POV ALBAEl tiempo de confinamiento está dando sus frutos, la situación médica parece haber mejorado y ya se ha iniciado el desconfinamiento.
Durante la última semana muchas de las empresas han vuelto a su rutina laboral. Los hospitales ya no están tan saturados, cada vez son menos los infectados que necesitan urgencia médica y no se necesitan tantas plazas hospitalarias.
La clínica Medina llevaba diez días sin atender pacientes por COVID-19 y ya estaban listos para reanudar sus servicios médicos.
Los resultados que salieron de mi prueba no fueron del todo positivos. La punción que me practicó Julia marcaba que se estaba cristalizando el líquido sinovial que se escapaba de mis articulaciones.
Esos coágulos habían causado una infección que se había extendido hasta el hueso.
- Alba, vamos a tener que hacerte una pequeña intervención. Es importante que quitemos los pequeños cristales que se han formado en tu muñón y limpiemos muy bien la infección que tienes dentro. Lo hemos encontrado a tiempo pero si no lo tratamos como es debido es puede complicar.
Julia me ha llamado esta mañan para darme la noticia que ha caído como un jarro de agua fría sobre mi. Todo estaba yendo bien, había conseguido grandes cosas y ahora este socavón me había bajado la moral.
Una intervención suponía volver a retroceder, volver a depende de las personas, volver a sentirme débil e insegura.
Le pedí a la doctora que lo programara para lo antes posible, si algo he aprendido es que cuanto antes se afrontes las cosas mejor, si igualmente hay que hacerlo para que esperar. Mañana por la mañana ingresaría en el centro y al mediodía tenían programada mi cirugía.
- Vendrá a recogerme una ambulancia a las ocho. - Le contaba a Natalia mientras comíamos.
- Como que una ambulancia? Voy a llevarte yo Albi.
- No, prefiero hacerlo yo sola. Tu te quedas en casa. Además será más seguro.
- Me da igual eso, no te creas ni por un segundo que te dejaré sola.
- Es mi decisión. - Me levanté de la mesa con mi plato para fregarlo dejando por zanjada la conversación.
Por la tarde me encerré en mi habitación y preparé las cosas que necesitaría para mañana. Aún no les había contado nada a mis padres y dudaba si hacerlo o no. Soy consciente que ellos quieren saber de estas cosas pero también pienso que es añadir preocupaciones a sus cabezas que ya están desbordadas. Como si estubiera sincornozada con mi mente el móvil empezó a sonar con la llamada entrante de mi padre.
- Hola papá. Cómo estáis? - Le dije dedicandole mi mayor sonrisa aunque él no podía verla.
- Bien hija, contentos, poco a poco todo va voliviendo a su sitio. Y tu?
- Muy bien. Aquí todo genial.
- Ya. - No podía ver la cara de mi padre pero su tono me decía que no me creía. Siguió hablando - Entonces supongo que a Natalia le ha dado por celebrar hoy el día de los inocentes y me ha gastado una broma con tus problemas en el muñón y la cirugía de mañana, no?
- Bien por mi. Aún no aprendo que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo y nunca mejor dicho.
- Bocazas... - Murmuré instantáneamente.
- Ella ha hecho lo que debía. Acaso no pensabas decirnoslo?
- Pues aún lo estaba pensando, no quiero que os preocupéis por una tonteria. Ya teneis suficiente con lo vuestro.
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En cuarentena
RomansaNatalia llegó al pueblo huyendo de su familia hace ya cinco meses. Alba no quiere regresar y enfrentarse al trauma que le dejo este lugar. Pero sin previo aviso llega un virus y el gobierno dice que todos debemos ponernos en cuarentena para poder...