Capítulo XIV

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| Por los Hijos de la Noche |
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La larga melena castaña de la chica Blackwood se extendía por la almohada en la que descansaba boca abajo. Varios toques sobre la piel desnuda de su hombro la despertaron. Alec le dio una sonrisa al ver como se reincorporaba aún bajo los efectos del sueño.

— ¿Has dormido bien?

— Como un tronco. — un bostezo escapó de sus labios — ¿Es de naranja?

Una bandeja plateada descansaba sobre las sábanas con un vaso de zumo y un pequeño jarrón con flores blancas.

— Ventajas de dirigir el Instituto. ¿Podemos hablar?

La castaña asintió con lentitud. Desde luego no era lo primero que pensaba escuchar por la mañana, pero le hizo un hueco y ladeó la cabeza indicando que continuara.

— Ayer estuvimos en Bélgica buscando la espada que decía Clary y hablé con Magnus, le ofrecí quedarse aquí mientras se solucionaba todo lo de su apartamento.

— Eso es genial, pero... ¿no tenía la Clave normas de que los subterráneos no se alojaran?

— No son reglas, son sugerencias. — Thalia soltó una pequeña risa — No vive aquí, sólo está de visita... Un tiempo indefinido.

Alec se inclinó para unir sus labios en un beso que ella alargó y una sonrisa se dibujó en el rostro de ambos al separarse. Él le tendió su ropa y se giró dando un trago al zumo para que ella pudiera cambiarse.

— Venga ya, Lightwood. Como si nunca hubiéramos...

— Hecho el amor. No seas bruta.

Ella pasó por su lado ya vestida y comenzó a rebuscar en el armario del mayor de los Lightwood hasta encontrar lo que buscaba.
Alec alzó una ceja al ver como se ponía una de sus americanas grises. Se había vuelto una costumbre que las tomara prestadas cada vez que tenía frío, aunque le quedaban bastante grandes.

— ¿Vienes?

Él asintió y entrelazó sus manos mientras se dirigían hacia el comedor para desayunar. Isaac alzó una ceja al verlos llegar y se llevó a su mejor amiga a por lo que seguramente sería su comida favorita, pancakes.

Los shadowhunters de la sala se volvieron hacia Alec y Magnus, que entraban con las bandejas en mano y parecían buscar la mesa en las que sus amigos y parejas comían. Era obvio que no todos estaban de acuerdo con la hospitalidad del director hacia el antiguo Gran brujo de Brooklyn y muy pocos se atrevían a enfrentarlo cara a cara, no obtante las malas miradas lo decían todo.
Alec tomó asiento entre Clary y Thalia, dejando a Magnus ocupar el sitio entre la castaña y Isaac. Jace lo saludó sorprendido por que los acompañara en el desayuno y su parabatai explicó el motivo de su estancia en el Instituto.

— ¡Qué bien!

La sonrisa de la pelirroja se contagió al resto de la mesa mientras brindaban con los vasos de zumo. El móvil de Clary sonó y toda la atención se centró en ella, Luke estaba en problemas.

***

— ¿Supervivientes?

Alec miró por unos instantes a su hermana y su novia. Habían ido a investigar Jade's Wolf y no habían encontrado supervivientes, Maia no estaba entre los muertos y no conseguían dar con ella.

— Así es como empiezan las guerras, Izzy.

Thalia iba a hablar, pero quedó en silencio y se volvió hecha una furia al ver a la acompañante de Underhill. Heidi caminaba con total tranquilidad hacia ellos y decía tener información acerca del ataque. Sabía quien había matado a los hombres lobo.
Alec intercambió miradas con las chicas y pidió a la vampiresa que los siguiera hasta su despacho.

𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐌𝐄𝐄𝐓𝐒 𝐅𝐀𝐓𝐄 || Alec Lightwood ➰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora