-Encontraste algo?- Germán entró a la oficina con dos cafés de Starbucks, uno lo dejó en mi escritorio y el otro lo tomaba con disfrute.
-Más de lo que crees- Afirmé con seguridad. Apenas podía dormir según lo ocurrido, me sentía observada todo el tiempo. Desde el fin de semana no he vuelto a saber de esa llamada la cual me provocó pesadillas los últimos días. Tomé la difícil decisión de no decir nada por el momento, ya que no quería poner en peligro a nadie de mi entorno. Por lo que tendré que lidiar con esto sola.
-Por qué no descansas? Lana me informó que estuviste hasta tarde investigando- Tomó asiento. Lo observé, tenía razón. Había dormido menos de dos horas.
-Debería, lo sé- Me levanté de mi silla y me apoyé en el escritorio, para observarlo. -Pero no puedo- Cruzé mis brazos. -Siento que si duermo, me olvidaré todo lo que he estudiado hasta ahora del caso- Mentí, realmente no quería dormir por miedo.
-Lo entiendo Alison pero sino duermes te enfermarás- Solté un suspiro cansada. Si tan solo supiera por qué no lo hacía. -No soy médico, pero es por tu bien- Se levantó. -Ve a casa anda- Ordenó para luego cerrar la puerta.
Lo conocía perfectamente, sabía que si no lo obedecía, sería capaz de llevarme a rastras a hacia mi departamento. Tomé mi saco y cartera, salí de allí cerrando con llave la oficina.
-Descansa- Con tono de orden, asentí como respuesta con una pequeña sonrisa.
-Igual- Le dije y tomé el ascensor para ya salir de allí. Busqué las llaves del auto y apreté el botón para largarme con mi auto.
Estuve estudiando la firma, D, si dice que son varios, por qué sólo hay una firma? Tomé aire cansada, encendí la televisión. Pasaba canal por canal, hasta en las noticias. -*Hasta el momento no se sabe nada de la desaparición de José Rivera, desde hace un mes se lleva buscando alguna pista de este, pero aún no hay resultados. Podríamos completar la lista de el noveno multimillonario desaparecido desde hace un año.-* Me levanté rápidamente escuchando atentamente lo que la chica decía, asustada, corrí hacia el periódico de hace un año que tenía en mi escritorio.
-14/3/2015 *Se comunica la desaparición de el multimillonario Antonio Rodríguez, la última vez que se lo vió estaba caminando con su esposa en la calle Mall durante la noche.*- Leí- ESTO ES DE HACE UN AÑO, HOY ES catorce de marzo de 2016!- Tomé mi pelo con fuerza.-Esos hijos de puta secuestraron a todos los que debían dinero, pero por qué? POR QUÉ NO PAGABAN SI TENÍAN DINERO?-Tras eso comenzó a sonar el teléfono. Me asusté. No quería atender, no como la última vez. Me acerqué a este, con un poco de torpeza. Atendí.
-H...Hola?-
-Se lo advertí inspectora... Sabe mucho...-Colgó. Mi corazón estaba comenzando a latir a mil, estaba muy nerviosa. Se escuchó el ruido de un vidrio romperse, corrí hacia mi habitación y cerré con llave. Me acerqué a la ventana y la abrí. Comenzaron a tratar de derribar la puerta dando fuertes golpes a esta, mis nervios aumentaban cada vez más. Estaba al borde de la ventana, era un tercer piso, era imposible saltar, la muerte misma era aquella. Me quedé allí apoyada a un lado de la ventana, con los ojos cerrados y derramando pequeñas lágrimas. Habían logrado tirar la puerta.
-Búsquenla, no pudo haber ido a ninguna parte!- Su voz no se podía distinguir bien, se notaba que la tenía tapada. De la desesperación traté de moverme hacia el otro lado del edificio.-Aquí estás!- Me tomó del cabello con fuerza.
-NO!- Comencé a llorar, traté de soltarme. Me resbalé, veía mi muerte ante mis ojos. Pero logró tomarme del brazo, tenía demasiada fuerza. Lograron meterme de nuevo a la habitación. Habían cinco, el que me sostenía, tapaba mi boca con una mano y con la otra traía un arma.
-YA LA TENGO, DÍGANLE A LOS DEMÁS QUE PREPAREN LA CAMIONETA!- Intentaba soltarme todo el tiempo. El que me sostenía parecía ser el líder, y con lo poco que podía observar todos traían máscaras. Dos se habían ido, y los otros que quedaban preparaban una jeringa. Ya me veía venir sus intenciones.Trataba de moverme más rápido. -QUÉDATE QUIETA!, SINO QUIERES RECIBIR UN BALAZO EN LA PUTA CABEZA!- Me amenazó. Comencé a llorar aún más fuerte, sentí la aguja en brazo. Tenía ganas de vomitar, estaba muy mareada. Logré sentir como mi cuerpo se debilitaba, y como mis ojos me fallaban. Ya no sentí absolutamente nada.
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Síndrome de Estocolmo. RDG
FanfictionAlison Parker una de la inspectoras más famosas de España, la convocan para la investigación de un multimillonario desaparecido. Ella al aceptar el caso le lleva al peor momento de su vida, recibiendo llamadas con amenazas de muerte y de violación...