Amy.
Tengo la cabeza bajo las sabanas, pero comienzo a escuchar ruidos de pasos agitados a mi alrededor mientras una pila de trastes caen. Alguien sorbe algo y comienza a masticar tan cerca de mi que se me hace casi imposible no despertar.
¿Qué pasa?
¿Dónde estoy?...Es lo primero que pienso, cuando de repente recuerdo lo pasado la noche anterior. Me remuevo debajo de la sábana tratando de hacer memoria.
Recuerdo la humillación de las palabras de Drake, y como mi mundo se vino abajo al decirme que no había sido nada para él, pero, la sonrisa de Hayley aparece en mi mente y como tuvo la maravillosa idea de vengarnos de él. Me quito la sábana de la cara pero la luz del día me ciega tapándome de nuevo hasta que mi vista se acostumbra a la claridad. El ruido de antes parece acercarse cada vez más, me destapó un poco para mirar al rededor, pego un brinco aferrandome a las sabanas cuando divisó una figura pequeña de una chica que me mira fija y seriamente.– ¿Quién eres y por qué estás en mi lugar extraña?
Esa frase y esa mirada tan punzante me recuerda a Sheldon Cooper de la Teoría del Big bang, el protagonista de esa serie que siempre reclama a quien se sienta en su sitio, lo que me causa una pequeña risa.
–¿ Qué es tan gracioso? 7w7
Me quita por completo la sábana de la cabeza para así poder mirarme bien.
–¡Tú!, .... eres la chica que me llevo los papeles el otro día, ¿no te acuerdas de mi?
Se señala así misma cambiando de humor por completo. Deja su tazón en la pequeña mesita, achina los ojos sin dejar de mirarme, se lo piensa bien antes de hablar y cuando parece tener todas sus ideas claras sus ojos se abren pegando un brinco, no dice nada, se levanta y camina a zancadas hacia pa habitación de Hayley, deja la puerta abierta y yo me asomó a pasos cortos para lograr ver lo que sucedía. Hayley se encontraba en el suelo con las sabanas cubriéndose el torso para abajo, mantenía el cabello todo alborotado y se esforzaba por mantener los ojos abiertos para mirar a la chica que no paraba de mover las manos. En un instante Hayley comienza a hacer las mismas señas, se levanta del piso soltando un bostezo despreocupadamente, lo cual me parece muy cute y tierno. Levanta la mirada logrando verme, esboza una sonrisa saludandome con la mano para desearme buenos días, hago lo mismo sintiendo mis mejillas calientes. La prra chica asoma la cabeza en mi dirección, vuelve a hacerle señas a Hayley y sale de su habitación dando un portazo.
– Haly ya me explico lo que paso con tu novio, que patán
Se acerca a mi y yo por instinto doy unos pasos hacia atrás.
– ¿Sabes cocinar?
Me pregunta de golpe mientras yo asiento con la cabeza por instinto, hasta ahora no he podido decir ni una sola palabra, esta chica suele tomar todo el control de la situación, entiende perfectamente todo sin decirle nada.
Para mi sorpresa ella sonríe, rodea el sillón y vuelve a tomar su tazón de cereal.–Al fin una compañera de departamento que cocinará para nosotros – dice con la boca llena de cereal – aunque, no es por alardear, pero yo cocino de maravilla, por eso Hayley e Ethan están como están
–¡Eso no es verdad!
Una voz gruesa resuena en la sala haciendo erizar mi piel, volteo lentamente reconociendo a la persona que se encuentra tras de mi, es el mismo chico que fue a recogerme en la noche de lluvia, lleva las mismas ropas (al parecer). Una camisa negra y unos jeans azules, va descalzo y me mira como si fuera un bicho raro.
– Soy Ethan, ella es Suzan – señala a la chica que come cereal y habla con la boca llena, niego con la cabeza mientras escucho un mensaje en mi celular –
Hayley: tengo letra y canción nueva, ven a mi cuarto, necesito tu opinión
Sonrio levantando la mirada ante los dos chicos extraños ante mi, él le quita el tazón de cereal a ella mientras la chica se le tira encima. Su mirada se dulcifica cuando ella frunce el ceño, y si no fuera por la forma en que están gritandose, juraría que ahí hay algo más.
–¡Idiota!, deberías quedarte con tus putas amiguitas y no regresar nunca
Él solo sonríe sin hacerle mucho caso a sus palabras, gira la cabeza hacia mi haciendo que pegue un brinco instintivo. Camina hacia mi inclinándose un poco.
–¡¿QUÉ MEBMIRAS?, ¿TÚ TAMBIÉN ERES SORDOMUDA?!
Doy pasos hacia atrás al escucharlo gritarme, no se en verdad porqué lo hace, esta claro que no soy sorda y hace poco me hablo como si no lo fuera. Este chico está más que loco, no se ve nada educado.
De pronto la chica de antes "Suzan", lo aparta señalandole con el dedo índice al ponerse frente a mí– Deja de gritarle, no estamos sordas, ella solo está abrumada, y es algo tímida
– Yo crei que era muda – se encoje de hombros – no la he escuchado hablar
– Será porque no tenía nada que decir.
Se sorprende al escucharme, pero luego su mirada se desvía atrás mío. Volteo a ver mientras Hayley aparece moviendo su móvil a los lados. Ellos comienzan a hablar en lenguaje de señas nuevamente sintiendome excluida de nuevo del grupo.
Tomo nota en mi lista mental que si vamos a trabajar y vivir juntos, tendré también que aprender ese lenguaje.
ESTÁS LEYENDO
¿Y si hacemos música?
Novela Juvenil"Te dijimos que irte lejos no era bueno para ti" "Te dijimos que no podrías sostenerte por ti misma" "Te dijimos que ese chico no quería nada serio contigo" "Te dijimos que si elegías medicina nosotros correríamos con todos los gastos" "Te dijimos q...