16. El café y una visita al veterinario

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Samantha entró a la cafetería – librería de la semana anterior y sujetó la puerta para que no se me cerrara en la cara. Subimos las escaleras y allí estaban Dani, Sergio y Jimena. Solo habíamos llegado veinte minutos tarde, a la vez, nada sospechoso.

Dani me miraba con una cara difícil de descifrar, pero seguramente no significaba nada bueno. Nos sentamos juntos en las mismas posiciones que el jueves anterior después de saludar a todos con dos besos y un abrazo. Jimena me acarició la espalda.

- ¿Cómo estás? – me preguntó después de un rato debatiendo si hablarme o no.

- Pues muy bien ¿y tú? – cuando ella dejó de acariciarme la espalda yo le masajeé la nuca, estaba muy tensa.

- No mucho, he tenido un mal día la verdad. – bajó la cabeza y yo me sentí mal por no haberle hecho el caso que merecía cuando me había llamado por la mañana.

- ¿Qué ha pasado? – Samantha entabló una conversación entretenida con Dani y Sergio sobre como el amarillo en las uñas no le quedaba bien a Sergio, Dani le daba la razón y Sergio se defendía.

- He discutido con Jorge y ha decidido irse un tiempo a casa de sus padres.

- ¿Y eso? – Jimena negó con la cabeza.

- No lo sé, ni siquiera recuerdo por qué ha empezado todo. – tenía los ojos rojos y se la veía muy desanimada.

- Yo te puedo ayudar mañana con el refugio.

- Tienes que trabajar Flavio.

- Mañana tienen los niños ensayos para el festival de Halloween, no hace falta que vaya, no me importa ayudarte en serio.

Jimena me dio un abrazo de repente y me dio las gracias mirándome a los ojos, volvió a su café.

- ¿Verdad que el amarillo en las uñas queda fatal Flavio? – me preguntó Samantha.

- Pues sí, la verdad. – contesté yo.

- ¡Lo ves! – le echó en cara a Sergio antes de chocar la mano con Dani.

A Dani le caía muy bien Samantha, me dijo que al principio le ponía nervioso porque su actitud y físico le imponían, pero ya parecía haberlo superado.

Samantha y yo pedimos un café cada uno. Ella pidió un cortado, simple, y yo lo mismo, pero con vainilla. Tardaron unos minutos en traerlos y Dani al ver a Jimena de bajón dijo que contáramos un chiste cada uno.

- Venga Flavio empieza tú – me señaló Dani.

- Yo no me sé ningún chiste.

- Venga Flavio no seas soso. – se añadió Samantha, yo la miré serio, no me había molestado, pero iba a fingir que sí. Al ver mi cara se le borró la sonrisa de golpe.

Jejeje se ha cagado.

- Bueno sé uno – Dani me hizo un gesto con la mano para que siguiera – "¿Dónde vas Harry?" "Al bus Dumbledore" – Jimena dejó escapar una carcajada por lo bajo acompañada de un "qué malo".

- Tío, es horrible – dijo Dani.

- Perdón. – yo sonreía al ver sus caras por el chiste.

- Venga Jimena ahora tú. – la señaló Samantha, al parecer ella también se había dado cuenta de que estaba de bajón, era un amor.

- A ver – Jimena pensó en un buen chiste – uno así de café – se colocó bien en su silla – "¿Me da un café con leche corto?" "Se me ha roto la máquina, cambio"

Todos se rieron y yo no entendí por qué era mejor que el mío, yo lo había visto igual de malo.

- ¿Me dejas probar tu café? – me susurró Samantha. Yo la miré levanté una ceja y volví a mirar a mis amigos.

Polo Opuesto { Flamantha }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora