- ¿Y cuánto hace de eso?
- Unos cuatro días más o menos.
Maialen pasaba el cepillo a los perros pequeños y yo jugaba con los que esperaban su turno en estos últimos dos días Maialen había sido un apoyo muy fuerte, Jimena también pero la relación que tenía con la pamplonica era superior. Ella tenía una amiga en el colegio también, y por la descripción juraría que era Ana Julieta, pero no le llegué a preguntar.
- No te preocupes Samanthiti te va a perdonar, tampoco le has mentido solo ha sido ocultar información. - reí.
- Gracias Mai. - dejó a Berry en el suelo y cogió a Titu para peinarlo. - Venga Berry cógela - hice participe al perrito del juego para que se uniera al resto.
Mi móvil empezó a sonar en ese preciso momento, me levanté del suelo para ir a cogerlo.
- Hablado del rey de Roma - le enseñé la pantalla del móvil, Flavio estaba llamando.
- Cógelo.
Di al color verde.
- Hola - empecé yo.
- Samantha, te quiero escuchar.
- Unos días tarde ¿no?
- He estado liado, la Señora Martínez tuvo un problema.
- ¿Está bien? - me puse seria de golpe, Maialen me miró interrogante, yo hice un movimiento con la mano, se lo explicaría después.
- Sí, sí, todo bien, ya te contaré.
- Vale.
- ¿Te va bien pasarte por casa después de comer?
- Sí, ahí estaré.
- Hasta la tarde - podría jurar que al menos había sonreído un poquito.
- Hasta luego.
Colgué. Mai me miraba con la boca abierta y los ojos de par en par. Yo sonreí ampliamente.
- Hemos quedado esta tarde.
Maialen dejó con cuidado a Titu en el suelo y se acercó a mí sonriente, dimos saltitos de felicidad, yo estaba contenta y ella compartía mi alegría.
- ¿Crees que vamos a hacer las paces? - le pregunté.
- Estoy segura tía.
La última semana había sido un tostón, el café del jueves se acabó cancelando así que la única oportunidad que tenía de ver a Flavio desapareció. Dani tenía una entrevista de trabajo en una empresa publicitaria, Jimena tenía una cita con su novio para solucionar sus problemas, Flavio simplemente dijo que no vendría y Sergio iba a acompañar a Dani, las únicas que podíamos ir éramos Maialen y yo. En vez de cancelar la quedada la hicimos nosotras dos, y ese fue el punto de inflexión de nuestra creciente amistad.
Cuando terminamos de peinar a todos los perritos decidimos ir a comer juntas, Jimena llegó para hacer el cambio justo a tiempo.
- Hola Sam - me saludó.
- Hola - le sonreí tras darnos dos besos.
- Pasadlo bien.
- Gracias jefa. - contestó Mai.
- Mai, no me llames así, anda tira antes de que os eche de una patada en el culo.
Salimos a paso rápido y de la mano muy juntas soltando pequeñas risas hasta llegar a la puerta, le eché un ultimo vistazo a Jimena, nos miraba negando con una sonrisa de lado.
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Polo Opuesto { Flamantha }
RomansaCuando dos mundos muy diferentes chocan ¿qué pasa despues de la explosión?