Dilemas de familia (SEMP2)

7.- ALWAYS IN MY HEART BABY.

Es curioso que esté aquí ahora. Principalmente porque se me habían quitado todas las ganas de asistir a la dichosa fiesta, y además, porque no podía encontrar un estúpido vestido que usar.

Giselle había intentado subirme el ánimo todo el dia, pero no funcionaba. No entendía mi estado de ánimo, pero al parecer mi amiga si.

-Tienes que dejar de pensar en él me dijo dejando un horroroso vestido violeta a un lado.

-No puedo-me reí sin ganas. estar cerca de él todos los días me está afectando. No puedo siquiera mirarlo sin recordar todo lo que vivimos y sin querer que suceda de nuevo

-Jules.-suspiro. tienes que tomar las riendas de tu vida y hacer lo que tu quieras. Porque o si no, no tiene sentido.-me miró a los ojos.-Dime,¿ porque te quedaste en Londres?

Me quedé en silencio mirándola, ¿por que me había quedado? la respuesta la tenía muy clara, pero no quería admitir.

-Para pasar tiempo con ustedes, los extrañaba.

-Para pasar tiempo con él, porque a él lo extrañas- me apuntó con su dedo.-No estoy diciendo que no nos extrañas a nosotras, pero debes admitir que el fue tu prioridad.

-¿Entonces quieres que me lance a sus brazos como una estúpida? ¿Ignorando todo lo que me hizo?-le dije de forma brusca.

-No.-se acercó a mí quiero que dejes de mentirte a ti misma.

Mis ojos se aguaron.

-Está bien.-me puse de pie. -aún lo amo, amo a Thomas a pesar de todo lo que me hizo, a pesar que me engaño. Y después de cuatro años tengo los mismos sentimientos por él y aunque eso me convierte en una verdadera idiota, entonces eso seré, una idiota, una que no pudo buscar a nadie más porque aún quiere a su ex-me rei sin gracia-¿Feliz?

Giselle me dio una sonrisa torcida y me abrazó.

-¿Que tengo que hacer?- le pregunté susurrando.

-No tengo idea.-me miró.- tienes que hacer lo que tú quieras cariño, tienes derecho a cometer todos los malditos errores que quieras, a tomar malas decisiones y a vivir tu vida.

Gis me tomó y me miró a los ojos mientras arreglaba mi cabello.

-Pero, ¿sabes lo que tienes que hacer ahora?-preguntó sonriendo

-tienes que escoger un vestido para mañana impresionar a todos.

Me reí y asentí con la cabeza. Ya habíamos estado mucho tiempo buscando y sólo quedan unas pocas tiendas, si no encontraba algo estaría perdida.

Me probé vestidos verdes, dorados, azules, amarillos, anaranjados, violetas, pero ninguno me gustaba, ninguno me quedaba bien. Hasta que Gis me lanzó uno por arriba del probador.

-Intenta con este-grito del otro lado.

Me lo coloqué con cuidado y miré mi imagen en el espejo.

Era un vestido ceñido al cuerpo de color rojo y hasta la mitad del muslo. Era una prenda bastante simple, pero me quedaba mejor que todos los que me había probado antes.

-¿Qué tal?

-Creo que me queda bien.-respondí.

Abrí la puerta del probador y coloqué mis manos en mi cintura.

Mi mejor amiga se me quedó mirando y luego puso una sonrisa gigante,

-Es este.-aplaudió-tienes que llevarte este.

Me reí y asentir con la cabeza.

-Bueno, bueno

Me cambié de ropa por mis jeans mi camiseta y luego sale a pagar el vestido.