Capítulo 47

31 5 0
                                    

Jordan

Los rayos del sol entraban de lleno por el gran ventanal de la habitación, me golpearon la cara y me hicieron despertarme. A mi lado, bien pegada a mi pecho, Dorianne dormía plácidamente. Me quedé un rato observándola, sintiendo el subir y bajar de su pecho junto al mío.

Como si sintiese mi mirada, se despertó al cabo de un momento. Me miró con los ojos entrecerrados y al final sonrió aún somnolienta.

-Buenos días- susurró mientras se acurrucaba más a mi cuerpo.

-Buenos días- respondí a la vez que la rodeaba con ambos brazos.

Era la primera vez en mi vida que despertaba al lado de alguien por voluntad, recordando todo y, más asombroso aún, recordando no haber hecho nada. Dorianne había vuelto a cerrar los ojos y pensé en que me gustaba mucho despertar así.

Un tono de llamada nos sobresaltó, al parecer provenía del bolso de Dorianne, ella abrió los ojos de repente y saltó para responder, deshaciéndose de mis brazos sin problemas.

-¿Hola?- habló a duras penas, se veía inquieta.

Me incorporé a mi vez, preguntándole con la mirada si todo estaba bien. Su rostro se iluminó de repente y una amplia sonrisa reemplazó a la preocupación.

-Eso es maravilloso, Noé, te felicito mucho- exhaló. Supuse que las cosas habían salido bien. -De hecho está aquí conmigo, ¿quieres hablar con él?

Tomé el celular extendido para hablar con Noé, antes de irse estaba muy nervioso por el concurso de matemáticas y según me había dicho Dorianne era algo que había estado esperando por mucho tiempo.

-¿Jordan?-habló con su vocecita dulce y eufórica.

-Hola, Noé- respondí sonriendo.

-Jordan, me dieron el premio de primer lugar, no te imaginas.

-Eso es grandioso, de verdad que me alegro- le felicité sinceramente.

-Hubieras estado aquí, arrasé con todos en el examen, puntuación perfecta, ¿cómo ves?- presumió y aunque estaba impresionado, solté una fuerte carcajada. -¿Te ríes de mí?

-No, no, es que me impresionaste, te dije que eres un niño muy inteligente.

-Gracias, Jordan... de verdad- susurró en el teléfono.

-No hice nada- apenas respondí conmovido.

-Dile a mi hermana que no me llame, que regreso esta tarde, ¿sí?

-Está bien, le diré- reí mientras Noé se despedía.

Colgó la llamada y devolví el celular a Dorianne, ella lo colocó en una mesilla de noche junto a la cama y volvió a recostarse junto a mí, me rodeó con sus brazos sin decir nada.

-Es genial eso de Noé, de verdad me impresionó- susurré, a lo que Dorianne me respondió con un tierno beso.

-Es gracias a ti- murmuró.

-No he hecho nada, sólo le mostré cómo resolver ciertas cosas, es todo mérito de él.

-No me refiero a eso- aclaró mientras se incorporaba sobre sus codos. -Si Noé confía tanto en sí mismo y si tiene ese ánimo de ahora, es gracias a ti.

-No es verdad- susurré contra su cuello, muy conmovido de que creyese que yo había influido en Noé así, que algo bueno podía salir de convivir conmigo.

-Te dijo que no lo llamase, ¿verdad?- adivinó sonriente.

-Y que regresa esta tarde.

Dorianne se puso de pie, buscando sus zapatos con pereza, pero decidida a irse.

Sentimientos de metalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora