Capítulo XV

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| Quédate |
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— Estos gofres están de muerte, mejor que los crêpes parisinos.

— Ya estoy pensando en el siguiente paso. — Isaac se inclinó hacia delante con una sonrisa — Brownies de bourbon.

— Cuidado, me voy a acostumbrar a tanta delicatessen.

El chico Branwell rió y bajó su vista a la mesa repleta de comida para el desayuno que había preparado. Se levantó de su silla con una sonrisa coqueta y tendió su mano a su acompañante para llevarlo al espacio del salón que se había convertido en una improvisada pista de baile.

— Me estaba acordando de la Habana, bailando salsa y tus pisotones.

— Venga, no fue para tanto. — el rubio sonrió en un intento de persuadirlo — He estado practicando.

Finalmente su acompañante cedió y tomó su mano para improvisar una coreografía llena de giros y deslizamientos. Isaac lo hizo rotar y lo inclinó hacia atrás con una sonrisa coqueta.

— Veo que te has quedado sin palabras.

— ¿Puedo unirme?

Thalia apareció en la estancia con una sonrisa y el rubio le tendió la mano para que los acompañara en su improvisado baile. En un momento de la coreografía los tres comenzaron a girar a modo de vals, cada vez más rápido.

— Magnus, sígueme.

La mano de Isaac se soltó de la suya quedando nada más que la chica Blackwood y él en aquella secuencia de giros que aumentaba de velocidad. Ella repetía que no se soltara, que se quedara con ella, todo en vano pues sus manos se soltaron en una última vuelta.

La realidad era muy distinta. Magnus yacía aún inconsciente en el suelo mientras los mejores amigos seguían intentando reanimarlo. No respiraba y la sangre no dejaba de brotar de su nariz y su boca.

— Por el Ángel.

Catarina Loss entró a la habitación acompañada de Alec y pidió que se hicieran a un lado. El hechizo que utilizaba actuaba a modo de kit de reanimación en caso de parada respiratoria, pero no estaba sirviendo de mucho.
Con ayuda de la chica Blackwood consiguieron que levitara hasta la enfermería, donde varios shadowhunters lo ingresaron de emergencia. Isaac se quedó con él, parecía estar en algún tipo de coma y hablaba por si pudiera escucharlo.

— Lo siento, esto es culpa mía. Cuando perdiste los poderes y me dijiste que no importaba, no lo pensé bien. — una lágrima resbalaba por su mejilla mezclándose con su voz rota — Me alegré mucho de que tuviésemos la oportunidad de estar juntos... No me di cuenta de lo mucho que estabas sufriendo en realidad. Magnus, te quiero más que a nada en el mundo y lo siento mucho. Lo siento.

La puerta de la enfermería se abrió y Catarina entró acompañada de Alec y Thalia, pero se detuvieron al ver al rubio limpiarse las lágrimas sin soltar la mano del brujo. El diagnóstico decía que el cuerpo de Magnus estaba rechazando la magia de Lorenzo y muchos brujos estaban de acuerdo.
La atención de Isaac se dividía entre su novio y las palabras de Catarina.

— Es como un transplante de órganos. — la bruja le dio a Thalia la carpeta en la que estaba su historial médico — Por suerte hemos llegado a tiempo, despertará pronto. Si utiliza la magia, por muy pequeño que sea el hechizo...

— ¿Y por qué no le sacas la magia y ya está?

Caterina desvió su mirada a Thalia y Alec por unos instantes antes de volver a ponerla sobre el rubio.

— Una transferencia mágica no se puede anular como tal. Tiene que ser el brujo que ha cedido la magia quien la saque.

— Lorenzo lo ha hecho a propósito, sabía que estaba desesperado. Ese cabrón no va a salirse con la suya.

𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐌𝐄𝐄𝐓𝐒 𝐅𝐀𝐓𝐄 || Alec Lightwood ➰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora