Capítulo 14

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Narra Adrien:

Estaba nervioso. Como hacía tanto tiempo no lo estaba. Me sentía eufórico y al mismo tiempo tenía miedo de que algo malo sucediera.

Puede que en un principio no estuviera de acuerdo con esto, pero debía admitir que Marinette era una mujer muy diferente a todas las que había conocido en mi vida. Y si tenía que pasar el resto de mi vida con alguien, prefería que fuera con su franca honestidad y su nula capacidad para ocultar su sentir en sus ojos. Prefería vivir con ella a que arriesgarme a amar a otra chica que solo estuviera interesada en lo que podría darle mi dinero. A Marinette eso no le importaba en lo mínimo, y no porque me lo haya dicho, sino porque lo he notado cuando la observo.

Desde temprano estuve vestido. A eso de las 12 del mediodía, llegaron los invitados más cercanos, o sea, mi familia. Entre ellos, estaba mi primo Félix.

-¡Primo!- exclamó al verme- Tanto tiempo sin verte-

Sonreí negando con la cabeza.

- No hace ni un mes que fui a Londres a verte-

Hace par de meses, Félix había decidido comprar un terreno en Londres y había mandado a hacer una casa muy grande. Ahora, cuando hacía viajes de negocios, podía quedarse más tiempo en Londres. Casi se había mudado completamente ahí. Me había invitado a la casa cuando la terminaron de construir, y debo admitir que era una hermosura.

Félix le restó importancia con la mano, y con la elegancia y gracia que lo caracterizaba, se acercó a mi para abrazarme.

- Así que hoy te llegó el día-

Asentí sintiendo sonrojar mis mejillas.

- Estoy realmente nervioso- le confesé-

- Lo siento, pero como te casas primero que yo, no sabría darte algún consejo para eso- se rió-

-¿Y tus libros no tienen alguna recomendación?- le pregunté riendo-

Félix hizo un gesto de estar pensando las cosas muy seriamente, y entonces, sonrió abiertamente.

-¡Sí! Leí algo sobre imaginarte a las personas desnudas-

Fruncí el ceño. ¿Cómo algo así podía ayudar a los nervios? Y no creo que imaginarme a Marinette desnuda sea una gran ayuda... Oh, maldición.

Sacudí la cabeza.

-¡Lo hiciste!- gritó Félix al ver mi reacción- Dime, ¿a quién te imaginaste desnuda?- levantó y bajó las cejas varias veces-

Lo golpeé en la cabeza sonrojándome.

- Imbécil-

- Al menos te ayudé a distraer la mente- sonrió de lado-

En esos momentos, llegaron otra de las familias que han sido cercanas a los Agreste durante muchos años, los Buorgeois. Mis padres se acercaron a ellos y los saludaron.

Félix, Chloe y yo solíamos pasárnosla juntos en cada actividad que se hacía con la Alta Sociedad. De pequeños, siempre nos escapábamos y nos ibamos al patio a jugar. Aunque Félix era mayor por dos años, él nos acompañaba. Por esa misma razón, me sorprendió cuando Félix le dedicó una sonrisa ladeada a Chloe junto a un guiño, y ella lo miró furiosa. No se nos acercó, sino que se quedó detrás de sus padres.

-¿Algo de lo que me perdí?- le pregunté a Félix-

Una de las meseras pasaba por ahí con una bandeja de champagne, y Félix tomó una. De un sorbo, se lo bebió todo mirando hacia Chloe. Al terminarlo, se giró a mi sin borrar su sonrisa, aunque pude notar que era falsa.

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