Dorianne
-Hermana, hermana- escuché la voz de Noé y me desperté de golpe, lo descubrí parado al lado de mi cama con su pijama de superhéroes.
-¿Qué pasa?
-Es que ya son las diez y tengo mucha hambre- confesó en voz baja.
-Lo siento, dame un momento.
Me dirigí al baño para asearme, milagrosamente no tenía la resaca con la que tanto me habían asustado y recordaba todo lo que había ocurrido la noche anterior... todo.
Me senté en el piso del baño y me cubrí el rostro con las manos, ¿qué había hecho? Recapitulé todo: había llegado a la fiesta, había bebido tequila, me había ido con Lineth, bailamos, bebimos más, bailamos, Jordan me sacó de la fiesta, me compró un sándwich, lo besé, me besó, me alejó y me trajo a casa.
Besé a Jordan... besé a Jordan. Si no fuera porque Noé se asustaría, gritaría y me tiraría del cabello hasta quedarme sin voz. ¿Por qué lo besé? Sí, quería besarlo, pero, ¿me gusta? ¿Y él por qué me besó? ¿Quería hacerlo? ¿Le gusto?
Recordé el tacto de sus labios sobre los míos, su mano en mi cuello acercándome a él, mi respiración agitada... no podía ser. Pero luego él me alejó y me dijo algo, ¿qué era?
Salí del baño deprisa y preparé el desayuno, Noé lo devoró todo y se marchó a ver la televisión. Comí como nunca, no sabía que beber daba tanta hambre.
-Hermana, no se te olvide que a las cuatro Jordan vendrá por nosotros- me recordó y el alma casi se me cae al suelo, no tenía rostro para verlo.
Limpié la casa para distraerme en lo que llegaba la hora, sabía que no podía cancelar la salida o le rompería el corazón a Noé, así que preparé el almuerzo y me metí a la ducha.
A las 3:50 me encontraba vestida con unos vaqueros y una blusa azul marino, terminaba de arreglarle la camisa a Noé cuando tocaron a la puerta.
-Yo abro- se apresuro mi hermano y giró la perilla. -¡Jordan!
-Hola, Noé- saludó éste con entusiasmo, vestía unos vaqueros y una playera de garabatos blancos y negros. Al mirarnos, ambos apartamos la vista. -¿Están listos?
Noé asintió con entusiasmo y cruzó la puerta, tomé mi bolso y lo seguí después de cerrar. Mi hermano se quedo boquiabierto al contemplar el auto de Jordan, creo que nunca había visto un deportivo en la vida real.
-¿Te gusta?- preguntó Jordan sin ánimo de alardear, sólo conversaba con Noé, éste asintió frenéticamente.
-¿En verdad es tuyo?
-Sí- afirmó el dueño con una sonrisa amable.
-¿Puedo conducirlo?- pidió mi hermano, lo que me dejó boquiabierta y Jordan rió fuerte.
-Claro, pero tendremos que asegurarnos de que tu hermana no nos atrape o será mi último día en este mundo- le guiñó un ojo con complicidad.
Subimos sin más al auto, senté a Noé en mis piernas y en menos de quince minutos llegamos al cine. Noé se bajó del auto frenético, se veía muy ilusionado.
Elegió rápidamente una película sobre un superhéroe y me acompañó a comprar los boletos. Jordan quiso pagar por ellos, pero lo detuve, así que se encaminó hacia las palomitas sin darme tiempo de protestar.
Cuando nos encontramos, Jordan cargaba una charola con los tres vasos coleccionables de la película, la charola de palomitas en forma de la cabeza del personaje y muchos dulces. A Noé le brillaron los ojos.
Entramos a la sala y tomamos nuestros asientos en la fila del medio, Noé se sentó a mi lado y Jordan terminó a mi derecha; hasta el momento no habíamos hablado sobre lo ocurrido el día anterior y eso me ponía de los nervios.
