Un respiro

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Anteriormente:

Iris rompió en llanto, ya no podía más, se sentía ahogada, presionada, con miedo y rabia a la vez, impotente e insegura y por primera vez se planteó algo que nunca le había pasado por su mente: abandonar la residencia.

Iris empezó a hacer aquella revisión sumida en un llanto interminable, sentía que no valía nada y eso le causaba rabia, ya que como Psiquiatra sabía que sentirse así no estaba bien. Pensó para sí misma...

I: En qué momento mi vida cambió tanto?...

Le hechaba la culpa a la aparición de César, y eso, la verdad, la hizo sentir mejor. Sacaba sus conclusiones...

I: Jorge nunca se había comportado así conmigo, nunca me he sentido tan presionada tanto laboral como personalmente, nunca, hasta que apareció César, definitivamente ese hombre vino para echarle la vida a perder a todos.

Y con esas palabras, empezó a encontrarle solución a todo...Era tan sencillo, según ella solamente tenía que alejarse de César, tratar de evitarlo a toda costa.Pero eso iba a hacer imposible, César era insoportable (en el buen sentido) y no la dejaría tranquila, cosa que a ella no le molestaba tanto, ya que entre sus discusiones él siempre lograba arrancarle una sonrisa.

César por su parte estaba romanceando con una enfermera, intentando seducirla para llevarla a su cama, pero siempre con la imagen en su mente de Iris...

C: Ella no está bien...(pensaba).

Pero igual no quizo averiguar, no le interesaba la vida de una persona que lo único que hacía era rechazarlo.

Cayó la noche, Iris estaba exausta, la revisión de César le había tomado mucho tiempo y esfuerzo y ni siquiera había podido trabajar en su tesis, esperaba temerosa la llegada de Jorge, sabía que esa noche iba ser una pesadilla.

Tocan el timbre:

J: Hola amor (besándola).

I: (nerviosa) Hola.

J: Lista?(dándole un beso en la mejilla) Vámonos.

Iris estaba hermosa, siempre había tenido buen gusto al vestir, llevaba puesto un vestido blanco, largo, pegado al cuerpo,y con un escote que no dejaba mucho a la imaginación, el pelo suelto que le caía por la cintura, un maquillaje casual, sus labios rojos y unos tacones color piel que eran el sueño de cualquier mujer, eso sí, una cara de tristeza que no encajaba con aquel outfit.

J: Vamos a un antro, vas a ver como nos vamos a divertir (agarrándola fuertemente por la cintura).

Iris iba en el auto como si fuera a ir a su propio funeral, trataba de disimular delante de Jorge pero era completamente imposible.

Antro:

J: (bebiendo) Hace mucho que nos hacía falta esto.

I: (quitándole el vaso de la mano) Sí, pero ya no tomes más por favor.

J: (apretándole la mano fuertemente) Yo hago lo que me de la gana, tú no eres nadie para decirme lo que tengo que hacer.

Jorge se paró violentamente de su silla, y dándole un beso brusco a Iris, se dirigió a la barra por otro trago..

Iris no sabía que hacer, estaba demasiado ansiosa, sus manos temblaban y no era capaz de fijar su atención en nada, cuando sintió que un leve susurro le erizaba el cuello...

C: (hablándole al oído) Espero que mi trabajo esté termimado Doctora...

Era César!!...los dos estaban en el mismo sitio, algo que no podía ir peor, porque ella se propuso alejarse de él lo más posible.

Amar es de locosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora