Capitulo 27

17 0 0
                                    

Volví a escuchar ruidos, pero esta vez no provenían de afuera por la tormenta. Sino de la casa.
Me levanté confundida y caminé hacía la puerta. Aún con mi camisón puesto, salí dirigiéndome hacia la planta baja. Caminando en la oscuridad. Acto que me asustaba.

Prendí la luz del salón y observé a alguien de espaldas. Sentado en un sillón. Caminé lentamente y toqué su hombre para llamar su atención. Era Rubén.

-Alison?- Se levantó de su asiento y me observó. -Qué haces despierta a esta hora?-
Me observó de arriba a abajo estudiando mi cuerpo.

-Perdón me asusté escuchando un ruido y la tormenta no ayuda- Lo observé, acto que me provocó más nerviosa de lo que estaba. -Bueno, ya me retiro- Sentí que me tomaron el brazo.

-Espera- Me acercó a él y me miró a los ojos. -Nos gustaría que se quede inspectora- Sonrió. Me soltó. Asustada comencé a dar pasos hacia atrás, hasta chocar con alguien. Observé, era Frank.
Intenté llegar a las escaleras pero ahí se encontraban Samuel y Guillermo.
Estaba asustada. Observé a mi alrededor, estaban Alex, Luzu, Cheeto y Mangel también. Que está pasando?

-Tranquila inspectora, nuestro único trabajo aquí es hacerla disfrutar...- Rubén.

Me tomaron de los brazos y de los pies llevándome hacia mi habitación. Intentaba liberarme pero era imposible. Me ataron a la cama.

-Por favor! Chicos! No lo hagan!- Lloraba.

-Shh- Volvió a hablar. Sus ojos verdosos, que ahora eran invadidos por el deseo, se conectaron con los míos. Me calló, colocando su dedo sobre mi boca. -Verás que lo disfrutarás- Samuel, Luzu Alex comenzaron a darme besos en las piernas. Guillermo y Mangel a acariciarme la cintura admirando cada parte de esta.
Frank y Cheeto se dirigieron a mi cuello dándome pequeños besos en este y Rubén comenzó a besarme. Me vendó los ojos y continuó. Sentía que me estaban tocando los pechos, lo que me provocó jadeos. Me levantaron mi camisón provocando que se observara mi ropa interior.
Tocaron mi parte íntima aún sobre la tela. Solté un pequeño gemido.

-Gatita- Me susurraron y supe que era Rubén. Levantaron mi camisón hacia mis manos. Se observaron mis pechos. Dos personas los devoraron provocándome un gran gemido.

-Chicos... Por favor- Sentí como bajaban mis bragas.

-Alison...-Oí. Estaban tocándome y devorando cada parte de mi cuerpo. Estaba en las nubes.

-Ahh...- Gemía. -Chicos...-

-Alison...- Continuaba.

-Chicos!-

-Alison!-

Me desperté con la respiración agitada. Transpirando y confundida. Observé a mi alrededor, todos se encontraban allí. Mierda. Todo fue un maldito sueño o mejor dicho una pesadilla.

Los demás estaban en la habitación, otros sentados en la cama. Observándome con gracia.

-Buen día Alison- Habló Rubén. Sinceramente no sabía que hacer. Probablemente me encontraba roja en ese momento. Y aún con la respiración acelerada.

-Quiere un vaso de agua?- Me preguntó Luzu con este en mano. Asentí y me lo extendió. Estaba confundida, sin palabras.

-Alison te podemos hacer una pregunta?- Mangel.
Dejé el vaso en la mesa. Tomé aire y hablé.

-Vaya pues sí. Si quieren saber, si soñé que tenía una orgía con todos ustedes. Está bien? Si? Lo admito- Crucé mis brazos.

Frank hizo un sonido de risa y explotó. Los demás lo siguieron.

-Qué es tan gracioso?- Pregunté algo molesta.

-Tus gemidos- Respondió Alex. Me callé y me quedé pálida. Me habían escuchado.

-Fue muy divertido escuchar: Ohh chicos... Ahh... Por toda la casa- Habló Guillermo.

-Ay Dios- Coloqué mis manos sobre mi cara. -Nose por qué soñé eso. No tiene ningún sentido. Ni siquiera me atraen- Rodeé los ojos.

-Si claro- Habló Rubén con un tono de sarcasmo y una pequeña sonrisa. -Quién lo diría? Resulta ser que eres una pervertida Alison- Lo observé seria. Me levanté de la cama, ignorándolos.

Caminé hacia la puerta para salir pero me detuvieron el paso.

-Frank, Samuel, dejénme salir- Los enfrenté.

-Y por qué?- Preguntó el primero.

-Al dónde quiere inspectora?- Preguntó Rubén levantándose de la cama. Se acercó a mí.

-Quiero ir a desayunar, nada más- Hablé firme. Observé a los demás. Estaban actuando extraño, como... Cómo en mi sueño... Levanté la vista asustada. -Alejénse de mí- Me alejé.

-Por qué? Qué te ocurre?- Rió Ruben.
Noté que Frank y Samuel se habían apartado un poco de la puerta. Tuve la oportunidad de tomar la iniciativa y llegar a la puerta lentamente. Para poder salir corriendo de la habitación. Bajé las escaleras rápidamente, aunque casi tropezándome. Corrí hacia la puerta principal y abrí. Un hombre yacía parado enfrente de esta. Vestido elegantemente. No era tan alto y contenía barba, traía consigo un maletín.

-Uy disculpe señorita- Hablaba español. -No quería molestar, pero quisiera saber si se encuentra Rubén Doblas?- Lo observé atenta.

-Por parte de quién?- No entendía porque me importaba, pero sentía que esto me ayudaría a saber más datos acerca de ellos.

-Su Padre- Me quedé paralizada.

Síndrome de Estocolmo. RDGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora