Introducción

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Bullicio.

La gente andaba de derecha a izquierda y de vuelta, cuando mi hermana me dijo que viniera un par de días con ella a su casa de Madrid al acabar la gira ya lo estaba planeando. La echaba de menos, o quizá solo echaba de menos a mi sobrina y ella iba en el pack.

El día en Valencia estaba nublado, pero en Madrid hacía un sol achicharrante, me coloqué bien las gafas de sol y me volví a hacer el moño. Las personas andaban ajenas a todo lo que pasaba a su alrededor, y afortunadamente, ajenas a mí. Mi móvil vibró.

Débora

Mira a tu derecha tata

Esto no se envía

Vamos a llegar tarde a recoger a Elia

Malditos datos

Se me escapó una carcajada con el último mensaje, apagué el móvil y me dirigí al coche de mi hermana.

- PERO BUENO MIRA QUIÉN ESTA AQUÍ – me miró con la sonrisa más brillante del mundo

- ¿Te quieres tranquilizar? - intenté ser seria, pero se me escapó un poco la risa, quizá si la había echado un poco de menos.

- No todos los días vuelve mi hermana de una gira de casi un mes por España y Latino América.

Negué con la cabeza, a veces se volvía un poco loca, bueno las dos éramos intensas eso es verdad, pero incluso había ocasiones en las que ella lo era más. Y es difícil.

- Bueno abrázame mínimo – ella giró su cuerpo y me abrazó tan fuerte que pensé que moría, me quedé sin aire en serio.

Seguíamos abrazadas cuando sonó el claxon del coche de atrás.

- COÑO que susto-me toqué el pecho intentando respirar con normalidad.

Ella se rio y arrancó el coche, no queríamos tener una pelea con otro conductor que al final sí que íbamos a llegar tarde a buscar a Elia.

El coche de Débora era tranquilo y estaba muy limpio, cualquiera diría que tenía una hija de seis años, la música sonaba de fondo, pero había un silencio agradable entre nosotras, me quité las gafas de sol y miré el paisaje por la ventana. Gente. Gente corriendo, gente trabajando, gente comprando, gente paseando, todo tranquilo pero agobiante a la vez. De repente paramos, el semáforo estaba rojo, mi hermana estiró el brazo y me acarició lentamente la mejilla, yo la miré y sonreí antes de dejarle un beso en la palma de la mano.

Volví a mirar por la ventana, una niña de unos diez u once años me estaba mirando desde la cera, su cara empezó a transformarse, su boca se abrió lentamente mientras tiraba de la mano de su madre que se entretenía hablando con otra señora. El semáforo se puso verde y solo me dio tiempo a leerle los labios a la niña cuando gritó "es Samantha". Uy.

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Estaban todos los niños sudando y la verdad es que yo también lo estaba un poco. Todos estaban tocando diferentes instrumentos y la clase era un caos, pero me encantaba verlos probar todos los instrumentos posibles y elegir cual les gustaba más.

Cuando me ofrecieron un trabajo en Madrid no dudé ni un minuto abandonar Murcia y venir a buscarme la vida a la capital, hay días como hoy en los que el calor y el malestar general lo hacían todo cuesta arriba pero no me arrepentí nunca de la decisión que tomé.

- Lo estás haciendo super bien Martina ¿te gusta la guitarra?

- Está bien- no la veía muy convencida.

- ¿Qué instrumento te ha gustado más?

- Es que todavía no lo sé, me gusta más cantar.

- Bueno – le acaricié suavemente la cabeza- todas las buenas bandas necesitan una cantante.

Sonrió y yo también, después de manera totalmente inesperada dejó la guitarra suavemente en la alfombra del suelo y me abrazó, casi me tiró las gafas, pero valía la pena.

Volví a mi mesa y limpié las gafas antes de volvermelas a poner. Hice una vista panorámica de toda la clase, Martina había retomado la guitarra, Laia estaba con la harmónica, Mario con el xilófono, en el piano había 3 personas que tapaban a la persona que estaba tocando, Paula tocaba la flauta dulce y muchos otros esperaban su turno. Me puse a hacer el dibujo de hoy en la pizarra, todos los días después de música les pintaba algo bonito para que se fueran contentos a casa.

- Profe- me dijo Toni.

- ¿Si?

- No puedo tocar el piano – puso una mueca triste.

Me agaché a su altura para hablar con él sin que se sintiera inferior y se abriera más.

- Es que Elia no me deja tocarlo...


........

HOlaaaaa 

Bueno espero que os guste la historia e intentaré no dejarla a medias como todo lo que hago. Besos bbs

Polo Opuesto { Flamantha }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora