Me encontraba en la cocina de aquella gran casa. Liberando mi estrés y furia, cocinando. Tomé el palo de amasar para realizar tarta de verduras. Mi estómago pedía a gritos algo de comer.
Comencé a escuchar risas, provenientes del comedor dirigiéndose hacía aquí. Sólo continué con mi trabajo.
-Alison?- Preguntaron. Rodé los ojos y Observé a Alex, Frank, Samuel y Guillermo. Volví a lo mío.
-Qué haces?- Preguntó Frank.
-Jugando un partido de tenis- Sonreí sarcástica. Este rió.
-Oye queríamos decirte gracias- Habló Samuel.
-Por qué?- Tomé la caja de harina para luego mezclar.
-Por ayudarnos, sabemos que fue una decisión difícil ser la carnada de un monstruo- Volví a reír. Los observé.
-Desde cuando les importa como me siento? Eh?- Hablé molesta. -Ustedes son unos asesinos y no tienen remedio. A veces las personas cuando matan por primera vez, lo vuelven a hacer.
-Si, eso es verdad- Dijo Alex. -Pero entonces te darás cuenta que estás del bando equivocado. Nosotros no matamos por placer, matamos porque se lo merecen- Esas palabras comenzaron a hacerme múltiples preguntas en mi cabeza.
-De que estás hablando?-
-Quiere saber algo, inspectora? Sabe por qué juntamos cuentas con millonarios?-
-Alex, no es el momento- Habló Guillermo.
-Quiero saberlo- Dije firme.
-Solo le voy a decir esto: Cuánto más dinero más hijo de perra te vuelves- Sonrió. Caminó hacia la salida de la cocina.
-Por cierto, Alison, estás muy linda hoy- Sonrió Frank. Imitando a Alex. Igual que los últimos dos. Pero antes de que se vaya Samuel habló.
-Nos estás dejando tontos, uno por uno- Se fué. Estaba en un círculo de emociones en este momento. No sabía si enojarme, ruborizarme, sorprenderme. Enserio, que coño está pasando?
Dejé la comida finalizada en la pequeña mesa al lado de mi cama. Pensando en que quiso decir Alex hace una hora atrás. Y también por el cumplido que me brindaron.
Tocaron la puerta. Era Cheeto.-Alison?- Preguntó buscándome.
-Si?-
-Ruben te espera en su despacho- Dijo y se retiró. Rodeé los ojos. Y me dirigí hacia aquella habitación donde suponía lo que me esperaba.
Toqué la puerta. No recibí respuesta.
-Rubén?- Tomé la pequeña manija y abrí. Observé por todo alrededor del aquel despacho, no visualicé a Rubén por ningún lado. Era extraño, pero no le di demasiada importancia.
Caminé hacia la puerta pero estaba cerrada. Intentaba abrirla repetidas veces pero nada. Estaba asustada.-Buscabas algo?- Esa voz hizo que sobresaltara sobre el suelo y la puerta. Lo observé. Traía consigo la llave de la habitación, el nos encerró. En qué momento?
-Qué estás haciendo?- Pregunté con temor y enojo. El sonrió, se acercaba a mí a pasos lentos. No tenía dónde uir, estaba atrapada.
Ya estaba a una distancia bastante pequeña entre ambos.-Cómo estás Alison?- Lo observaba.
Solté un gran suspiro.-Qué es lo que quieres Rubén?- Colocó de forma brusca su mano junto a mí, rodeándome.
-Te voy a decir una cosa Alison y espero que te quede muy claro- Habló enojado, incluso me había dado un poco de miedo. -Si yo quiero puedo dejar que te largues de aquí de una vez por todas. Y te digo un secreto...- Se acercó a mí oído lentamente. -No puedo hacer eso, sabes por qué?- Susurró. -Porque hay algo en tí que no me deja pensar con claridad...- Se alejó un poco para observarme. Me encontraba totalmente inválida en aquel momento. -Me merecía esa bofetada por como te hablé, pero...-Su vista bajó hacia mis pechos. Imité su acción pero ruborizada. Levantó mi mentón suavemente, para chocar nuestras miradas. Por un momento me sentí, protegida? Que carajos? -Qué me estás haciendo?- Habló. Miró mis labios y comenzó a acercarse lentamente. Mis latidos estaban a mil, y no podía pensar con claridad.
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Síndrome de Estocolmo. RDG
FanfictionAlison Parker una de la inspectoras más famosas de España, la convocan para la investigación de un multimillonario desaparecido. Ella al aceptar el caso le lleva al peor momento de su vida, recibiendo llamadas con amenazas de muerte y de violación...