Capítulo I

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| Sobre suelo infernal |
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— Me pongo en pie ante mis compañeros shadowhunters para recibir la runa del Ángel.

Clary entró al palco vestida de blanco. Las miradas de todos los presentes estaban puestas todas sobre ella, era su ceremonia, era la estrella.
La Inquisidora Herondale tomó la estela que sostenía el Hermano Silencioso y trazó el pequeño dibujo sobre su muñeca. En primera fila Isabelle, Jace, Alec y Thalia observaban la escena con orgullo.

— Clarissa Fairchild, que tu heroicidad sea un ejemplo para los shadowhunters de todo el mundo.

Los asistentes estallaron en aplausos a medida que la pelirroja se giraba hacia sus amigos.

Se había decidido que su ceremonia de las runas y la recepción fueran realizadas en Alacante. Distintos representantes de la Clave caminaban por el lugar y conversaban con los presentes.
Frente al gran mirador, Isaac y Thalia hablaban animadamente mientras los Lightwood se acercaban a la protagonista del día.

— ¿No se lo has dicho a Alec?

— Ni siquiera Clary sabe que averigüé lo que pasó. — la chica Blackwood mantenía su vista en la copa de champagne — Debe ser ella quien se lo diga, no yo.

— Está bien... ¿Te puedo pedir un favor a cambio?

— Eso ni se pregunta. Dispara.

— Tengo que volver a Nueva York, ¿me cubres?

Ella sonrió y chocaron puños a modo de afirmación.
Isaac había estado muy involucrado en su relación con Magnus desde que habían vuelto y ella apenas había tenido tiempo de ir a verlo, lo poco que habían hablado era por mensajes de fuego. Había dejado de ser el Gran Brujo de Brooklyn tras apoyar a la Reina Seelie y, por tanto, había vuelto a abrir su consulta de remedios mágicos de éxito global.

— ¿Me permite hacerle compañía?

— Por un momento creía que eras Magnus.

— Siento decepcionarte. — una pequeña sonrisa se dibujó al escuchar de nuevo la voz de Alec, que dejó un pequeño beso sobre su hombro — ¿Qué tal estás?

— Con tanto alto cargo me siento como si volviera a tener quince años y estuviera en una de las reuniones de mi padre. ¿Y tú?

— Me han... ofrecido un puesto en el Consejo. Delegado de la nueva Cónsul, Jia Penhallow.

Thalia giró sobre sí misma y sonrió al encontrarse con los ojos avellana de Alec intentando descifrar lo que pensaba. Siempre que se ponía en ese plan hacía unas caras muy raras y a ella le parecía muy tierno.

— Me alegro un montón por ti. — le dio un pequeño beso — Tu madre tiene que estar saltando de alegría.

— Aún no se lo he contado a nadie.

— ¿Por qué?

— Tendría que... mudarme aquí.

— ¿Y no es lo que siempre has querido?

— Lo que siempre he querido es conocer a alguien como tú.

La boca de la chica se abrió sorprendida por la confesión. Alec entrelazó sus manos aún sin lograr descifrar lo que pasaba por su cabeza.

— Alec, eres un cielo, pero este puesto es lo que siempre has querido. Decidas lo que decidas, siempre voy a estar ahí.

— ¿Tú te quedarías en Nueva York?

— ¿Dónde sino? Magnus, Isaac, Izzy... Todos están allí y el Instituto necesita supervisión. — la mirada del chico bajó al suelo por unos instantes — Oye, Idris está a un portal de distancia.

𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐌𝐄𝐄𝐓𝐒 𝐅𝐀𝐓𝐄 || Alec Lightwood ➰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora