POV NATALIA
Cada día estaba más agusto, tanto por la fonda como con la familia Reche. Siempre me había gustado la vida de campo y poder dedicarme ahora a ello ha sido como una bocanada de aire fresco para mi.
Habíamos salido al huerto a recoger alguna lechuga para cenar.
- Alfred, vosotros estáis contentos de tenerme aquí, digo para ayudaros con la fonda? Quizás he hecho algo que no os ha gustado? Es la comida? demasiado actual para los clientes de aquí.
- No, nada que ver. Contentos es poco, estamos encantados contigo. Le estás devolviendo la vida a este lugar.
- Porque siento que últimamente estáis inquietos y no me gustaría ser la causante, si fuera así me gustaría que me lo dijérais.
- Hija, no te martirices por ello. Verás el otro día cuando hablábamos de lo que ha pasado en China y en Italia
- Si, el coronavirus
- Eso es, se está convirtiendo en una pandemia mundial y seguramente van a necesitar ayuda sanitaria. Así que Amaia y yo vamos a volver al hospital.
- ¿Volver al hospital?
- Si, nosotros somos médicos, hace un año y medio aproximadamente lo dejamos de lado y ahora es el momento de salir ahí y ayudar.
- Pero yo pensaba que la fonda era vuestra, de generación en generación. - dijo la morena confundida.
- Y así es. Solo que era mi hermano quién la llevaba.
Al volver al interior de la casa Alfred fue a su pequeña oficina mientras que ella preparaba la cena. Esta noche había un par de habitaciones de huéspedes por lo que Natalia cocinaba para ellos y el matrimonio.
Habitualmente les preparaba un menú de pequeñas raciones a su gusto en función de lo que había encontrado ese día en el mercado o el huerto.
Estaba fregando los platos mientras en el comedor escuchaba como felicitaban a Amaia por la cena. Le encantaba oír a los huéspedes deshacerse en elogios hacia la comida, el trato hacia ellos o las instalaciones.
Tras unos minutos de silencio se empezó a escuchar la radio de fondo. Así solían terminar los días, con un poco de música ambiental mientras el matrimonio y ella se tomaban una infusión alrededor de la chimenea.
Al salir estaban los dos acurrucado, Natalia no pediría más a la vida que tener a alguien al lado con quien compartirla de forma tan incondicional como hacían ellos. De repente la música se vio interrumpida sonando la noticia más importante del día.
Como han dicho en la rueda de prensa de esta mañana, el gobierno de España junto con el comité de crisis del país ha proclamado el estado de alerta siendo obligatorio el cierre de todos los establecimientos de hotelería y restauración del estado. Además se proclama un confinamiento de las personas en sus hogar, quedando completamente prohibido salir al exterior salvo por necesidades de primera necesidad.
Alfred y Amaia se miraron. Era el momento de contarle a Natalia lo que iba a pasar.
- Según me ha dicho Alfred ya te ha contado que somos médicos. - empezó Amaia
- Sí. ¿Volvéis al hospital, no?
- Aún no lo tenemos claro, mañana al mediodía nos lo confirmaran pero es posible que si y que sea mañana mismo.
- Vale. Yo recogeré mis cosas, supongo que al mediodía ya lo tendré listo.
- ¿Dónde quieres ir? - Preguntó ahora Alfred -
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En cuarentena
RomanceNatalia llegó al pueblo huyendo de su familia hace ya cinco meses. Alba no quiere regresar y enfrentarse al trauma que le dejo este lugar. Pero sin previo aviso llega un virus y el gobierno dice que todos debemos ponernos en cuarentena para poder...