El silencio se suspendió en el aire. Para Marinette el tiempo se había detenido mientras que para Adrien comenzaba a correr de nuevo.
— ¿Abortar? — La palabra danzó en su mente por un momento, sintiendo el tacto de la chica apartarse del suyo con cautela. —. ¿Estás segura?
Aquella pregunta caló en el corazón de Marinette como un constante recordatorio de su usual desconfianza en las personas y el porqué de ella. Pero el hecho que realmente perturbó la felicidad que las palabras de Adrien habían dejado en ella minutos atrás, fue precisamente que era el rubio quien la cuestionaba.
La decisión de acabar con aquel capítulo de su vida había sido tomada hacía mucho, incluso mucho más allá de aquel día, desde el preciso momento en el que se enteró de su abuso, la posibilidad de haber quedado embarazada siempre perturbó su mente, así como la respuesta clara a aquel martirio.
— ¿Qué si estoy segura? Claro que estoy segura, Adrien. — Dirigió su mirada hacia el frente, evitando encontrarse con los verdes que parecían juzgarla. —. Y se qué hay posibilidades de que seas el padre, pero también hay posibilidades de que no lo seas y esta... — Sus azules se dirigieron a su vientre, frenándo sus palabras en cuanto pudo pues era difícil tener tacto en su situación. —. Cosa... es un constante recordatorio de todo lo que pasó. — Apretó los ojos con fuerza, aferrándose a las sábanas para asegurarse de no caer nuevamente en el llanto. —. No puedo cargar nueve meses con esto, no puedo y si no vas a apoyarme, créeme que no necesito ningún comentario de tu parte y mucho menos tu opinión...
— ¡Wow! ¿Por qué me estás diciendo todo esto? ¿Por qué siquiera estamos hablando de mi opinión? — Adrien se apresuró en interrumpirle apenas oyó su tono volverse hostil.
Volteó hacia él, expectante de la divertida sonrisa que esbozaba, aquella que sin querer denotaba un alivio que Adrien jamás sería capaz de admitir, pero que sin duda estaba allí. —. Y-yo creí que...
— De cierta forma me duele que pienses así de mi, es como si no me conocieras. — Ladeó la cabeza, otorgándole aquella brillante sonrisa que podía derretirla en un santiamén y entonces Marinette supo aquello que h
Tantas veces había confirmado; No había escapatoria alguna de Adrien Agreste, no importaba cuanto intentara escapar, aquel hombre era lo que jamás había querido pero sin duda necesitaba. —. Créeme que a nadie debería importarle mi opinión en torno a esto, dios, ni siquiera debería tener una opinión en torno a esto, es tu decisión, de nadie más, solo quiero que te sientas cómoda con ello. —. Un sollozó ahogado escapó de los labios de la chica y Adrien besó su frente otorgándole contención. —. No quiero estar contigo para tener bebés, Mari, no quiero estar contigo para juzgarte o entrometerme en tus decisiones. — Sus miradas se encontraron en una danza eterna de confianza, necesidad y pasión. —. Quiero estar contigo porque te amo y quiero que estés bien, que seas feliz. — Marinette escondió su llanto en el cuello del muchacho, tirando de él hasta obligarlo a recostarse junto a ella en la camilla.— De verdad quería un bebé tuyo, pero... pero...
— No de esta forma... — La chica asintió con pesadez. —. lo entiendo...
— Lo siento.
— Oh no, no te disculpes. — Se acurrucó de tal forma que sus cuerpos calzaban a la perfección en aquel reducido espacio, así como siempre lo habían hecho, como siempre la harían. —. Voy a hacerte todos los bebes que quieras cuando salgamos de esto, lo prometo.
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• Petits Mensonges • MLB AU • +18 •
Hayran KurguTodo comenzó como un plan, uno que se salió de control, uno que involucraba al primogénito de los Agreste, uno que la ayudaría a descubrir al asesino de su madre. Sin embargo desde el primer momento en que sus miradas se cruzaron, ella entendió que...