Dorianne
Estábamos por cerrar la cafetería, faltaban si acaso veinte minutos. Jordan había dejado el libro en la mesa y jugaba con una rebanada de pay de plátano como solía hacerlo, moviendo un trozo de un extremo del plato al otro, parecía estar pensando en algo.
Norma no había ido ese día, se tomó muy a pecho mi propuesta de cerrar hoy como compensación por dejarme ir el fin de semana pasado cuando Jordan llegó de casa de sus padres, así que estaba sola en el local. Era viernes, así que me imaginé a mi compañera en alguna fiesta.
Estaba desconectando las cafeteras cuando Jordan se acercó a la barra, traía su plato vacío y la taza, las dejó frente a mí y rodeó la barra para abrazarme por la espalda.
-¿Qué sucede?- pregunté tras quedarme quieta y tomar sus manos apoyadas a la altura de mi abdomen.
-¿Puedes descansar mañana? De la librería y de aquí- preguntó con voz queda.
-¿Cómo dices?
-Si puedes faltar mañana al trabajo, ¿te quedan días libres disponibles?- preguntó mientras me soltaba y se posicionaba frente a mí, sabía que no tomaba mis días libres a fin de dejarlos por si Noé lo necesitaba.
-Sí, creo que sí, ¿pero por qué?
-Es que te tengo un regalo también yo- confesó con una pequeña sonrisa.
-Jordan, no es necesario que...
-Así que pasaré por ti mañana a las siete en punto, bueno, mejor a las ocho, iremos a un lugar- me interrumpió.
Jordan asintió, como si lo estuviera acordando consigo mismo, después se puso a subir las sillas del lugar a fin de que nos retirásemos ya. No dijo nada en todo el camino hacia mi casa, parecía estárselo pensando seriamente, planificando algo.
-Bueno, buenas noches- dije al desabrocharme el cinturón de seguridad frente a mi casa, estaba por bajar del auto, pero me giré y lo besé rápidamente, eso pareció despertarlo de su ensoñación y me sonrió.
-Buenas noches- respondió.
Cerré la puerta de mi casa justo cuando escuché el auto de Jordan encender el motor, hice nota mental de avisarle a mis jefes que me tomaría el día libre y me dirigí a mi cama, si no estuviese tan cansada me habría inquietado ver la cama de Noé vacía.
***
Desperté a las seis y media por el sonido de la alarma, a donde sea que Jordan quería llevarme, ¿era necesario que me hiciese despertar tan temprano? Gruñí ante mi falta de sueño, pero me encaminé al cuarto de baño para ducharme.
Una vez en mi habitación me pasé buen rato decidiendo qué ponerme, ni siquiera sabía a dónde me llevaría, pensé en preguntarle a Lineth, pero ni loca estaría despierta tan temprano un sábado. Opté por un vestido blanco que me llegaba casi a la rodilla, si se interponía en los planes de Jordan de hacerme escalar una montaña, me lo diría antes de irnos.
Desayuné un cereal de hojuelas de chocolate mientras avisaba al señor Rivers y a mi jefe de la cafetería que me tomaría el día, después llamé a la maestra de Noé, él me pidió que no lo llamara, pero no podía evitarlo.
-¿Hola?- respondió su profesora.
-Buenos días, profesora, soy Dorianne Smith, la hermana de Noé.
-Oh, Dorianne, hola. Noé está muy bien, estamos desayunando para irnos al concurso, ¿quieres hablar con él?
-¿Es posible?
-Sí, claro, dame un momento- esperé en la línea medio minuto, hasta que escuché la voz de mi hermanito. -Hola, hermana.
-Noé, ¿cómo te va?- hablé con sumo gusto y alivio, sólo entonces caí en cuenta de cuán difícil era estar lejos de él.
-Muy bien, casi no estoy nervioso- respondió de modo natural. Me hizo recordar la escena que había visto ayer, cuando Jordan le daba ánimos y lo abrazaba, sonreí con ternura inevitablemente.
-Me alegro mucho. Oye, Noé...
-¿Sí?
-Quiero que disfrutes lo que estás viviendo, ¿está bien? No pienses en ganar ni nada de eso, sino es vivirlo de manera feliz.
-Lo sé, Dorianne, lo haré... pero creo que sí voy a ganar, estuve hablando con los demás niños y apenas están aprendiendo porcentajes- confesó con un tono arrogante, pensé que cada día se asemejaba más a Jordan. -Ya me tengo que ir, te quiero.
-También yo te quiero- respondí antes de que colgara.
Me quedé en silencio un momento, pensando en Noé y cómo había tomado a Jordan como su modelo a seguir, tal vez era lógico, mi padre estaba en el trabajo todo el día, Jordan era la figura masculina que más convivía con él.
Despejé la mente y me seguí preparando, justo me terminaba de maquillar cuando escuché a Jordan tocar la puerta. Me dirigí a la puerta con prisa mientras tomaba mi bolso negro del sofá, cuando abrí lo vi vistiendo una camisa a botones blanca que se le ceñía al cuerpo, unos pantalones negros y unos zapatos de vestir en vez de sus tenis. Él también se detuvo a observar mi aspecto y cuando llegó a mi rostro me sonrió.
-Vamos en conjunto- observó divertido. -¿Nos vamos?
Lo seguí fuera de casa, cerré la puerta y me dirigí al Porsche, pero él estaba de pie junto a la puerta del copiloto y la abrió para mí. Me quedé observándolo muy extrañada.
-Va a ser un día de sorpresas- se justificó rodando los ojos.
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Sentimientos de metal
RomanceLa universidad donde estudia Dorianne es bastante peculiar: además de estar llena de estudiantes adinerados, los hombres dedican sus días de estudio en apostar sobre qué chica pueden tirarse, el que lo consiga se lleva una buena suma de dinero recau...