12. Guardian

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Sus manos manipularon los controles de comunicación del puente de mandos del Halcón a toda velocidad. Estaba sola, y tragó saliva cuando sabía que faltaba poco para establecer la conexión segura con el asentamiento rebelde. El rostro de Maz Kanata apareció en forma de holograma frente a la joven, que apretó los labios nada más verla.

—Rey —dijo la anciana, sorprendida—. No te esperaba tan pronto.

—¿Estás en un lugar seguro? ¿A solas?

El gesto de preocupación de la chica la alertó al momento, pero ella no estaba nerviosa por lo que Maz creía. No había nada malo de lo que hablar. Nada había salido mal.

—Sí, estoy sola ahora mismo.

El resoplido de la joven le hizo fruncir el ceño. Debía soltarlo cuanto antes o le calentaría la cabeza demasiado.

—Hemos encontrado a Ben Solo —soltó Rey finalmente, pronunciando cada palabra un poco más baja que la anterior—. Vivo.

Su interlocutora tenía cara de creer que había escuchado mal, pero nada más lejos de la realidad.

—¿Qué? —fue lo único que pudo decir.

—Es largo de contar, y más largo aún lo que hemos descubierto sobre lo que dijo la maestra Leia gracias a él. Pero deberíamos ponernos en marcha cuanto antes y...

—Espera, Rey, detente ahí. ¿Cómo estás segura de que es él y no...?

La chica dejó salir un corto suspiro de impaciencia. Tenía la sensación de que no era buena idea quedarse en Ahch To mucho más tiempo, y hasta ahora su intuición no le había fallado.

—Maz, es él. Está aquí, en carne y hueso, y yo... Sé que es él. No es una ilusión ni un truco. Estoy segura de ello.

La anciana arqueó una lampiña ceja y permaneció pensativa durante unos largos segundos.

—De acuerdo, te creo, pero le traerás ante mí antes de nada. Nada más aterrizar. ¿Entendido?

—Sobre eso quería hablarte. No sabemos qué hacer. ¿Lo llevamos al campamento y desatamos el caos? Puede que mucha gente no le acepte... Pero no podemos quedarnos aquí sin hacer nada —hizo una pausa para tragar saliva y desvió la mirada—. No esperaba que diéramos con algo así... Ni tan pronto. Salimos del asentamiento sin pedir permiso ni hablarlo con nadie y eso ya es suficiente como para ganarnos problemas gordos, soy consciente...

—Rey —la interrumpió Maz—. Tranquilízate un momento. Sé que habéis debido de pasar por circunstancias extrañas desde que salisteis de aquí, pero es el momento de mantener la calma.

La joven jedi obedeció, respirando hondo por la nariz.

—Ahora —continuó su sabia amiga—, prepara todo lo necesario para volver y avisad cuando estéis cerca, pero no aterricéis en el asentamiento. Busca un claro y me reuniré con vosotras allí.

—Podemos aterrizar en una de las calas donde he estado entrenando. Es un lugar un poco recóndito, así que creo que nos servirá.

La aceptación de Maz la tranquilizaba y la hacía feliz. Al menos ya tenían a alguien de su parte entre los rebeldes para llevar a Ben consigo.

—Eso es perfecto —resolvió la anciana—. Envíame las coordenadas cuando puedas, y no os mováis de allí hasta que yo llegue. Sería adecuado que el joven Solo tampoco saliera de la nave por si acaso. Rey... ¿Alguien más sabe esto?

—No —dijo ella al momento—. Solo Rose y yo. Y ahora, tú.

—Bien. Que siga así. Deberíais saber que Finn lleva un par de días pasando mucho tiempo solo... Y Poe está bastante preocupado al respecto, pero es muy difícil encontrarle fuera de los horarios marcados para comer y dormir en el campamento.

Star Wars Ex UmbraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora