41.

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Aquella noche fue la primera fuera del hospital.

Llegaron al departamento de Adrien pasadas las ocho. Marinette entró primero, dejando las bolsas de papel con el logo de McDonalds sobre la isla en la cocina. Ninguno de los dos tenía los ánimos para cocinar, por lo que una rápida parada en el lugar los salvó del hambre por esa noche.

— ¿Cuanto tiempo crees que le den? — Cuestionó él antes de beber un poco de su soda, Marinette percibió de inmediato la preocupación en su tono.

— No lo sé, ni si quiera quiero pensar en eso. — Suspiró, masticando el último trozo de su hamburguesa.

— ¿Por qué?

Apretó los labios y dejó escapar un sonoro suspiro. —. Temo de que la falta de pruebas juegue en nuestra contra. — Adrien negó, acercando su silla hacia ella. —. ¿Y si logra salir libre? ¿Y si vuelve a molestarnos? ¿Y si...? — Aguantó la respiración un momento y sus azules repletos de miedo se fijaron en el rubio a su lado. —. ¿Y si vuelve a hacerte daño?

— Eso no va a pasar, te lo prometo. — Sonrió, acariciando su mejilla con la palma de su mano. —. Me encargaré de que no sea así.

Ella prefirió asentir, creyendo en las palabras de Adrien, consciente de que el buffet de abogados del que disponían los Agreste sería más suficiente. —. ¿Cansada? — Adrien la observó de reojo mientras recogía la mesa. —. ¿Por qué no tomas un baño mientras lavo los...?

— ¿Por qué no tomamos un baño? — Interrumpió ella y el rubio le dedicó completa atención mientras una sonrisa se abría paso entre sus facciones.

— Muy bien. — Asintió, aproximándose hasta dejar un beso en su frente. —. Ganaste esta vez.

Se encaminaron hacia el cuarto de baño, Marinette preparó el agua perfecta para Adrien, a pesar de que ella amaba que el agua quemara su piel.

Sintió las manos del chico rodeando su cintura mientras los irresistibles labios estimulaban aquel punto en la parte trasera de su cuello. —. No tienes idea de lo mucho que extrañaba verte desnuda...

— Podemos intentar si quieres. — Comentó ella quitándose la parte superior de sus prendas.

— ¿Y hacerte daño? — Jugó con el botón del pantalón lo suficiente hasta hacerlo ceder. —. Creo que paso.

— ¿Cómo sabes que me harás daño? — La chica ladeó la cabeza, volteándose hacia él y encontrándose con la grata sorpresa de no ver ni una sola prenda en el cuerpo de su contrario.

— Ese es el problema. — Bajó hasta su vientre, ayudándola a deshacerse de las prendas. —. No lo sé y mientras exista la posibilidad, prefiero no arriesgarme.

— Entonces no juegues conmigo de esta forma. — Susurró al tirar su blusa en algún lugar del baño.

— No estoy jugando.

— ¿No? — Adrien negó. —. Entonces no me provoques... — Entró a la ducha junto a una sonrisa en su rostro y él le siguió.

— Me pediste que tomara un baño contigo, ¿cómo se supone que mantenga mis manos alejadas de ti? — Dejó caer un poco de shampoo sobre la cabeza de la chica, masajeando desde su cuero cabelludo hasta las puntas del cabello negro.

Marinette sonrió y volteó, descansando su mejilla contra el pecho del hombre.

Sus manos le abrazaron, acariciando su espalda, bajando hasta los glúteos y de regreso.

Adrien tomó la regadera entre sus manos, rociándola sobre ella primero y luego sobre si mismo.

El agua cayó sobre sus cuerpos y relajó sus músculos. Marinette elevó sus azules, deleitándose al ver el sereno rostro de su contrario queriendo guardar para siempre aquella imagen en su retina. — Te amo. — Susurró y Adrien le dedicó su completa atención.

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⏰ Última actualización: Sep 08, 2022 ⏰

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