Una parte incompleta

96 9 4
                                    

Anteriormente:

I: (tomandolo por las manos) César...de quiénes son esos bebés?...

C: (indiferente) Los tequilitas?...nuestros.

I: 😮😮😀😀💓💓

Iris sintió su corazón explotar, su respiración se tornó agitada y sus ojos...aquellos ojos verde-aceituna brillaban más que nunca. Dios la había escuchado, eran sus hijos, su corazón de madre no se equivocaba.

I: (totalmente emocionada) Dónde están mi amor?, quiero verlos.

Los ojos de César se iluminaron, sentía tanta felicidad al ver a su esposa bien y preguntando por sus hijos.

C: (haciendola sufrir) Pero si ya los viste, ahora están dormidos.

I: (suplicandole) Por favor César...sí, los vi, pero en ese momento no sabía que eran mis hijos, ahora lo sé y ni te imaginas las ganas que tengo de besarlos y de mimarlos, por favor, déjame verlos, te juro que no los voy a despertar...

César no podía negarse a nada cuando Iris le ponía aquella mirada de súplica. Sabía que ella necesitaba el calor de sus criaturas tanto, como los niños el de su madre.

C: (besandola en la frente) Claro que te los traigo mi amor, como crees que te voy a negar ese derecho.

César salió de la habitación a buscar a los tekilitas, mientras Iris se quedaba en ella totalmente nerviosa sin saber que hacer.

Minutos después entraba César con los niños en brazos y detrás el batallón. Iris abrió los ojos como platos, abrió sus brazos para recibir a sus hijos. Anuar enseguida se tiró a sus brazos, había hecho una conexión muy especial con su madre. El problema era con Vicky, no quería estar con ella, cada vez que Iris intentaba cargarla ella no se dejaba, empezaba a llorar y Aracely tenía que cogerla para calmarla. Iris sintió una impotencia muy grande en ese momento. Se sintió rechazada por su hija. Fue inevitable que lágrimas de tristeza salieran de su rostro.

I: (tratando de tocar a la niña que estaba en brazos de Aracely) Por qué no quiere venir conmigo?...no entiendo.

Eu: (arreglandole la ropita a Anuar) Es normal mi amor, la niña apenas te conoce.

I: (besando las manitas de su hijo) Sí, pero soy su madre.

D: (cargando a la niña) Sí, pero ella no entiende eso, no debes forzar las cosas.

I: (molesta) Esto es el colmo!!...ahora resulta que mis hijos aceptan a todo el mundo menos a mi que soy su mamá.

C: (acariciando el pelo de Anuar) Mi amor tranquila, poco a poco.

I: (con lágrimas en los ojos) Solo quiero tenerla en mis brazos César, es mi hija, es un pedacito de mi, he pasado mucho tiempo separada de ellos y lo único que quiero es poder disfrutarlos.

C: Y lo vas a hacer.

Cargaba a la niña en brazos y se sentaba junto a Iris al lado de la cama. Victoria e Iris se miraron por unos segundos. Iris la miraba desesperada, quería tenerla en sus brazos y arruyarla como estaba haciendo con Anuar. Victoria la miraba con sus pequeños ojitos verdes sin entender nada de lo que pasaba.

I: (abriendo uno de sus brazos y haciendole una señal con su mano) Ven mi princesita, me muero por cargarte...ven.

La bebé la miró de arriba a abajo, le regaló una sonrisa y se lanzó a sus brazos. Iris la sujetó como su tesoro más preciado y la llenó de besos. Por fin tenía a sus dos hijos consigo, sonreía mientras los besaba y arrullaba.

Amar es de locosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora