Capitulo 9

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Bajé mis vista para observar a Rivera, allí, tirado, con un litro de sangre alrededor suyo. Todo por mi culpa por no hablar. Dios! Prometí salvarlo, no matarlo! Sin duda he fallado en mi trabajo y ahora me siento lo peor.
Comencé a llorar con todas mis fuerzas, había matado a una persona. A una persona que llevo buscando desde hace una semana y el cuál me había atrapado en su caso.
Y ahora mirenme, llorando, como una cobarde, traidora, una estúpida... Ahora que voy a hacer? Qué le diré a su esposa o a mis compañeros?

Escuché ruidos detrás de la puerta, seguramente eran esos imbéciles. Qué querrán ahora? No tuvieron suficiente? La puerta comenzó a abrirse lentamente. Entró el supuesto jefe y otro más.

-Mangel átala- Le ordenó. Este se me acercó, me amordazó y mi ató de manos y pies. Okey, uno de ellos se llama Mangel.
Trataba de moverme pero era imposible. El de ojos claros se me acercó y se agachó a mi altura.
-Ahora inspectora quiero que conteste todo lo que le voy a preguntar vale?- Que ganas de tomar un arma y darle un tiro en los huevos.

Intentaba hablar pero claramente no se me entendía nada. Se fue el acompañante riendo junto con él, haciéndome quedar como una boba. -Trae a los demás- Le ordenó.
Quedamos los dos solos y él imbécil lo único que hacía era observarme.

-Ay, inspectora...- Se acercaba lentamente. -Esto no es nada en contra suyo, lo sabe verdad?- Solo lo observaba. -Ahora cuando vengan mis compañeros te haremos unas preguntas, y sabrás algo que nadie que estuvo con nosotros supo- Me entró la curiosidad, a qué se refería?-
La puerta se abrió y todos esos hombres entraron junto con sillas. Sillas? Para que querrán?

Una vez todos adentro cerraron la puerta. Todos se comenzaron a sentar enfrente de mí. Dios que incómodo.

-Bien, inspectora. Ahora quiero que cualquier cosa que le preguntemos, diga la verdad y solo la verdad. Porque no le conviene meterse con nosotros...- Se levantó y me sacó el pañuelo de la boca.

Síndrome de Estocolmo. RDGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora