CAP. 6

2.4K 148 2
                                    


POV ALBA

Joan llevaba unos días dándome la lata con que me ha cambiado la mirada

- Te lo digo de verdad Albita, desde aquella noche tienes otra mirada.

- No digas bobadas, como voy a tener otra mirada.

- La tienes.

- Estás de un tonto últimamente. El confinamiento te esta afectando.

- Puedes decir lo que quieras, pero se leer tus ojos mejor que nadie.

La morena entró al comedor.

- Natalia, ven. Tu no has notado que la mirada de Alba es diferente?

- ¿Como diferente? Preguntó la morena confundida.

- Si, es como si ahora tuviera vida, es más intensa. Mira, mira. - Le pedía Joan

- Pues nose. Yo solo veo unos ojos muy bonitos.

Mis mejillas acababan de cambiar de color.

- Pero si te has sonrojado. Eres más mona. - Seguía chinchando Natalia.

- Son diferentes, a mi no me engañas. Joan se acercó a escasos centímetros de mi cara observando con detenimiento.

- Miralos de cerca. Es que son impresionantes.

- Si ya lo veo ya.

- No, pero acércate que no muerde. Joan se apartó y tiró de la morena hasta acercarla a mi cara.

No se si se encontraba a la misma distancia que antes estaba Joan, pero la notaba muy cerca y claramente no tenía en mismo efecto que él. Por el calor que sentía en mis mejillas el color que tenía se acercaba al tomate más rojo de toda la huerta.

Ponía toda la concentración en mis pensamientos, no quería que me traicionaran y mirarle los labios pero me lo estaba poniendo muy difícil.

Me concentré en observar sus ojos. Las pestañas eran muy largas y pobladas, cuando se maquilla le debe de sacar un partidazo. Esos ojos achinados de color café transmiten demasiada ternura.

Su respiración golpeaba en mi cara y me estaba poniendo de lo más nerviosa.

- Lo que yo decía, los ojos más bonitos de toda España.

El susurro, el tono de su voz, su proximidad, la sensualidad con la que lo dijo, su olor colándose por mis fosas nasales... ¡Se me iba a salir el corazón por la boca!

Entre abrí la boca para responderles algo pero no pude emitir ningún sonido. Los ojos de Natalia bajaron hasta mi boca y acto seguido se humedeció los labios.

- Bueno, tu Natalia no los podrás comparar, pero chiquitina, te aseguro que son diferentes. Y me gustan mucho más estos.

La voz de Joan nos hizo reaccionar. Natalia se apartó y yo pude volver a respirar con normalidad. Menudo sofocón.

Durante estos días de confinamiento los tres nos habíamos metido en una burbuja. Escuchábamos las noticias únicamente una vez al día además de la información que nos daban mis padres cada noche.

Entre el shock de noticias negativas y la rapidez en la que todo se complicaba nos habíamos dado cuenta que escuchar mucho las noticias nos hacía entrar en un estado de ansiedad, tristeza y preocupación muy alto que nos afectaba negativamente.

Decidimos escuchar las noticias una sola vez al día además de cuando nos llamaban mis padres y nos contaban de primera mano cómo evoluciona todo.

En cuarentenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora