Deseos Prohibidos

Extra

700 años después. (Actualidad)

Narra Adrien:

No tenía idea de dónde habían comenzado estos sueños, ni el porqué.

Conozco a Marinette desde que ambos estábamos en la secundaria. A principios, nuestra amistad era un poco extraña. Yo pensaba que ella me odiaba porque siempre huía cada vez que estábamos cerca. Pero con el tiempo, ella dejó de huir, y me hablaba más seguido.

Mas todo eso dejó de pasar cuando ambos tomamos caminos separados al entrar al mundo universitario.

Mi padre quiso que estudiara Contabilidad y Empresa para que tomara el mando de su compañía. Obviamente, no tuve elección. Me envió a una universidad en Londres, y no regresé a Francia hasta que terminé el curso.

La vida me había dado un giro tan inesperado que perdí el contacto con mis amistades de la secundaria. Incluida ella. Marinette.

Y tal vez era bueno. Tal vez era malo.

Un par de meses antes de regresar a Francia fue que comenzaron los sueños extraños. Aunque difícilmente debían llamarse sueños. Eran tan vívidos que daba miedo.

Y ella estaba ahí. Marinette estaba en cada uno de esos sueños. Con el cabello largo y trajes extraños, pero era ella.

El tiempo pasó e intenté no darle importancia a eso. Conocía a Marinette desde hace mucho. Sería muy probable que solo fuera mi subconsciente extrañándola por todo el tiempo que llevaba sin verla.

El día que regresé a París, como es normal, tuve una discusión con mi padre, por lo que decidí dar un paseo caminando por las calles que solía conocer como la palma de mi mano.

Llevaba tiempo sin transformarme en Chat Noir. Y hacía más tiempo aún que Hawk Moth no hacía aparición. Ladybug y yo simplemente dejamos el oficio cuando la amenaza sobrenatural se detuvo. Adicional, al irme a Londres, mucho menos podía continuar como superhéroe.

Sin querer, mis pies me llevaron hasta el frente del Colegio Françoise Dupont, la secundaria donde había hecho mis más grandes amistades.

Tenía tantos buenos recuerdos de este lugar. 7 años habían pasado desde la graduación. 7 años desde que no veía a mis amigos.

Sonreí por los recuerdos cálidos que me embriagaban.

Crucé la calle del colegio y me fijé en Tom & Sabine Boulangerie Patisserie, la panadería de los padres de Marinette y donde ella solía vivir. Aún estaba ahí, y parecía más próspera que antes. Por lo que no lo pensé dos veces antes de entrar. Siempre me habían encantado los croissants que ahí preparaban, así que tenía la excusa perfecta.

La puerta del establecimiento abrió con una pequeña campanada. En esos momentos, parecía estar vacío. Caminé lentamente alimentando mi mirada con todo lo que ahí veía. Tal parecía que no pediría solo los croissants.

-¡En breve le atiendo!- gritó una voz desde la puerta trasera-

Reí al reconocer la voz de Sabine. Con los años, su voz no había cambiado. Y eso me agradaba. Me agradaba encontrar algo familiar después de tanto tiempo.

Unos ligeros pasos se escucharon y cuando me giré, vi a la mujer china tal y como la recordaba. Ella me miró con una sonrisa.

-¡Bienvenido a TS! ¿En qué le puedo ayudar?-

Por alguna extraña razón, mi cerebro parpadeó otra imagen de una Sabine distinta a esta. Una Sabine con un gesto agrio y sonrisa falsa. Sacudí mi cabeza.