lo que este simplemente se alejó y corrió con los contrarios para alertarlos; los cuales no tardaron mucho en salir de sus ensoñaciones, y correr junto al contrario para saber de qué se trataba.

El trio podía ver a aquellas dos figuras reposar en un árbol, y al parecer una era la que se encontraba más exhausta que la otra; por un momento, Vegetta pudo oler aquel particular aroma de su pareja. Causándole confusión, se acercó lo más rápido que pudo para tratar de verificarlo; no comprendía si en verdad se trataba de este, o simplemente le habían arrancado la ropa a su oso para torturarlo. Lo cual esto último comenzó a hacerle hervir la sangre, añoraba volver a verlo y pensar que alguien lo hubiera tocado seria la gota que rebasaría el vaso...

- Fargan ya no puedo –se quejaba el oso, sentado en un árbol completamente cansado- Llevamos toda la noche y todo el día caminando...

- Lo sé, pero debemos llegar a esa cueva; así podremos pasar la noche, y tal vez mañana emprender camino a casa –sonreía el contrario colocándose en cuclillas-

- Como añoraría que estuviera Vegetta aquí, con lo cansado que estoy creo que puedo sacar un poco más de fuerzas –miraba al contrario, mientras se paraba con lentitud captando en frente de este a otra figura completamente conocida-

- ¿Doblas? –menciono Vegetta a punto de tirar en llanto-

- De Luque –le miraba con ternura, mientras el otro corría a cargarlo y abrazarlo en lágrimas- Vegetta eres tú, no lo puedo creer

- Pero oso tonto, ¿Dónde has estado? –besaba su mejilla y labios, escuchando como Auron y Alex llegaban cansados por tratar de seguirle el paso al contrario- Miren a quien encontré, a mi Doblas

- Con que ellos eran –reía suave Auron, mientras Fargan se acercaba abrazarlos con fuerza- Hola, puerco

- No puedo creer que diga esto, pero en verdad los extrañe. ¿Willy viene con ustedes? –menciono alegre, y alzando su mirada para buscarlo-

- Él no está aquí, se quedó en el pueblo –hablo con severidad Auron, antes de jalarle la mejilla en molestia- ¿Dónde han estado ustedes dos?

- Nos capturaron, y a Fargan se le ocurrió la idea de fugarnos... tal cual lo hace en la prisión de Karmaland –comentaba Rubius, el cual miraba a su pareja por unos cuantos minutos- ¿Y qué hacen ustedes aquí?

- Yo los llame –entre las ramas se encontraba otra figura familiar, la cual ocultaba su rostro en la capucha- Al parecer ya tenemos al ente para matar –comento Luzu, mientras Fargan y Rubius se disponían a verse quedándose anonados-

Luzu lentamente bajo del árbol, ignorando completamente al grupo; al parecer su plan estaba funcionando, y no les había dado oportunidad a Rubius o Fargan de comentar quien los había tenido presos tanto tiempo. Sin dudarlo mucho, Auron y Alex comenzaron a seguir a Luzu; mientras tanto, Fargan y Vegetta ayudaban a Rubius a caminar detrás de estos. Una suave sonrisa en la cara de Luzu comenzó a dibujarse por cada paso que daban hacia aquel lugar; esta vez tenía sus cartas a su favor, y haría todo lo posible por aniquilar a aquellos que se pusieran en su camino. El tan solo saborear aquellos poderes, le hicieron dar un suave cosquilleo por toda la espalda; no notando como Auron se quedaba viendo a Luzu tan penetrante, ya que en su cabeza aún seguía formulándose ¿Cómo había logrado llegar tan rápido en tan poco tiempo?

Queen of MeanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora