Amelia R. Gates Sanders:
Como cualquier mañana llegaba temprano y directo hacia mi salón, saludando a las presentes y dejando mis cosas en mi asiento respectivo, un golpe fuerte en mi lugar, hizo que saltara del susto y viera directamente a Natalia Osdiater justo al lado de mi.
—Oye Amy te gusta alguien?-preguntó de repente mirándome a los ojos con una sonrisa-
—Emm conoces el significado de espacio personal? - pregunté tímida al tenerla muy cerca-
—Ou claro, perdón... - se aleja un poco- responde a mi pregunta Gates
—No me gusta nadie
—Claro y crees que te voy a creer - sale del salón, mientras me sonríe por última vez-
—Y a esta que le picó
Natalia es una buena amiga la cual tuvo una relación tóxica hace unos años, podrá ser la más loca y masoquista pero sabe dar buenos consejos, no me gustaba nadie, sentía que no era lo mío, de que me serviría amar a alguien de manera romántica, no le veía el sentido.
—Amelia, Buenos días - saluda feliz Sistine desde el marco de la puerta, nadie podía entrar más que las estudiantes de la seccion-
-Me acerco con rapidez y le brindo un abrazo a lo que ella corresponde- Muy buenos días querida mejor amiga.
Tenía entendido que las demás nos miraban, al igual que yo, Sistine pertenecía al grupo de chicas sobresaliente, pero así como ese, yo pertenecía al grupo de las presumidas del grado superior así les decía yo, cada que podían miraban mal a quien según ellas no estaban a su altura, aquel grupo popular lo conformaban algunas de las deportistas que representan a la institución y otras que eran las favoritas de alguno que otro profesor, al ser diferente a ellas, llamaba la atención de todo el grado y produciendo que me mantengan en la vista para burlarse de cualquier cosa que ellas creen que está mal.
—Vaya, las mejores amigas mostrando afecto a penas sale el sol -Dice Ariadna, la líder de las cabeza hueca o mejor dicho deportistas de élite de la profesora Fetman-
—Déjanos en paz Gremory o quieres que tu hermano sepa que andas de brabucona otra vez - la encaré-
—Que seas la favorita de la profesora Fetman y mejor amiga de mi hermano, no quiere decir que me puedas amenazar niñita, además porque habría de hacerlo, eres una de nosotras.
—No lo soy, a diferencia de ti, yo no soy una brabucona presumida.
—Cuida tus palabras Gates, el único motivo idiota porque no te molestan por ser una pobre es porque eres buena en el deporte, favorita de la profesora Fetman, de la profesora de comunicación y arte, además de que eres raramente buena con diversas materias...bueno,a excepción de matemática.
—Diablos no me recuerden cada maldito rato que soy pesima para las matemáticas.
—Me largo, no se ni porque te dirijo la palabra. - se va no sin antes darme una mirada de molestia-
La escuela en la que estaba era conocida por sus grandes logros y prestigios, además de ser una urna de niñas ricas y algo mimadas, por supuesto, no todas eran así, había entrado a duras penas a aquella prestigiosa escuela, seguía sin entender cómo papá lo había logrado.
—Tienes agua? Necesito quitarme este mal sabor de boca - dije refiriéndome a la no tan agradable presencia de Ariadna-
—Si, vamos... - me llevó a su salón que estaba al lado del mío -
—Amy! B-Buenos días - saludó nerviosa, habían pasado ya varias veces que sucedía lo mismo con ella, que le pasaba-
—Buen día Charlotte - le brindé una sonrisa, tal vez la haga sentir mejor-
—Toma - me pasa la botella de agua, en que momento Sistine entró? -
—Vaya, gracias...jaja no noté cuando entraste al salón Sís - a veces la llamaba así, aunque no le gustaba el apodo-
A penas mis labios tocaron el pico de la botella, el timbre sonó dando a entender que era de formarse, tomé algo de agua y con rapidéz cerré la botella, dándosela a Sistine quien entró a su salón y la guardó con la misma velocidad.
—Aún no llega? - me dije a mi misma en un susurro-
—Hablas de Leila cierto? - pregunta curiosa Sistine al lograr escucharme--Creí que ahora son enemigas.
