Capítulo 22

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Jordan

Desperté a las diez de la mañana, el plan original era quedarme en cama todo el día, pero recordé algo de pronto y se me ocurrió una mejor idea. Me duché, me vestí y desayuné algo ligero antes de dirigirme a la universidad. Aparqué mi auto cerca de la facultad de literatura y esperé a que las clases terminaran.

A lo lejos observé a Dorianne entrar en el auto de Lineth, vestía aquel vestido blanco que le había visto una vez y reía sobre algo que su amiga le contaba, me pareció una imagen muy... linda. Bajé del auto y me dirigí a la explanada.

Me acerqué con las manos en los bolsillos y una sonrisa de medio lado a dos chicas sentadas en una banca equidistante a la explanada y al estacionamiento.

-Hola, ¿estudian en esta facultad? Estoy buscando a mi amigo Will Evans- les hablé en ese tono que ponía cuando quería ligarme a alguien.

Las chicas abrieron los ojos de una manera considerable y asintieron, me comunicaron que eran sus compañeras y que Will no tardaba en dirigirse a su auto.

Estaba a punto de dirigirme de nuevo al estacionamiento cuando se me ocurrió algo, ojalá todo saliera bien o me metería en una buena con Dorianne.

-Oigan, quedé con él para hablar sobre algo, pero ¿están libres hoy? Podríamos ir a comer o algo- invité.

Las chicas pusieron expresión de no podérselo creer, me dijeron sus nombres, les prometí que volvería enseguida y me encaminé al estacionamiento.

Algunos minutos después, Will se acercaba a su auto con la mochila colgada al hombro, presionó el comando y le quitó el pestillo a un Audi azul manrino. Me acerqué a él por el frente a fin de obstruirle el paso, él se quedó de piedra al verme.

-Hola, Will, ¿cómo estás?- saludé con una sonrisa falsa.

-¿Qué quieres, Jordan?- preguntó con las pocas agallas que tenía.

-Hablar, amigo, solamente hablar.

-Ya te fue con el cuento, ¿verdad? Digas lo que digas, no me das miedo, soy intocable en esta universidad- advirtió asustado.

-¿Con el cuento? Ah, Dorianne, me contó algo divertido, sí... dijo que intentaste hacerle daño, que la amenazaste, dime... ¿qué pretendías hacerle?

Will tragó saliva, pero apretó los puños mientras me acercaba a él, cuidé que mis pasos fueran lentos y amigables a la vista.

-¿Qué? ¿No recuerdas? Porque yo sí sé lo que planeó hacerte- amenacé. -Planeo golpearte hasta que tu rostro estúpido no sea más que un montón de sangre, planeo hacer que me implores piedad frente a todos tus compañeros en este mismo momento, que algún curioso grabe todo y planeo envíarselo como regalo a tus papis, para que conozcan de una vez al hombre tan miserable que es su niño mimado- espeté acercándome cada vez más.

En cuanto pronuncié la última palabra, sentí su puño golpearme el rostro, saboreé la sangre en mi boca y sonreí. Bingo.

Me arrojé sobre él y le estrellé mi puño contra el labio, luego directamente a la nariz, él me lo devolvió con un golpe justo arriba del ojo, pero yo estampé su rostro contra el cofre de un auto.

Cayó al suelo de inmediato, se removía y colocaba sus manos en la nariz, aullando de dolor, de no ser porque una rueda de espectadores se había formado a nuestro alrededor, me habría asegurado de que no pudieran reconstruirle nada.

Pensé en que era buen momento para irme, pero un profesor llegó gritando y abriéndose camino entre la multitud a codazos.

-Ustedes dos, vengan conmigo- gritó iracundo.

***

-Bueno, señor Adams, su compañero Evans no puede acompañarnos debido a una fractura considerable en el nariz, ¿está consciente de que puede presentar cargos en su contra?- habló el director con voz firme.

-Estoy consciente de que lo sucedido en el estacionamiento fue en defensa propia- objeté.

-¿Puede explicarse?

-Mi compañero y yo estábamos hablando sobre algo trivial, sacamos a relucir un tema sensible para ambos y comenzamos a discutir, fue entonces que Will Evans me golpeó, lo sucedido después fue en pro de defenderme- argumenté.

-Escuche, señor Adams, de ser así la situación se podría interceder por usted, pero es la palabra de Evans contra la suya y él posee un expediente intachable, usted... bueno, lo que haga fuera la institución no me concierne, pero se ha hecho una buena reputación en todo el campus.

-Tal vez no sea mi palabra contra la suya, director, antes de encontrarme con el señor Evans quedé con dos chicas, compañeras de él, que me esperaban cerca, ellas fueron testigos de todo lo ocurrido, comprenderá que no he podido hablar con ellas desde que ocurrió el incidente.

El director pareció pensársela y se frotó las sienes con cansancio, sentí que se debatía entre interceder por mí o expulsarme e irse a casa.

-¿Tiene los nombres de estas dos jóvenes?- accedió al final.

Salí del despacho del director a las dos de la tarde, mi par de testigos habían contado todo, desde mis buenas intenciones hasta la primera agresión por parte de Will y el director había accedido a dejarme ir sin represalias.

En cuanto llegué a mi auto, mi celular comenzó a vibrar, leí en la pantalla que se trataba de una llamada entrante de Dorianne.

-Hola, Dorianne- saludé campante.

-¡¿Estás loco?! ¿Te metiste en una pelea? ¡¿Y en pleno campus?!- me gritó.

-¿Qué no te habías ido ya?

-¡Jordan!

-Ya, si no me pasó nada, estoy en el estacionamiento ahora mismo.

-¡Ese no es el problema!

-¿Mi seguridad no es el problema? ¿Entonces qué?

-Pues... el hecho, que te hayas peleado con alguien, eso es el problema- dubitó.

-¿Entonces no quieres comprobar que esté bien? Tal vez me rompí algo y tú me estás gritando, ¿tan grande es tu odio?- me quejé, Dorianne no respondió en un momento. -Oye, ¿sigues ahí?

-Pasa por mí, iremos a la librería- ordenó. -Y no se te ocurra buscar problemas de camino a acá.

Dorianne colgó sin esperar mi respuesta, yo subí al auto con una sonrisa triunfal.

Sentimientos de metalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora