Capítulo III

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| Revelaciones |
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— Isaac es la persona más comprensiva que conozco. Mags Mags, has dado con tu joyita así que protégelo.

El brujo rió mientras la seguía por los pasillos del Instituto. Llevaban toda la mañana buscando a Alec y no daban con él, cuando la castaña se despertó ya no estaba en la habitación y nadie lo había visto en su despacho.

— Isabelle, ¿has visto a...? — Magnus aplaudió al verlo junto a su hermana — Por fin te encontramos, el núcleo está limpiando las líneas ley de energía demoníaca.

— Buena noticia, gracias. — Alec asintió con los labios fruncidos y volvió su vista a la mesa.

Thalia intercambió miradas con el brujo y después con su parabatai. Estaba pasando algo y a Alec le afectaba.

— Bueno... Dicho lo cual, ya nos vamos.

— Hemos recibido un mensaje de mamá diciendo que ya cenaremos, en familia.

Isabelle habló antes de que se fueran haciendo comillas con sus dedos cada dos palabras.

— No me gusta lo de las comillas.

Isabelle rodó los ojos divertida por el comentario de Magnus.

— Mi madre nunca viene para nada.

— Pensamos que tiene que ver con nuestro padre, a lo mejor van a divorciarse de forma oficial. — Thalia asintió con la mirada en el suelo, sabía que era un tema difícil para ellos y no quería obligarlos a hablar de ello — El problema es que en lugar de ponerse triste como cualquier otra persona, intentará arreglarle la vida a todo el que la rodea.

— Lo que normalmente incluye solucionar todo aquello que ella cree que va mal en la vida de sus hijos.

Isabelle miró con los ojos muy abiertos a su parabatai. Su madre le había dado la enhorabuena por su relación, pero conociéndola nadie le parecía suficiente cuando se trataba de Alec.

— ¿Y dónde vais a celebrar tan intrigante cena?

— Desde luego aquí no. — Isabelle respondió al brujo con una carcajada.

— El Instituto hace que saque su faceta de Inquisidora.

— ¿Qué tal en mi apartamento? Insisto, tendréis la casa para vosotros.

— En realidad, deberíais venir. — Isabelle miró a su hermano — Piénsalo, Alec, si Magnus está y despliega todo su maravilloso encanto... Mamá no tendrá tiempo de interrogarnos. Además, Thalia es prácticamente de la familia.

— La verdad es que tengo mucho encanto.

— ¿No crees que será demasiado? — Alec avanzaba hasta su novia.

— Ese es precisamente mi encanto, Alexander.

— Oye, se nota que esto es importante para ti. — Thalia hablaba colocándole bien la chaqueta — Así que también lo es para mí.

***

Un golpe en la puerta de Isabelle llamó su atención. Clary apareció bastante más arreglada de lo que solía ir habitualmente, llevaba un vestido con estampado floral y había recogido su melena pelirroja en una cola desordenada.

— ¡Vaya! — la chica Lightwood sonrió al verla — Bonito vestido.

— No es fácil escontrar algo bonito en donde esconder un arma. Izzy, ¿has notado si Jace está un poco raro?

𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐌𝐄𝐄𝐓𝐒 𝐅𝐀𝐓𝐄 || Alec Lightwood ➰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora