Pequeño Temor[6]

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Como todas las mañanas, me levantaba a penas en la hora, mi hermana me esperaba mientras me alistaba y tomábamos desayuno juntas, como siempre, fue la primera en ser llevada a su escuela mientras que yo... Ya saben, un minuto antes del timbre. Me sorprendí al ver a la mitad del camino a mi tan infantil pero atlética amienemiga, corriendo hacia la entrada, viendo el reloj que tenía en su muñeca derecha y su mirada de preocupación me alarmaron...

—Papá estaciona te aquí ya es tarde, estoy cerca, iré corriendo-Dije apurada al ver la hora -

—Ve con cuidado -añadió mientras el auto se detuvo en la esquina de la escuela -

No era veloz pero logré evitar la tardanza al igual que Amelia, ella seguía sin darse cuenta de mi presencia, quería caminar rápido, pero no quería ser vista por aquella chica de color de ojos mixtos, suspiré de alivio al verla apurar el paso, casi corriendo.

—La gran Amelia Gates llegando tarde, es extraño, tu eres la que abre las puertas -se podía notar su tono de burla-

—Muy graciosa Pinky

—Es Pyckman, Amelia Pyckman, idiota

—Es muy temprano como para que sueltes groserías no crees? - ríe, me encanta el hecho de que no hayan notado mi presencia-

Quería alejarme del dúo lentamente sin que me notasen pero Amelia Pyckman fue más rápida y me saludó, esperaba que Amelia Gates hiciera lo mismo, pero no fue así..."que extraño" solo me dió una mirada, no era una mirada amable, pero tampoco molesta, era más una mirada neutra.

—Ah! Sistine buenos días - la escuché decir y ver hacia el salón de al lado-

Su tono era animado y sonrió feliz, aquellos ojos risueños mostraron felicidad y cariño, porque al verme tuvo una reacción diferente?..."habre dicho algo malo?" No podría ser eso, tenía en cuenta que lo único raro que le había dicho era que actuaramos como...

—No me digas que...-entré al salón y dejé mi mochila en mi asiento, apresurandome a salir y hablar con Amelia, la conozco bien como para saber que tal vez y solo tal vez malentendió mis palabras y ahora actuará como una verdadera enemiga mía - Gates! - exclamé, mala idea ahora todas nos observaban, incluyendo la molestia presencia de Beatriz y la mirada fulminante de Charlotte-

—Hey Turner - sonríe desafiante, admito que su sonrisa era una de mis debilidades, espera...es que diablos estoy pensando! -

—Necesitamos hablar - la miré fijamente, tratando de comunicarme de alguna manera para decir que llegaba en zon de paz-

—Oh vaya y de que, se puede saber? - la miraban con suma atención, ella no era de hablar así, ni mucho menos de tener un semblante serio-

—Solo quiero hablar contigo en privado Amelia - dije con calma, si me veía irritada o molesta, aquella chica complicaría las cosas, por la mirada de Sistine, vi que también le sorprendia el actuar de nuestra amiga-

—Ok - dijo mientras sonreía, ahora sí se comportaba como siempre- donde quieres que hablemos Leila - preguntó serena-

—Ven - la tomo de la mano y nos alejamos del pabellón de quinto de secundaria, mientras que aún nos veían extrañas por lo sucedido-

—Y? Que sucede...traer a tu enemiga aquí.

—Cuando dije que actuaramos como enemigas no me refería a que te vuelvas literalmente en una tonta.

—Oye! No soy una tonta, solo actuaba como tu enemiga. - dijo inocentemente-

—Pues no me gusta! Si ser mi enemiga quiere decir que ya no me vuelvas a mostrar tu sonrisa sincera y amable, que ya no tengas que darme los buenos días con una mirada súper adorable, que ya no me hables como tu amiga, entonces no quiero!

Dulce PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora