Nos encomendaron una misión de rango D, había que llevar una información importante a kirigakure para el señor feudal de la aldea, como era una misión sencilla y un poco larga, seguía pensando en a quien le podía gustar, no era fuerte, tenía ojos raros debido a mi donjutsu, tímida pensé.
Eso a la ojiperla la hundía más, esa inseguridad, esa tristeza la comía por dentro, no oía que el inuzuka y el aburame la llamaban, les faltaba poco para llegar a dicha aldea, cuando volvió en si se puso a la par con el ritmo de los miembros masculinos de su equipo.
Pasada media tarde me encontraba en ese mismo parque, todavía llevaba mis herramientas ninja, mi de reojo mi porta kunais, lo abrió y note como me temblaba el puso pero lo cogí firmemente y apunte con el a mi cuello, tragando saliva mirando al cielo.
Así se quedó la ojiperla por varios minutos, decidiendo si hacer lo que tenía en mente, dudo y dudo pero volvió a apretar con fuerza el mango del kunai, apretando poco a poco contra su blanca piel el filo del arma.
Volvió a alejarlo otra vez, jadeando nerviosa, por una parte no quería por otra si, se sentía sola aunque tuviera a sus compañeros y familia, pero ella desde pequeña soñaba con su gran amor pero no fue posible y debido a las obligaciones del clan se sentía más mal.
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El filo de la katana || Libro I ||
AdventureHinata después de ser rechazada por Naruto se hunde en una pequeña tristeza lo que le lleva a cometer un acto inesperado pero alguien que desconoce la detiene. ¿Quien eres? -Pregunto la ojiperla extrañada con los ojos rojos de tanto llorar. - Me l...