La mansión de Rivera estaba muy bien cuidada, se notaba que este hombre era de familia. Al inspeccionar cada rincón de esta, me limité a entrar a su despacho era lo que más necesitaba inspeccionar.
Muebles bastante bien cuidados, el olor a antigüo se podía apreciar y con una pizca de polvo. Me senté en la silla, tratar de conocer al Señor Rivera desde su punto de vista.
Comencé a buscar en sus cajones, pero lo único que habían era fotos con su esposa y papeles de su trabajo. El era contador, normal aquellos papeleos con cientos de números.
Estuve sin exagerar buscando hasta en el lugar menos pensado de su despacho, incluso ya me estaba dando por vencida. Parece que la policía no había encontrado nada en realidad.
-Quiere un café inspectora?- Preguntó la Señora Rivera entrando a la habitación junto con una taza de café en sus manos.
-Si, gracias!- Agradecí con amabilidad.
-Logró encontrar algo?- Su típica esperanza se podía apreciar.
-No...- Solté un suspiro de cansancio. La observé de reojo. -Sabe si su esposo tuvo algún problema con su trabajo o con alguien de fuera?- Me apoyé en el escritorio observándola, lo que le provocó un poco de incomodidad.
-Emm que yo sepa no, él siempre me contaba todo...- Afirmó segura. Saben por qué ella no tiene ninguna pizca de culpa? Pues primero, investigué su habitación y revisé sus pertenencias. Es maestra siempre había querido ser madre, pero no podía, era estéril. Por lo que pude observar siempre la consideraron como una mujer amable que amaba a su esposo más que otra cosa en el mundo. Provenía de una familia agradecida, y estos consideraban a José uno de los hombres dignos para su hija. Incontable de veces Marta, su esposa, le había pedido a su esposo adoptar pero este decía que no podía por el trabajo. Que clase de escusa era esa? Algo escondía Rivera, algo que ni a su propia esposa le podía contar.
-Entiendo... Tenían algún lugar secreto dónde guardaba sus pertenencias?-
-Solo guardábamos nuestro dinero en nuestra caja fuerte- Habló indiferente.
-Solo dinero?- Creo que ya se donde está mi pista.
-Si, aunque la clave siempre la tuvo José- Lo sabía.
-Dónde está la caja?-
-Por aquí- Me guío hasta detrás de un sillón, lo jaló desapareciendo de nuestra vista y efectivamente allí se en encontraba la caja.
-No tienes la clave?- Le pregunté observando la forma de abrir aquella gran pista.
-No, José dijo que no era necesario que yo la tuviera- Te atrapé.
-Me permite abrirla?- La observé, ella aceptó sin ningún inconveniente. -Bien- Me levanté. -Necesito que me traiga una palanca- Ella asintió y fue corriendo a buscarla.
Tras un buen rato tratando de abrir la caja, lo logré. Noté la gran cantidad de dinero que en ella poseía y al final de todo encontré la pista que tanto necesitaba. Una carta donde contenía la firma de Rivera y otra cuya firma era una D. En este decía; "Devuelvenos el dinero o verás". Oh dios mío! Lo sabía, ese hombre tenía problemas! Debía dinero? Por qué debería si le sobra?
Varias preguntas me comían la cabeza, ya sabía demasiado.-Encontró algo?- Preguntó Marta entrando a la habitación. Yo asentí. -Qué cosa?- Estaba apunto de estallar en lágrimas.
-No le podré decir por el momento, pero lo único que diré es que es algo malo-
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Síndrome de Estocolmo. RDG
FanficAlison Parker una de la inspectoras más famosas de España, la convocan para la investigación de un multimillonario desaparecido. Ella al aceptar el caso le lleva al peor momento de su vida, recibiendo llamadas con amenazas de muerte y de violación...