—Te recuerdo que no se porque me pidió tal cosa, pero que seamos eso no significa que no pueda preocuparme.
—Cada que podías tu mirada se desvíaba a la entrada, Amy - levantó un ceja, rayos era cierto, aquella chica de cabello lasio largo me tenía con intriga, sabía que llegaba tarde y sabía muy bien los motivos, pero de todas maneras no podía dejar de sentir preocupación de que podría un día de estos meterse en problemas- Te gusta?
—Gustarme que... - dije saliendo de mi pensamientos, a que venía tal pregunta-
-se acerca delicamente a mi oído posando con suavidad su aliento en mí, produciendo que mi piel se erizara- Te gusta Víctor? - soltó al fin-
—Porque el cambio repentino de tema.
—Curiosidad, es lindo, a pesar de ser un tonto a veces, te trata bien...no me sorprendería si estuvieran en una relación - pone una mirada pícara -
El ambiente se tensó, porque rayos las demás no llegaban al patio a formarse, sentí que el tiempo se detuvo por un momento, volviendome a formular la pregunta que me habían hecho "te gusta Víctor?" Ni loca! Si bien sabía era que aquel chico de cabello risado estuvo conmigo incluso cuando andábamos en pañales y teníamos un diente, pero no lo había visto de aquella manera, pero tenía razón, era lindo...era jodidamente lindo, la pubertad le había pegado demasiado duro, admitía eso, lo sabia incluso cuando el me miraba, el rubor se intensificaba en mis mejillas y quien no?! Tampoco era de roca.
—Gustarme...el? Pff ni en mis pesadillas más oscuras - moví mis manos con un poco de nerviosismo-
—Señoritas, que esperan que no vienen al patio - dijo molesta la subdirectora por el micrófono, cuanto tiempo tenía que pasar para que las estudiantes que eran muchas, llegarán al patio principal -
Luego de unos cuantos minutos donde aquella mujer ya estaba sacada de onda, sermoneo a todas por la tardanza, habló de la manera que debemos vestir y de la queja de algunos profesores de tercero de secundaria sobre algunas estudiantes que no se atrevían a presentar algunas de las actividades dejadas, la mañana estuvo aburrida y luego de eso fuimos a los salones, donde al llegar a mi asiento vi como Leila cruzó la puerta con unos ojos cansados y tratando de mantener la mirada fija, definitivamente era como ver a un zombie, al llegar dejó su mochila en el suelo y se arrecostó en el pupitre de su asiento...si que se veía cansada, quería acercarme a saber de ella antes de que el profesor llegara, pero el solo recuerdo de que teníamos que actuar frente a todos me detuvo.
-Volteo a verla- Mmm...a la mierda la actuación - dije para mi misma, evitando que alguien haya escuchado aquel vocabulario-
Me acerqué con cuidado a mi amiga, quien mantenía su rostro oculto entre sus brazos, la tomé con delicadeza del hombro y la sacudi un poco...no recibí reacción alguna.
—Mmm - al fin! Una reacción -
—Hey Leila, deberías pedir permiso para lavarte la cara, estas hecha un desastre - le susurré-
—Buen día estudiantes! - gritó, haciendo saltar a mi soñolienta amiga-
—Buenos días profesor - dijimos todas a la vez-
Empezada la clase no podía hacer nada por ella, tomé asiento y no me quedó opción que atender a la clase de aquel hombre.
No veía que Leila se acercara al pupitre, ¿acaso no me había escuchado? Dejar de tomarle importancia fue mi primer paso, tal vez ella quería que seamos enemigas de ver...Leila Turner Quinz una amiga cercana, ahora una enemiga poderosa, sabía mis debilidades, me conocía bien, tanto Sistine como Leila tenían el poder para hacerme añicos emocionalmente, siendo Leila una enemiga...que podía pasar en el futuro?.
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Dulce Peligro
RomanceHabían obstáculos que impedían que ambas se amarán... El peligro era inminente y ella lo sabia, no quería que la lastimen. Mientras que la otra solo esperaba que su familia vea que lo que importaba no era el estatus o la sexualidad, sino, el vivo am...