CAP. 27

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POV ALBA

Nos habíamos quedado dormidas, mi cuerpo seguía prácticamente encima de la morena, estaba preciosa... se veía tan dulce con sus labios entreabiertos y su respiración pausada.

Con cuidado deje caer su mano que reposaba sobre mi espalda y me moví a su lado. Necesitaba quitarme la prótesis para descansar mejor y airear mi piel. Un ritual que tenía muy integrado en mi día a día pero que realizarlo con Natalia a mi lado me hacía sentir más insegura.

Me senté al borde de la cama, me quité los accesorios y los dejé cerca de la cama para el día siguiente.

Me giré para buscar mi hueco en la cama, Natalia estaba completamente desnuda entre mis sabanas y eso me provocó una sonrisa enorme. Si bien deseaba todo lo que sucedió anoche y verla como dios la trajo al mundo únicamente para mi no me imaginaba que me haría sentir de esta forma verla así.

Me hice mi hueco en la cama y me tumbé bajo las sábanas. Automáticamente Natalia se movió y se pegó a mi espalda. Su brazo me envolvió por la cintura mientras me dejaba un beso en el hombro.

Me moría por verle la cara en estos momentos, desconozco si estaba despierta y me ha visto hacer todo mi ritual antes de pararme a observarla o simplemente ha sido un acto reflejo y estaba completamente dormida.

Sentir su calor junto a mi cuerpo y su respiración en mi nuca me estaba perturbando, en el buen sentido de la palabra. No me podía creer que esto acababa de pasar.

Natalia y yo nos hemos acostado. Si bien ya había tenido muchos orgasmos en mi vida porque siempre me ha gustado disfrutar de mi sexualidad ninguno me había removido tanto como este.

De hecho podría considerar que esta ha sido mi primera vez desde mi nueva vida y no podía haber sido con alguien más especial que Natalia.

Me ha transmitido todo su cariño sin hacerme sentir inferior, lisiada o incapaz de dominar en una cama, me ha dado el privilegio de que la hiciera mía a la vez que ella me hacía suya. Ha sido espectacular.

Me sentía feliz y completa, me sentía poderosa, deseada y querida, muy querida. Pero tenía pensamientos encontrados, y si todo esto no ha sido real? Y si cuando me despierte todo esto se ha esfumado? Y si cuando no estemos llenas de pasión y me vea despertarme sin una pierna no le gusto. Y si se arrepiente de lo que pasó?

Estaba completamente quieta, paralizada, como si con el simple hecho de pestañear o respirar mis pensamientos de pudieran escapar de mi cabeza.

- No puedes dormir? - Preguntó la morena. Acaso podía leer la mente y yo no lo sabía? Me tomé unos segundos...debía responderle?

- Que pasa Albi? - Preguntó de nuevo con su voz más ronca de lo normal. Cuando conocí a la morena empecé con mentiras, ahora no quería hacerlo de nuevo.

- Tú. Me pasas tú. - Dije dándome la vuelta sobre mi misma quedando cara a cara y afrontando todos mis sentimientos.

Natalia me esperaba con sus ojos color cafe bien abiertos, al coincidir con los míos una sonrisa de oreja a oreja creció en sus rostro haciendo que sus ojos brillantes se entreceraran.

- Hola. - Me susurro acariciando mis mejillas.

Natalia hacía que me derritiera. Con cualquier mínima muestra de cariño, con cualquier palabra o simplemente mirando a sus ojos podía saber que todo pensamiento negativo que ha pasado por mi cabeza no tiene ningún sentido.

- Hola. Conseguí decir de vuelta.

- Qué le pasa a esta cabecita? - Preguntó acariciando mi pelo revuelto.

En cuarentenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora