Masajeó sus cienes, incapaz no encontrar sentido a su nueva hipótesis e incluso la idea de llamar a Luka y preguntarle directamente sobre los hechos no se le hacía tan descabellada.
Repitió la rutina de su amigo ese día, los lugares en donde había estado, las cosas que había hecho y cuánto había tardado.
Sus manos temblaron mientras sostenía la pieza de joyería y su cabeza comenzó a trazar distintas posibilidades que llevaban al mismo punto.
Su boca se secó y una ansiedad insana se apoderó de ella.
De pronto todo cobraba sentido, porque en el pasado Luka ya había tenido una actitud agresiva con Adrien, porque aquel chico solía ser bastante posesivo con ella, porque más de una vez había amenazado a algún pretendiente de la azabache. — Por Dios... — Se cubrió los labios cuando las suposiciones tomaban cada vez más forma junto a los pensamientos que de alguna u otra manera argumentaban las ideas en su mente y se sintió demasiado estúpida al dejar que aquello llegara tan lejos.
Bajó hasta la recepción, hallando al conserje de turno repartiendo los paquetes en los lockers correspondientes a cada residente. —. Buenas noches. — Saludó junto a una sonrisa que disfrazaba el río que había salido de sus azules. —. ¿Sería posible que me enseñara algunas de las grabaciones del elevador?
— Bueno... para mostrarle algo así necesitaría una orden de un juez señorita Cheng. — Sentenció junto a una seriedad poco creíble, lanzando una carcajada segundos después. —. Es broma, ¿qué le gustaría ver? — La chica suspiró aliviada, conocía muy bien a los
conserjes de su edificio y aún así no se acostumbraba a esa contaste necesidad de bromear.— Las de esta mañana, por favor.
— De inmediato, ¿busca a alguien en concreto? — Cuestionó a la vez que presionaba algunos números sobre el teclado y sus ojos se movían veloces por la pantalla. Marinette no perdió sus acciones en ningún momento.
— A un hombre... dos en realidad.
— ¿Dos hombres? Veamos... — La imagen apareció en la pantalla, mostrando en primer lugar las grabaciones del primer elevador, no encontrando absolutamente nada. Sus esperanzas entonces recayeron en los restantes y sin embargo tampoco hallaron nada en el segundo, fue ya hasta el tercero que aquellos rebeldes mechones rubios iluminaron su mirada, sonriendo con verdadera felicidad al verle llegar en su búsqueda, padeciendo una angustia monumental al identificar a Luka a mitad del pasillo.
Se mordió el labio aguardando a las acciones de ambos jóvenes, intentando ignorar el escalofrío que cruzó su espalda sin previo aviso al verles dirigirse de nueva cuenta al elevador. — ¿T-tienes las grabaciones de la entrada? — Cuestionó con los nervios a flor de piel hecho que logró alertar al conserje.
— Señorita Cheng, ¿está usted bien? — Cuestionó al percibir la palidez de sus facciones.
— Estoy excelente, ahora por favor... necesito ver las imágenes de la entrada.
El hombre tragó grueso, dudando de lo que la chica tramaba por lo que, haciendo un esfuerzo, logró restarle importancia al asunto y procedió a reproducir las imágenes exactas en donde Adrien ingresaba al vehículo de Luka, aquel en el que Marinette había estado hacía unos cuantos minutos atrás.
La realización llegó a su cabeza de golpe, sofocándola en un mar de dudas cuyas respuestas estaban tan claras como el agua, encerrándola en una habitación donde la única verdad yacía frente a ella, Aquella oscura y abrumadora realidad de la que tantas veces había intentado escapar.
E incluso en ese momento, no pudo engullirla por completo.
— No puede ser...— Pronunció cubriéndose los labios. —. No puede ser... — repitió y antes de que el hombre pudiera cuestionarla, corrió a la puerta del elevador, encerrándose dentro de este.
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• Petits Mensonges • MLB AU • +18 •
FanfictionTodo comenzó como un plan, uno que se salió de control, uno que involucraba al primogénito de los Agreste, uno que la ayudaría a descubrir al asesino de su madre. Sin embargo desde el primer momento en que sus miradas se cruzaron, ella entendió que...