28.- ESPIRITU LIBRE .

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Camine al lado de Gabe por varios segundos en silencio.

Estaba algo enojada porque nadie más que el vino a buscarme. Sinceramente creía que Thomas lo haría, pero debo admitir que prefería que Gabriel estuviera aquí antes que estar sola.

-De verdad pensé que me creería.-dije de repente recordando la mueca que Thomas había puesto.-Si la situación hubiera sido al revés no lo hubiera dudado dos veces para elegirlo a él.

Como Gabe había prometido se quedó en silencio, tan solo escuchándome.

Comencé a sentir frio asi que me coloqué la chaqueta bien y me las manos a los bolsillos, encontrándome con la cajetilla de cigarrillos.

-¿Puedo?-pregunté y él asintió.

Saque uno de la cajetilla y lo puse en los labios para encenderlo. Me imagine a Thomas regañandome por esto. Vaya idiotez, yo hago lo que se me dé la gana.

-Entonces.-dijo despacio- ¿siempre supiste que el bebé no era de él o fue una sorpresa?

Le di una calada al cigarrillo y luego bote el humo.

-La verdad es que siempre tuve una vaga esperanza de que no estuviera embarazada. Fui a ver a su doctor, también pensé en decirle que se hiciera un examen de paternidad.-me encogí de hombros. ahora me siento una estúpida. Tal vez Thomas si quería ese bebé,

Gabe me miró sin decir nada y me quitó el cigarrillo de los labios para llevárselo a los de él. Sonreí.

Me quedé mirando cómo le daba una calada.

Por primera vez en todo el día me fijé en su cuerpo en traje de baño. Tenía la piel un poco más bronceada que la de Thomas y tenía su torso bien trabajado. Si yo tuviera un cuerpo así tampoco me molestaría andar sin camiseta por las calles.

-¿Disfrutando del panorama?-preguntó riendo.

Mire hacia otra dirección rápidamente y siento mis orejas calentarse. Un claro aviso de que me había sonrojado.

Gabe soltó unas carcajadas y volvió a ponerme el cigarrillo en los labios.

Sentí mi estómago rugir.

Thomas y yo habíamos almorzado como a las una y ya eran casi las seis. Tenía hambre.

-¿Te digo algo? No creo que Thomas quisiera un bebé.-dijo de repente.- no creo que él quisiera un bebé a los veintiún años y menos con alguien como Beth. Tan solo con verla te das cuenta de que es un dolor de cabeza.

Apreté los labios y suspiré.

-¿Podemos por favor no hablar del bebé?

Gabe asintió con la cabeza y se encogió de hombros.

-Cuéntame de ti-pidió.

-¿De mí?-pregunté riendo-no creo que haya algo muy interesante que contar.

-Oh por favor. Tienes un romance con tu primo, algo bueno debe haber.-me sonrió y yo me rei.

-¿Aparte de que soy una adicta al tequila?-alce ambas cejas y Gabe de río-. Bueno pues... estudió medicina, ¿ya lo sabías?

Elevo las cejas sorprendido y yo sonreí.

-No tenía idea. La doctora Jules McDaniels-asintió con la cabeza,- suena bien.

Me mordí los labios divertida. No había pensado en mi Universidad. Las clases iban a comenzar más o menos en tres semanas. ¿Qué iba a hacer? No tenía idea. Quizás tan solo debería abandonar mi carrera y venir a Londres y conseguir un trabajo. O por otro lado podría dejar al maldito de Thomas e ir a terminar con mis estudios.

Dilemas de familia (SEMP2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora