Capítulo V

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| Una ventana en una habitación vacía|
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— Buenos días.

La luz entraba por la ventana de la habitación. Thalia despertó bastante perdida y dio un pequeño salto al ver a Alec de pie frente a ella.

— ¿Estás mejor?

La castaña asintió e hizo presión en las sienes para aliviar el efecto de mareo que le había producido el choque directo de la luz con sus ojos. El día anterior había tenido que quedarse en reposo tras el entrenamiento con Magnus, usar la magia la había consumido hasta el punto de caer rendida nada más rozar la cama.

— ¿Son tostadas francesas? —Alec asintió y dejó la bandeja sobre el edredón para sentarse a su lado — Dime que no ha pasado nada grave mientras dormía.

El azabache dejó un pequeño beso en su cabeza y le entregó una de las rebanadas de pan.

— Magnus llamó ayer preguntando por ti, le dije que estabas agotada y que no se preocupara. Isaac y Magnus tuvieron una pequeña discusión, Jace se tomó el día libre... Y mi hermana aceptó una cita con un mundano. — Thalia abrió los ojos como platos sin dejar de comer al escuchar lo último — Hoy debes descansar.

— He estado un día entero durmiendo, creo que ya he descansado lo suficiente.

Alec alzó una ceja y colocó la bandeja sobre la mesita de noche.

— No soy una niña, Alec, no tienes que estar vigilando las veinticuatro horas. — se sentó a horcajadas sobre él y unió sus labios con delicadeza — Estoy bien.

Alec asintió y se inclinó en un beso necesitado. El ambiente fue subiendo poco a poco de intensidad mientras bajaba hacia su cuello.
Un pequeño gemido escapó de sus labios al notar presión en su zona inferior y sentir las manos de Alec sobre su cintura.

— ¿No querías que descansara?

La voz de Thalia se mezclaba con su respiración agitada y su tono divertido. Una sonrisa socarrona se dibujó en el rostro de Alec al ver como se deshacía del top de su pijama y se acercaba a él.

— ¿Cuándo he dicho yo eso?

Alec se quitó su camiseta y la atrajo colocando sus manos en su trasero. Con cuidado, recostó sobre la cama y los cubrió con la sábana sin interrumpir el beso.

***

Isabelle y Isaac hablaban a medida que se dirigían a la sala de control. El rubio pedía consejo sobre su relación a la menor de los Lightwood, que era una experta en subterráneos.

— Ojalá supiese que decirte, pero creo que si a mí me atraen tanto es porque esos problemas hacen que la cosa no se vuelva demasiado seria.

— Menudo consuelo.

— Lo que tenéis Magnus y tú es real. Si alguna relación puede funcionar, es la vuestra.

— O la de tu hermano. — murmuró Isaac — Hablando del rey de Roma, ¿dónde está?

— Había ido a ver cómo estaba Thalia, así que lo mejor será no molestarlos.

— Eres una mal pensada, a lo mejor le ha llevado el desayuno. — Isabelle alzó una ceja — No me lo creo ni yo.

Una discusión en la puerta principal llamó la atención de los dos. Maryse Lightwood y otro shadowhunter discutían para poder entrar.
Isabelle intervino y la guió hasta el jardín trasero. No estaba dispuesta a que menospreciaran a su madre por el exilio.

𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐌𝐄𝐄𝐓𝐒 𝐅𝐀𝐓𝐄 || Alec Lightwood ➰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora