La sangre llama

93 12 6
                                    

Anteriormente:

Iris la vio alejarse hasta desaparecer por completo, acto seguido entraba César y sin ella pedirselo, solamente con leerle los ojos, supo que tenía,que abrazarla y llenarla de mimos; y así lo hizo, César cargó a su esposa en brazos y la llevó por todo el Instituto hacia su coche, iba a hacer la primera noche que pasarían los tres: César, Iris y su bebé..

Habían pasado tres días de lo sucedido, Iris se encontraba descansando en casa mimada y consentida por César y Aracely, sus padres a cada rato la llamaban para saber como se encontraba y su hermana la tenía cansada de tantas fotos de ropita de bebé que le mandaba.

Ese día en el Instituto el director llegó temprano, corrió hacia el laboratorio y se pasó las manos por la cabeza en señal de frustración al verlo cerrado. Caminaba de un lado a otro queriendo forzar la cerradura y agarrar el papel que decía que Iris era su hija. La laboratorista llegaba al salón, se asombró ver al director como un guardia en el laboratorio.

Lab: (asombrada) Director, madrugó, vino a buscar sus análisis verdad?...

D: Sí, los míos y los de la doctora Iris.

La laboratorista abrió los ojos como platos, no entendía el repentino interés del Director por la Psiquiatra. Pero la verdad ella no estaba para averiguarlo, así que abrió el local y le entregó el sobre al director.

Él estaba nervioso, su respiración se tornó agitada, sus ojos estallaron sin aún abrir el sobre y el recuerdo de su hija recién macida le nublaba el pensamiento. Abrió el sobre delicadamente, con temor a saber su contenido, leyó todo hasta el final y lo cerró de un golpe. Su semblante se tornó seco, acaso el resultado no era el esperado?...Le dio las gracias a la laboratorista y salió hecho un demonio de aquel lugar. Iba por los pasillos con la cabeza atormentada, todo le daba vueltas, se encerró en su oficina y le pidió a la secretaria que nadie lo molestara.

Iris estaba recostada viendo una película, mientras César estaba en la cocina preparando el desayuno. La escena era conmovedora, los dos estaban felices con el embarazo. Iris planeaba darle una sorpresa a su esposo, esos tres días él se había portado como un rey; la había llenado de mimos e incluso ya empezó a decorar el cuarto del bebé.

I: (llamándolo) Mi amor!!...

César se acercaba con un exquisito desayuno, muy nutritivo como Aracely había recomendado.

C: (con la bandeja en las manos) Mira el desayuno tan rico que te preparé, quiero que mi hijo se alimente bien.

I: (fingiendo indignación) Y yo qué?...que me parta un rayo!!

C: (llevandole un trozo de fruta a la boca) No amor, tanto trabajo que pasé para reconquistarte..cómo crees que te voy a matar de hambre?...

I: Más te vale....Alcohólico, tengo antojo de tomar helado.

C: Sus deseos son órdenes, ahora mismo te lo traigo.

I: (sosteniéndolo por el brazo) Mi amor, de ese no, quiero helado de chocolate..(suplicando) Por fa, ve ahora, tu hijo quiere tomar helado de chocolate.

C: (pasándole la mano por el vientre) Este bebé no ha nacido y ya hace de su padre lo que le da la gana...(resignado) Está bien, no me tardo...te amo.

I: Yo más..

César se puso en camino mientras Iris aprovechaba para prepararle una sorpresa. Dos horas después se aparecía César, cargaba entre sus brazos el helado y un enorme oso blanco para su hijo. A duras penas abrió la puerta y al ingresar a su casa todo lo que llevaba en las manos fue a dar al suelo. El depa estaba completamente a oscuras, alumbrado solamente por la luz tenue de una vela, la mesa perfectamente decorada, dislumbraba un par de caballitos de tequila ya servidos y dos platos con comida china. De fondo sonaba una canción de Laura Paussini:

Amar es de locosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora