4. Swinton & Grant

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- Profe Fla - Elia me llamó tirando de mi bata, vestuario de profe de primaria.

Hoy me tocaba hacer la guardia del patio, así que la pequeña aprovechó para acercarse.

- Es que te tengo que contar una cosa...

Empezó a mover el pie derecho y miró al suelo, le daba vergüenza contarme lo que fuese que quería decirme.

- Es que mi mamá me ha dicho que no va a poder venir al día de los oficios... - torció el gesto, triste - dice que tiene que trabajar hasta tarde y que lo siente mucho...

Me agaché para limpiarle una lágrima rebelde que se le había escapado.

- No pasa nada Elia, porqué seguro que nos lo pasaremos super bien con los demás padres y madres que vengan ¿verdad?

Elia se limpió las lágrimas con la manga de la camiseta y asintió.

- Gracias Profe Fla, haré galletas con mi mamá para traerlas.

- Me parece súper bien Elia, estoy expectante por ver como son.

- ¿Qué significa espetante?

- Expectante - me reí ante su intento de pronunciar bien la palabra – que estoy esperando con muchas ganas.

Elia sonrió, se le había pasado el disgusto en un segundo, afortunadamente. Le dije que volviera a jugar con sus amigos y en seguida corrió a unirse al grupo. Lo que más me gustaba de mi clase era como se cuidaban los unos a los otros, si se hacían daño era sin querer y siempre pedían perdón e intentaban solucionar el problema. A fin de cuentas, decir "lo siento" es un impulso para dejar de sentirte culpable por algo, pero lamentarse por algo no es nunca suficiente, mostrarlo con acciones es más importante.

- Profe – Martina me miraba desde abajo.

- ¿Qué pasa Martina?

- Es que me he dejado el almuerzo en casa... y tengo hambre – se tocó la barriga.

- Ven conmigo.

Le avisé a Luisa la profesora de segundo de primaria para que me cubriera un momento, subí con Martina hasta la clase y se esperó en la puerta observando unos dibujos que hicimos de "nuestras familias" el primer día de clase. Estoy muy orgulloso de esos dibujos y de la variedad de familias que tenia en mi grupo, había dibujos que tenían una madre, dibujos con un padre, un par con dos madres, alguno con dos padres y otro con un padre y una madre.

Abrí mi mochila y cogí un puñado de galletas de chocolate que traía para estas situaciones, me acerqué a Martina y se las di.

- ¡Qué suerte tienes! Galletas de chocolate.

Martina rio y me dio las gracias dos veces, volvimos al recreo y pasé el resto de la media hora jugando con los niños, según ellos era un monstruo marino horrible que podía vivir y caminar fuera del agua, les dejaba un poco de ventaja no voy a mentir. Mientras entretenía a mi grupo iba vigilando a los demás niños del recreo, podría pasar cualquier cosa en un milisegundo.

Hoy era miércoles faltaban dos días para el día de los oficios y los niños no podían contener toda la ilusión en su cuerpecito, era muy guay ser bomberos, enfermeros, cocineros por un día.

Las dos clases siguientes se pasaron rápido, a ultima hora no tenía clase con ningún grupo, mis alumnos tenían inglés y esa asignatura la daba una chica nativa así que me quedé en la sala de profesores durante la última clase.

- Pero bueno Flavio ¡Qué responsable estás hoy! – Anaju pasó por mi lado acariciando suavemente mi hombro.

- Ya ves, una de mis alumnas me ha dicho que su madre no va a poder venir el viernes así que estoy recuadrando el horario para enviárselo mañana a todos los padres y madres.

Polo Opuesto { Flamantha }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora