Me desperté con un monito saltando sobre mi cuerpo, abrí los ojos y el sol me cegó.
- Arriba Tita Samanzi – aparté el pie que me había puesto en la cara.
- Pero y esta manera de despertarme, aún es pronto Elia.
- Pero quiero desayunar que en una hora tengo cole y me voy de excursión.
Me senté de golpe, se me había vuelto a olvidar el cole. Miré la hora, teníamos tiempo de sobras para preparar a Elia. Una bola de pelo salto sobre la cama.
- Hola patitas – le saludó Elia abrazándolo.
Patitas solo llevaba un día con nosotras y todavía se estaba acostumbrando a la nueva casa. Tras una dosis de mimos de buena mañana nos levantamos y fuimos a la cocina a desayunar tranquilamente.
- Yo quiero leche con cereales. – me pidió.
- Vale. – abrí la nevera y eché la leche en un tazón, la calenté y se la puse encima de la mesa enfrente de su silla. Cogí los cereales de chocolate que le gustaban y volqué unos cuantos en el bol de leche. Elia, que se había ido a lavar las manos, volvió y se sentó a desayunar.
Mientras Elia se comía los cereales fui al baño a prepararme para salir a la calle mínimamente decente. Mientras me preparaba oía a Elia cantando la canción de Frozen, sonreí.
Cuando me acabé de vestir volví a la cocina, Elia casi había terminado así que aproveché para hacerme un café, tampoco tenía mucha más hambre.
- Estoy un poco nerviosa – me dijo, me giré para mirarla y me senté en frente de ella.
- ¿Y eso por qué? – le dije antes de dar un sorbo al café.
- Es que vamos a ir a un teatro y tengo muchas ganas. – yo sonreí.
- Estás ansiosa por la excursión hoy eh. – Elia asintió.
Llevaba unas dos semanas contando los días para la excursión al teatro, iban a ver un musical para niños de El rey Midas, por fin era el día y estaba muy feliz, habría apostado que no había dormido nada.
Cuando se terminó los cereales fue a lavarse los dientes y yo le dejé saber que iría en un momento. Cogí su mochila y le metí la comida que Débora le había preparado por la noche. Un poco de pasta. Le añadí un bombón como sorpresa para que tuviera un día todavía mejor.
Tras estar listas y despedirnos de Patitas, que no se movía del sofá, salimos por la puerta y nos dirigimos al colegio. Todas las madres y todos los padres esperaban en la puerta, según me había contado los días de excursión teníamos que acompañar a los niños hasta su clase y firmar el papel de permiso para abandonar el colegio con los profesores.
El timbre de entrada sonó, Elia me cogió la mano y entramos al colegio detrás de todos los padres y madres apresurados por entrar, nosotras nos tomamos nuestro tiempo. Al llegar a la clase Elia se fue a abrazar a su amiga, que se llamaba Martina según me había dicho.
- Anda – me giré para encontrarme a Flavio en el marco de la puerta.
- ¿Qué haces aquí?
- Es mi clase.
- Me refiero a parado ahí, me has asustado gilip – me cortó.
- Eh, palabrotas no que aquí hay menores – me dijo con una media sonrisa. Yo me mordí el labio y negué.
- No hagas eso. – se puso un poco serio.
- ¿El qué? – le pregunté.
- Morderte el labio.
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Polo Opuesto { Flamantha }
RomantikCuando dos mundos muy diferentes chocan ¿qué pasa despues de la explosión?