Capítulo 25

85 10 10
                                    

Narra Marinette:

Abrí mis ojos sintiendo un dolor en el pecho, como si el oxígeno me faltara para poder respirar correctamente.

Un gemido debió escaparse porque lo siguiente que supe fue que a mi lado alguien se giró hacia mi.

-¿Estás bien, amor?-

Reconocería esa voz donde fuera.

-¿Adrien?- pregunté intentando aclarar la vista-

- Sí, mi vida- sentí su mano acariciar mi mejilla-

-¿Qué pasó?- pregunté ya viendo mejor-

- No... no lo sé- respondió- Creo que bebimos demasiado ayer. Debemos tener resaca o algo-

- Yo...-

Estaba segura que no había bebido. No podía. Tenía cierto grado de repulsión hacia ello.

Pero no le presté atención.

Ambos estábamos en la cama de su habitación.

- Pero, ¿no estabamos en un viaje?- le pregunté confundida-

Tenía imágenes en mi mente de lugares recónditos. Paraísos lejanos.

Adrien frunció el ceño en confusión.

- E-eso creo-

Aún confusos, nos vestimos y bajamos a la cocina.

-¡Adrien! ¡Marinette!-

Casi se me cae el alma a los pies cuando escuché la voz de Emilie Agreste. Estaba ahí, sentada en la mesa del comedor. Su sonrisa de siempre la acompañaba. Y su esposo también.

A mi lado, Adrien apretó mi mano, y cuando lo miré, me fijé en que estaba pálido.

-¿Ma-má?-

Ella se levantó de la silla y corrió a los brazos de Adrien, quien la sostuvo un par de segundos y luego la miró como si fuera la primera vez. Cosa que parecía ser después de tanto tiempo que pasó enferma y dormida.

- Sí soy yo, tontito- entonces giró hacia mí- ¡Querida, Marinette!- me abrazó- Te ves tan radiante-

Su abrazo era cálido. Era real.

- Gracias- dije tragando fuerte- Tú igual. Te ves... viva-

Ella soltó una pequeña risa que casi me contagió. Casi.

- Lo estoy. Y completamente sana- dijo- Pero vengan. Les contaré mientras desayunamos. Llegaron tan tarde anoche que ni siquiera se dieron cuenta-

¿Llegar tarde? ¿De dónde?

Adrien y yo seguimos a Emilie a la mesa de nuevo y tomamos asiento al lado izquierdo. Emilie y Gabriel se miraron y se tomaron de la mano sonriendo.

¿De verdad bebí mucho ayer?

- No tengo muchos recuerdos de cómo fue el accidente- comenzó a decir mientras los sirvientes nos serveían el desayuno-

No tenía hambre. Estaba intrigada. Recordaba el accidente de Emilie... O lo que había escuchado en el pueblo que había ocurrido. Un villano la atacó. La dejó casi muerta. Los héroes... ¿cómo se llamaban? Algo como Mariquito y Gatúbela. Ellos la salvaron de que algo peor le pasara, pero aún así, estuvo más de un mes inconsciente. Su alma necesitaba recuperación.

- Recuerdo estar en un lugar oscuro. Luchaba por salir pero no me lo permitían. Perdí la noción del tiempo. Y perdí las esperanzas de salir. Hasta la semana pasada. Fue como si el lugar donde había estado se agrietara. Comencé a ver luz de nuevo. Mis deseos de salir retomaron con mayor fuerza. Así que golpeé a todos lados con todas mis fuerzas hasta que pude despertar. Una chica de tez morena estaba ahí y salió corriendo y gritando que había despertado. Fue cuando Gabriel llegó. Pregunté por ustedes, pero me dijo que habían salido y que no sabía cuándo regresarían. La chica, Alya es su nombre, me estuvo cuidando en estos días, para asegurarse que me encontraba completamente bien. Y según ella, lo estoy-

Deseos ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora