CAP. 25

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POV NATALIA

Aún no había abierto los ojos cuando noté movimientos en mi cama. Sonreí. Me dí la vuelta sobre mi misma y empecé a dejar mimos a mi lado, por el gruñido que soltó parece que le gustaron y así me lo hizo saber cuando empezó a dejar besos por mi cara.

- Queen.- Dije quejandome porque me estaba llenando la cara de babas. - Qué te pasa a ti eh, - Le dije completamente despierta mientras le acariciaba la barriga y ella sucumbía antes mis encantos.

Había pasado un par de días desde la confesión de Alba, todo era igual pero a su vez diferente. Nuestra actitud volvió a la normalidad sin embargo nuestra conexión era diferente, más completa, más real.

No tengo mal despertar pero desde hace unos días son mucho mejores. Quite las sabanas que me cubrían y salté de la cama para abrir la ventana. Incluso el tiempo me acompañaba en mi buen estado de ánimo.

Fui directamente a la puerta para recoger mi habitual mensaje de buenos días. Alba se había acostumbrado a dejar pequeñas notas cada mañana, frases cortas que expresan sus sentimientos.

Admito que no soy una experta

en cosas del corazón

pero si se escuchar lo que dice

y más cuando me habla de ti.

- Alba Reche.

Me muero de amor con la rubia. Me levanto de la cama con una sonrisa boba en mi cara y pego su nota en mi pared. Releer las notas cada mañana consigue sacarme grandes sonrisas sin habernos visto o hablado todavía.

Me cambié de ropa y fui escaleras abajo. La rubia estaba en el comedor hablando por el teléfono, me acerqué lentamente por detrás y coloqué mis brazos en sus caderas a la vez que le daba besitos por el cuello.

Alba empezó a reírse, trataba de mantener la conversación de forma normal pero su madre que estaba al otro lado de la línea se dió cuenta que algo pasaba.

- Es Natalia mamá, que se ha levantado juguetona hoy. - Le dijo dándome golpecitos en las manos para que dejara de hacerle cosquillas.

Hablamos durante un rato con Amaia, mientras nos tomábamos un café. Al colgar no me podía resistir más así que me acerqué a sus labios y los desayuné.

- Nat... - Jadeo Alba en medio del beso.

- Que... - conseguí pronunciar mientras mis manos se colaban por debajo de la ropa de la rubia. - Alba agarró mis manos haciendo que detuviera mis movimientos un poco confundida. - Llevo deseando esto desde el preciso instante que se termino nuestro último beso de anoche.

- Creeme que yo también pero si acaricias un milímetro más de mi piel no nos levantaremos de este sofá en todo el día. - Dijo con la respiración acelerada.

- Y que? - Dije intentando iniciar mis movimientos de nuevo.

- Que... sería genial pero tengo otros planes. -Enarqué una ceja como pregunta.

- Espero que tengas cosas que hacer por el jardín porque hoy tienes prohibido entrar en la cocina. - Me soltó.

- Y tu quien eres para prohibir eso eh - Le dije para picarla.

- Pues la hija mayor de Amaia y Alfred - Dijo chulesca.

- Creo recordar que me dejaron como persona responsable de la casa - Le contesté

- Ellos no están ahora así que mando yo.

- Ui, ui, ui, voy a llamarlos, a ver que opinan ellos -Cogí el teléfono y fingí llamarlos.

En cuarentenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora