Síndrome de Estocolmo. RDG

Capitulo 29

Mo cabeza me mataba. No podía dejar de pensar en lo ocurrido hoy. Rubén y los demás se habían ido y me quedé sola. Como de costumbre.
Me levanté de la cama y bajé hacia la cocina. Me serví un vaso de agua.
Pensaba en formas de escapar de aquí de alguna manera, pero por más que lo intente era imposible. Seguramente ya lo sabrían de alguna forma y era buscar problemas.

Me sobresalté al escuchar un ruido de un vidrio estresarse con el suelo. Tomé una sartén en señal de defensa y caminé hacia aquel sonido.

Observé a Rubén con una botella de cerveza en su mano y otra era la que estaba esparcida por el suelo.

-Rubén?- Pregunté. Levantó la vista, se notaba cansado pero sobretodo demasiado mal. Trató de caminar y tropezó.
Solté la sartén y corrí hacia él. -Rubén! Dios!- Lo tomé, olía a alcohol. Estaba ebrio. -Dejame ayudarte- Lo tomé del brazo y lo ayudé a levantarse.

-Dejame...- Habló con pocas fuerzas.

-No puedes estar así, déjame ayudarte- Caminamos hacia el sofá de la sala. Lo senté   y fuí a por un vaso de agua.

-Ten- Le tendí. Me observó. Se encontraba serio, pero a la vez indefenso. Tomó el vaso y lo bebió. -Tienes que darte un baño y luego tratar de descansar- Hablé. Él río como respuesta.

-Ahora te preocupas por mí, nena?- Preguntó, yo solo lo observé. Se levantó de su asiento. -Porque si es así me encanta, que lo hagas- Me sorprendí ante sus palabras.
-Tengo tantas ganas de follarte aquí, en este mismo sofá y hacerte gritar a más no poder- La distancia entre nosotros era demasiado pequeña.

Me encontraba sin palabras. Era demasiado descarado al soltar aquellas palabras, pero era sincero.

-Estas borracho Rubén, no sabes lo que dices- Me alejé de él.
Sonrío. Rápidamente tomó mi cintura y me tumbó sobre el sofá. Me acorraló para que no escapara. -Que haces!?-

-Ten por seguro que se lo que digo, definitivamente tengo ganas de hacerlo contigo-

-Ya basta! Suéltame!-

-Eres preciosa Alison, alguna vez te lo han dicho?- Me encontraba roja en aquel momento. -Tú eres una mujer preciosa y nos tienes a todos bobos con tu poder-
No sabía si era por los efectos del alcohol, o si de verdad era todo cierto.

-Rubén... Tie- Colocó su dedo índice para callarme.

-Tal vez no recuerde esto, pero lo diré... No pararé hasta que esos labios sean míos- Sus ojos irradiaban un color verde hermosos. Que la verdad me gustaba demasiado como le quedaban.
Al tenerme en esta posición no sabía que hacer, además me encontraba sin salida. Pero no hacía nada para escaparme. No lo sabía, pero me gustaba encontrarme de esa forma con él.

Se fue acercando poco mis labios, sabía sus intenciones. Pero no quería. Al menos de verdad me demuestre algo, no lo haría.

-No... Rubén- El sonrió.

-Que pena Alison, de verdad. La pasaríamos muy bien-