La película inició, Noé se quedó absorto a los pocos minutos con la cubeta de palomitas en sus piernas, traté de concentrarme en la película, pero fue en vano.
A la media hora me volví hacia Jordan con cautela, pero lo descubrí observándome también... el corazón me comenzó a latir como loco. No dijimos nada durante un momento, sólo nos observamos a los ojos, no quería hablar, tenía miedo de lo que él podría decirme, así que volví la vista hacia la pantalla.
De pronto sentí que Jordan me tomaba la mano y entrelazaba sus dedos con los míos, me tensé un instante, pero luego correspondí a su tacto y cerré mi mano sobre la suya. Sentía el latir de mi corazón hasta en el cuello, fingía que veía la película, pero la verdad es que no vi nada, sólo podía pensar en Jordan y en su mano sobre la mía.
Cuando los créditos aparecieron, Noé aplaudió entusiasmado y se volvió hacia mí, yo solté la mano de Jordan por instinto y le sonreí a mi hermano. Mi hermano dedicó todo el camino de regreso a casa a cuestionar aspectos de la película y armar teorías sobre la próxima en la saga.
-Jordan, ¿tú qué opinas?- preguntó sin más.
-Creo que debió aliarse con su amigo cuando tuvo oportunidad, antes de que se convertiera en villano- habló éste.
-¿Y tú, Dorianne?
-Yo... coincido contigo- exclamé rogando que no se percatara de que no sabía de lo que hablaba.
Ya en casa, Noé corrió a la habitación para colocar sus nuevas adquisiciones mientras yo acompañaba a Jordan a la puerta. Respiré hondo y me armé de valor para solucionar eso de una vez.
-Escucha, Jordan, sobre ayer... yo... no sabía lo que hacía... yo...- comencé, pero las ideas se me escapaban, Jordan pareció observarme un momento y luego bajó el rostro al suelo.
-Está bien, lo entiendo, estabas ebria, no tienes nada de qué preocuparte, sobre lo de hoy... supongo que sólo fue el calor del momento, lo siento.
Sentí una punzada en el pecho, sí, seguro había sido el calor del momento, ambos estábamos inmersos en lo que había pasado la noche anterior.
-Creo que esto del reto se nos está subiendo a la cabeza- reí.
-Sí, tal vez- secundó él.
-Escucha, en verdad que me caes muy bien, en estos días que te he conocido te he tomado aprecio y no me gustaría perder eso.
-Tampoco yo quiero perder eso, de cualquier modo no hubiera pasado a más de un beso, ya sabes, yo no funciono como novio, habría sido un desastre tarde o temprano- añadió riendo y encogiéndose de hombros, sentí otra punzada en el pecho.
-Espero que funciones como amigo entonces- agregué riendo, pero mi risa no sonaba muy sincera.
-Haré mi mejor esfuerzo, aunque nunca había tenido una amiga mujer, por lo menos no de este tipo- me miró con ojos llenos de picardía y le propiné un codazo suave.
-Nos vemos mañana, Jordan.
-Sí, hasta mañana.
Entré a casa mientras Jordan se alejaba en su auto, había hecho lo correcto, esto no podía salirse de nuestras manos. El beso había sido un error, me dejé llevar demasiado, pero estaba a tiempo de detenerlo, Jordan mismo había admitido que no sabía cómo salir con alguien, estaba a tiempo de impedir que me rompiera el corazón.
-Hermana, ¿qué te pasa?- preguntó Noé cuando entré a casa, no sabía qué rostro debí haber puesto para que mi hermanito se preocupara.
Quise decirle que no pasaba nada, que todo estaba bien, que regresara a la habitación y me contara sus partes preferidas de la película... pero nunca encontré mi voz.
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Sentimientos de metal
RomanceLa universidad donde estudia Dorianne es bastante peculiar: además de estar llena de estudiantes adinerados, los hombres dedican sus días de estudio en apostar sobre qué chica pueden tirarse, el que lo consiga se lleva una buena suma de dinero recau...